Con motivo de haberse cumplido 66 años de la
tragedia de Río Verde (11 de enero de 1948) y nosotros estar en Santiago
el pasado domingo en el acto especial de la conmemoración de este nuevo
aniversario, por una fina invitación del diligente Presidente de la
ACDS, Carlos Manuel Estrella, reproducimos a seguidas conversación que
sostuviéramos con el único sobreviviente de la tragedia, el inmortal
Enrique-El Mariscal-Lantigua.
El hombre que en función de manager ganó dos Series Mundiales Amateurs y consecutivas, la X en 1948 y la XI en 1950, ambas efectuadas en Managua-Nicaragua, tuvo una premonición y eso le salvó de morir en Río Verde. Nos contó Lantigua, que en el viaje de la capital a Santiago, para unirse al equipo, el sábado 10 de enero, hubo mal tiempo y el avión pasó por varias turbulencias, lo que hizo pensar al Mariscal, que si llegaba vivo a Barahona, no regresaría por aire a Santo Domingo, dormiría en Barahona el domingo y el lunes tomaría un carro a la capital.
El team “Santiago” jugó un doble partido con el de Barahona, en la mañana del domingo ganaron los sureños y en la tarde, con Bombo Ramos en el box, superaron a los contrarios. Cuenta Lantigua, que él era el receptor de Bombo, y que cada vez que le devolvía la bola, la tiraba suavemente por el suelo, con los fines de que se dilatara el partido y llegara la noche y no pudieran salir en el avión programado para su retorno. El juego terminó y se avisó la partida y Lantigua no pudo convencer a otros compañeros para que no tomaran el Douglas CD6 de la Compañía Dominicana de Aviación (CDA).
Al día siguiente, lunes 12, Lantigua marchó de Barahona a la capital por vía terrestre y al llegar a su casa en Ciudad Nueva, constató que estaba llena de personas llorando, lo daban por muerto, y al verlo se armó tremenda confusión, pues las noticias informaban que todos los integrantes del avión habían perecido.
El destino cuidó a Enrique de no perder la vida para ese entonces y él trató de impedir que sus compañeros abordaran la nave de la tragedia, pero lamentablemente se consumó el hecho. No se llevaron de las intenciones y percepción del Mariscal.
Así nos refirió Lantigua antes de morir el sábado 29 de junio de 1985. Nuestro amigo fue un deportista fácil de tratar, con una actitud positiva de trabajador fogoso, a lo mejor eso lo llevó a la tumba sin darse cuenta, pues era alérgico al descanso.
Vuelve y vuelveTodo lo bueno se repite. Es preferible en la vida estar amparado de una satisfactoria gestión. Realizando obras necesarias se cumplen metas y se llega a la excelencia.
El hombre trabajador, incansable, recto, cumplidor, activo, siempre resalta entre los más, y esa persona a que hacemos alusión, es el caballero deportista Alejandro Augusto Asmar Sánchez, mejor conocido por el apodo de “CHITO”, quien ha ejercido la presidencia del Club Deportivo NACO en ocho período de dos años cada uno, y en ese tiempo el capitaleño ha llevado la entidad social y deportiva a los primeros lugares, no solo en el país, sino a niveles internacionales.
Entre muchas obras que ha efectuado en beneficio del club y su membresía, recordamos varias rápidamente, el inmenso parqueo, la expansión del Piano Bar, la remodelación del Restaurant, 4 salones de reuniones, la discoteca, el Cine-Teatro con albergue para 300 personas y con 40 toneladas de aire, salón para jugar dominó, para jugar barajas, billar, para ping pong, bocha, Casa Marina en Juan Dolio, Naco Golf Country Club en Andrés-Boca Chica, y muchas otras construcciones que no insertamos aquí por falta de espacio en nuestra columna.
Resulta, que en el próximo mes de abril, se producirán las elecciones de una nueva directiva del Club Naco, y Chito, que había renunciado la última vez, ahora los clubistas le están solicitando el retorno a la presidencia. El hombre que ha entregado parte de su vida en pro del progreso y bienestar de esa sociedad, debe ponerse las botas y ofrecer una vez más su entrega laboriosa para dejar complacida a esa mayoría de votantes que piden el vuelve y vuelve.
El hombre que en función de manager ganó dos Series Mundiales Amateurs y consecutivas, la X en 1948 y la XI en 1950, ambas efectuadas en Managua-Nicaragua, tuvo una premonición y eso le salvó de morir en Río Verde. Nos contó Lantigua, que en el viaje de la capital a Santiago, para unirse al equipo, el sábado 10 de enero, hubo mal tiempo y el avión pasó por varias turbulencias, lo que hizo pensar al Mariscal, que si llegaba vivo a Barahona, no regresaría por aire a Santo Domingo, dormiría en Barahona el domingo y el lunes tomaría un carro a la capital.
El team “Santiago” jugó un doble partido con el de Barahona, en la mañana del domingo ganaron los sureños y en la tarde, con Bombo Ramos en el box, superaron a los contrarios. Cuenta Lantigua, que él era el receptor de Bombo, y que cada vez que le devolvía la bola, la tiraba suavemente por el suelo, con los fines de que se dilatara el partido y llegara la noche y no pudieran salir en el avión programado para su retorno. El juego terminó y se avisó la partida y Lantigua no pudo convencer a otros compañeros para que no tomaran el Douglas CD6 de la Compañía Dominicana de Aviación (CDA).
Al día siguiente, lunes 12, Lantigua marchó de Barahona a la capital por vía terrestre y al llegar a su casa en Ciudad Nueva, constató que estaba llena de personas llorando, lo daban por muerto, y al verlo se armó tremenda confusión, pues las noticias informaban que todos los integrantes del avión habían perecido.
El destino cuidó a Enrique de no perder la vida para ese entonces y él trató de impedir que sus compañeros abordaran la nave de la tragedia, pero lamentablemente se consumó el hecho. No se llevaron de las intenciones y percepción del Mariscal.
Así nos refirió Lantigua antes de morir el sábado 29 de junio de 1985. Nuestro amigo fue un deportista fácil de tratar, con una actitud positiva de trabajador fogoso, a lo mejor eso lo llevó a la tumba sin darse cuenta, pues era alérgico al descanso.
Vuelve y vuelveTodo lo bueno se repite. Es preferible en la vida estar amparado de una satisfactoria gestión. Realizando obras necesarias se cumplen metas y se llega a la excelencia.
El hombre trabajador, incansable, recto, cumplidor, activo, siempre resalta entre los más, y esa persona a que hacemos alusión, es el caballero deportista Alejandro Augusto Asmar Sánchez, mejor conocido por el apodo de “CHITO”, quien ha ejercido la presidencia del Club Deportivo NACO en ocho período de dos años cada uno, y en ese tiempo el capitaleño ha llevado la entidad social y deportiva a los primeros lugares, no solo en el país, sino a niveles internacionales.
Entre muchas obras que ha efectuado en beneficio del club y su membresía, recordamos varias rápidamente, el inmenso parqueo, la expansión del Piano Bar, la remodelación del Restaurant, 4 salones de reuniones, la discoteca, el Cine-Teatro con albergue para 300 personas y con 40 toneladas de aire, salón para jugar dominó, para jugar barajas, billar, para ping pong, bocha, Casa Marina en Juan Dolio, Naco Golf Country Club en Andrés-Boca Chica, y muchas otras construcciones que no insertamos aquí por falta de espacio en nuestra columna.
Resulta, que en el próximo mes de abril, se producirán las elecciones de una nueva directiva del Club Naco, y Chito, que había renunciado la última vez, ahora los clubistas le están solicitando el retorno a la presidencia. El hombre que ha entregado parte de su vida en pro del progreso y bienestar de esa sociedad, debe ponerse las botas y ofrecer una vez más su entrega laboriosa para dejar complacida a esa mayoría de votantes que piden el vuelve y vuelve.
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