Djokovic fue quien impuso condiciones de principio a fin. Tuvo un leve tropiezo en el primer parcial, pero supo recuperarse y ya no pasó sobresaltos ante un Nadal aplacado, preso de la agresividad del serbio, que igual que en Pekín, fue mucho más en la pista y cantó victoria en sets corridos.
En aquel 0-3, el español cometió dos dobles faltas y llegó a servir otra vez break point abajo. Pero lo sacó adelante para frustración de Djokovic (curiosa postal, ante la diferencia que ya entonces se notaba) y salió del cero.
Ante esa chance perdida, Djokovic inexplicablemente se dejó caer, se repitió en errores y malas decisiones y cedió su saque por única vez en el partido, para pasar de aquel contundente 3-0 inicial a un 3-3 poblado de incertidumbres.
Sin embargo, el serbio supo volver sobre sus pasos a tiempo. Y ya no descarriló. Sólido con su servicio (seis aces, ninguna doble falta y un destacadísimo 70% de puntos ganados con el segundo saque), Djokovic jamás cesó en su búsqueda. Nadal quedaba en segundo plano, obligado a defender (y a tener que hacerlo magistralmente, para colmo), ante un rival que mostraba un libreto ofensivo repleto de variantes y que también decidía bien en la red (allí ganó 14/19, contra solo 4/6 del mallorquín).
El punto que destrabó esa manga inicial, no obstante, tuvo de parte de Djokovic tanto de capacidad en ataque como de destreza en defensa: break point a favor, el serbio llegó a una pelota casi imposible que había abierto bien Nadal y la devolvió con un espectacular globo cruzado a las espaldas del manacorí para luego cerrar el tanto en la red.
Una nueva diferencia lo ponía a las puertas del primer parcial. Y esta vez no habría bache. Un guiño de la suerte con una pelota que tocó red y pasó lo privó de quedar 15-40, pero luego conectó una gran apertura para su primer set point y allí apareció otro aliado importante: el ace. Se iba, entonces, la manga inicial, y crecía la figura de Djokovic. 11-3 en winners a favor del serbio terminó el capítulo. Nadal metía pocos primeros saques (58%) y allí ganaba apenas por encima de la mitad de los puntos.
En el segundo set no hubo tiempo para pensar cómo reaccionaría Nadal. Mientras el español digería el resultado parcial, el serbio le propinaba otro golpe. Aquella recuperación del primer set (más por equivocación de Nole que por propia mejora, aunque recuperación al fina) quedaba cada vez más lejos. Llamativamente errático, el español sacaba ahora 1-1 0-40 y no podía en el tercer break point. 1-2 y a correr otra vez de atrás.
Si hay algo que caracteriza a Nadal -esto no supone ningún descubrimiento-, es su fortaleza mental. Jamás tira la toalla. Y eso suele presionar más de la cuenta a sus rivales, en los momentos de protagonismo. Djokovic no cedió. Cero puntos de quiebre debió afrontar en todo el segundo set. Uno tras otro fue pasando los games, esperando el momento de dar la estocada final.
Saca Djokovic. Rápido 30-0. Enorme passing de Nadal. Otro buen punto del N°1 con decisión y cierre en la red. 30-30. Saque ganador. Aire para Djokovic. 40-30. Segundo match point: y otro de los mejores puntos de la noche, con otra rápida definición de Nadal ante un drop algo largo del serbio.
Pero hablábamos antes de los seis aces de Djokovic. Uno fue para cerrar el primer set. El otro le dio su tercer match point. Y fue suficiente: Nadal ya no pudo seguir el ritmo de los peloteos, se la jugó una vez más con su drive, pero aquí la bola se fue ancha y el canto del línea vino acompañado por una ovación para el bicampeón. Un apaluso repetido 22 veces seguidas en los últimos dos meses y medio.
En total, serbio terminó con 19 tiros ganadores y 21 errores no forzados, mientras que Nadal sumó 9 y 23, respectivamente. Además, la diferencia en ocasiones de quiebre es significativa: Djokovic dispuso de 11 (en cinco games distintos), de las cuales aprovechó tres. El N°1, solo tres, todas en el primer set, y concretó una.
De cualquier manera, Nadal cierra un impresionante 2013 en lo más alto del ranking, con dos títulos de Grand Slam y cinco Masters 1000 entre sus filas. Para Djokovic, todavía habrá un capítulo más: y será en apenas días, en la final de la Copa Davis. ¿Será también Maestro de la Ensaladera?
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