"No me parece lo correcto. Esa no es forma de acabar un juego de Serie Mundial", dijo David Ortiz, el primera base de Boston.
"Creo que es una vergüenza que una decisión de ese tipo decida un juego de Serie Mundial. Es un chiste", fustigó el lanzador abridor Jake Peavey.
Y así, en coro, fue el punto de vista de los jugadores de los Medias Rojas tras sufrir el sábado una derrota 5-4 contra los Cardenales de San Luis, que terminó cuando los umpires decretaron que el tercera base Will Middlebrooks cometió una obstrucción cuando Allen Craig daba el giro para ir al plato.
Luego de ganar el primer partido en su casa, Boston ahora se encuentra en una situación comprometida en el Clásico de Otoño: abajo 2-1.
Fue un final que debió evocar varios episodios amargos en la historia de los Medias Rojas en la Serie Mundial, como el roletazo de Mookie Wilson que Bill Buckner dejó escapar entre sus piernas, sellando una remontada de los Mets en el sexto juego de la edición de 1986. También cuando en 1975 el umpire del plato no cantó interferencia contra Ed Armbrister de Cincinnati al entorpecer al receptor Carlos Fisk al dar un toque en el décimo inning y luego Joe Morgan remolcó con sencillo la carrera de la victoria en el tercer juego.
En realidad, pese a la indignación de los Medias Rojas, el fallo del umpire de tercera base Jim Joyce está avalado en las reglas. No importa que Middlebrooks no hubiese tenido la intención de entorpecer el avance de Craig, la obstrucción se produce en el momento que hay un contacto entre los dos.
Lo controversial se debe esencialmente a que fue la última jugada del partido, no antes.
De repente, los Medias Rojas deberían tomar en cuenta que por segundo juego cavaron su propia fosa tras un mal tiro a la tercera base.
El relevista Craig Breslow fue el responsable en el segundo juego, con un disparo directo a las gradas del Fenway Park que transformó un elevado de sacrificio de Matt Carpenter en dos carreras. No se estaría hablando de la obstrucción de Middlebrooks si el receptor Jarrod Saltalamacchia hubiese hecho un tiro preciso al tercera base en vez de mandarlo al jardín izquierdo.
Además, el mánager John Farrell se despistó en la parte alta del noveno inning cuando le tocaba turno de batear a su lanzador. El relevista Brandon Workman fue a batear por primera vez en su carrera ante Trevor Rosenthal y se ponchó para el segundo out. Boston tenía en el banco a Mike Napoli, quien disparó 23 jonrones en la campaña regular.
Farrell reconoció después que debió haber realizado un doble cambio al terminar el octavo inning.
Boston se encuentra en apuros. Para el cuarto juego el domingo, tendrán que cruzar los dedos para una buena apertura de Clay Buchholz, de quien no hay certeza cuánto podrá lanzar debido a que ha acusado dolores en el hombro las últimas semanas.
Félix Doubront, un zurdo venezolano, asomaba como una alternativa en el caso que Buchholz, pero el sábado cubrió dos innings con 25 pitcheos debido a Peavey no pasó del cuarto episodio.
"Hemos sufrido una dura derrota. Volveremos mañana. Esto no nos va a frenar", dijo el segunda base Dustin Pedroia.
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