Dos días después de su emotiva despedida en el Yankee Stadium, el relevista panameño indicó el sábado que no volverá a lanzar en lo que resta de la temporada.
Al preguntársele si lanzaría en alguno de los dos juegos que les restan a los Yanquis en la campaña regular, ante los Astros de Houston, el derecho de 43 años dijo, "he terminado, chicos, he terminado".
Rivera lanzó por última vez el jueves por la noche, en el último partido de Nueva York en el Yankee Stadium. Los Yanquis quedaron fuera de la postemporada.
El panameño adelantó su plan de retirarse al final de esta campaña en marzo pasado, subrayando que iba a tratar de dejarlo todo.
Sostuvo que logró hacer eso esta temporada.
"Creo que agoté toda la gasolina que tenía en mi tanque, y ahora está vacío", afirmó Rivera. "No me queda nada más. Lo dejé todo".
En el encuentro del jueves, Rivera abandonó la lomita entre lágrimas, cuando Derek Jeter y Andy Pettitte entraron desde la cueva para anunciarle que su labor había terminado. El público ovacionó de pie al panameño a su salida, cuando había dos outs del noveno inning del duelo que los Yanquis perdieron ante Tampa Bay.
"Sabía que ese era el momento perfecto para despedirme del béisbol", dijo Rivera el sábado.
"Creo que el jueves fue el día que lo dejé todo en el terreno", añadió. "No voy a decir que estaba lesionado, pero adolorido. Lancé con un tremendo dolore en mi brazo. Sin embargo, al mismo tiempo, lo dejé todo. No sé cómo le hice para sacar esos dos outs en el noveno inning. Sólo por la gracia de Dios. Ahí supe que era el final".
Rivera reveló que llevaba cierto tiempo lanzando con dolor, sobre todo en el codo, pero no especificó el problema preciso. "Es algo de lo que no hablamos, es algo que uno supera".
Al cabo de 19 campañas, se despide como dueño del récord histórico de salvamentos con 652 en la temporada regular y 42 en postemporada.
Rivera resaltó que está ansioso de disfrutar pasar más tiempo con su familia y descansar.
A comienzos de esta semana, Rivera llegó a expresar su deseo de jugar como jardinero central. Pero el sábado dijo que había cambiado de opinión, al considerar que su rodilla no estaba en buenas condiciones para desempeñarse en esa posición.
"Lo consideré seriamente. Si hubiese sido unos años atrás, creo que lo hubiese hecho", comentó Rivera. "Pero ahora mi rodilla no ayuda. No voy a hacer el ridículo. Respeto mucho al béisbol para hacer cosas que no debo".
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