"Estuve bien enfocado esta noche", dijo Pineda. "Mostré a Michael Pineda".
En una noche fresca en el George M. Steinbrenner Field, Pineda se sintió mejor que en cualquier otro momento desde que se puso el uniforme rayado de los Yankees. El diestro le dio a sus jefes muchos motivos para sentirse animados, ya que ponchó a cuatro bateadores en dos innings de labor como relevista.
"Nos gustó lo que vimos", dijo el capataz de los Yankees, Joe Girardi. "No quiero hacer mucho alboroto, pero basado en lo que hemos visto esta primavera, a diferencia de hace un par de años, he dicho que se ve diferente. De la forma que le sale la bola de la mano, creo que ha pulido mucho su mecánica. Este es un buen paso".
En su segundo inning de labor el viernes, Pineda le tiró tres sliders consecutivos a Cabrera para poncharlo.
"Fue una buena prueba", dijo Pineda. "Ya me había enfrentado a él. Sé que es un bateador muy bueno y traté de hacer un buen ajuste para hacer un lanzamiento bueno y sacar un out".
Los Yankees esperan ver secuencias parecidas en el futuro. Han tenido pocos motivos para festejar tras adquirir a Pineda de los Marineros a cambio del venezolano Jesús Montero en enero del 2012. El movimiento acaparó mucha atención, pero hasta la fecha no le dado resultados a ninguno de los dos clubes.
Montero, una vez considerado el mejor prospecto de los Yankees, ya no se perfila como receptor en los Marineros. Las esperanzas de club mermaron aun más cuando Montero se reportó a los entrenamientos con 40 libras de más.
Por otro lado, los Yankees están bien conscientes de que Pineda aún no ha hecho lanzamiento alguno en Grandes Ligas desde pasar a las filas de Nueva York. El lanzador ha tenido sus propios problemas de sobrepeso en los últimos años y en su primera pretemporada con los Yankees su velocidad se vio disminuida. La preocupación del club fue creciendo a medida que fueron avanzando los entrenamientos y lo que temían sucedió en abril del 2012, cuando Pineda tuvo que ser operado del hombro.
Para Pineda, el progreso ha sido lento pero constante. En agosto del año pasado, por exceso de cautela, su estadía en ligas menores fue abreviada con el fin de que terminara el año en salud.
"Me siento mejor ahora mismo. Me estoy sintiendo más cómodo", dijo Pineda, quien se reportó a los entrenamientos pesando 260 libras. "Antes me tuve que operar, pero ahora estoy aquí lanzando en un juego. Eso me hace feliz".
Pineda se encogió de hombros al preguntársele si cree que los aficionados se han olvidado de él, pero el quisqueyano representa una interrogante en estos momentos. Si logra recuperar la forma que mostró hace tres años (173 ponches y efectividad de 3.74 en 171 innings) - y su salida del viernes indica es que posible - los Yankees podrían haber salido ganando con respecto al cambio con Seattle.
"Todo vimos lo que hizo en el 2011", dijo el receptor Brian McCann. "Debutó y fue convocado al Juego de Estrellas. Representa un turno al bate incómodo. No te entusiasma entrar a la caja de batear para enfrentarte a él".
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