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martes, 13 de noviembre de 2012

Miguel Cabrera dejó en claro su nivel de estrella


CARACAS, Venezuela -- Miguel Cabrera, que desde muy temprana edad prometía ser el pelotero más completo nacido en Venezuela, sigue demostrando que cazatalentos, técnicos y familiares, no exageraban cuando vaticinaban que sería una estrella en el béisbol de Grandes Ligas.
La excelencia de Cabrera, de 29 años, quedó plasmada con claridad en 2012.
El antesalista de los Tigres de Detroit tuvo un espectacular desempeño que incluyó la conquista de la Triple Corona, el primero que lo logra en 45 años, y es el favorito para ser proclamado el jueves como el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
En años recientes, Cabrera ya venía rozando la Triple Corona, que gana el bateador que encabece su liga en promedio, jonrones y remolcadas: en 2008 fue líder de la Americana en cuadrangulares con 37; encabezó con 126 carreras impulsadas la Americana en 2010; y el año pasado fue campeón de bateo con .344.
Pero jugar y ganar campeonatos es lo que más anima al venezolano.
"Mi meta siempre ha sido trabajar duro por el equipo, mejorar cada día más para poder seguir haciendo lo que me gusta, jugar béisbol", dijo Cabrera, elegido como el mejor jugador del año en una votación entre sus colegas de las mayores.
"Desde que recuerdo jugar el béisbol es mi vida, por eso no me quita el sueño ganar premios; si lo gano son bienvenidos, pero en lo primero que pienso es que es una responsabilidad, los valoro como un bonito recuerdo para compartir con mi familia, con los nietos cuando esté viejito y por la alegría que trae a todos los venezolanos", agregó.
A diferencia de la mayoría de los países sudamericanos, en Venezuela el béisbol y no el fútbol es el deporte número uno.
Cabrera es un vivo ejemplo del desarrollo de los peloteros desde la cuna. En 1999, el corpulento toletero se erigió a los 16 años como el prospecto criollo más caro en la historia de las mayores al firmar con los Marlins de Florida por 1,8 millones de dólares.
"No fue una gran sorpresa cuando lo firmaron porque eso se veía venir desde pequeño", relató a la AP Bertha Torres, la tía materna de Cabrera.
"Desde bebé Miguel ha estado en el ambiente del béisbol. Todo muchacho que ha nacido aquí, la familia Torres, vienen con el guantecito bajo el brazo", agregó la mujer de 57 años, destacando que incluso la madre de Cabrera, Gregoria, jugó 12 años en la selección nacional de sóftbol.
"Incluso nosotras las hembras, hemos sido deportistas y enamoradas del béisbol desde pequeñitas. Ese campo ha sido la cuna de muchos sueños", agregó la orgullosa tía, señalando el estadio David Torres, ubicado en la barriada obrera de La Pedrera en Maracay, al oeste de Caracas, justo en la parte trasera de la humilde casa familiar donde vivió Cabrera.
"Se le escapaba a la mamá para seguir practicando todos los días, a cualquier hora", recordó.
José Torres, el mayor de los tíos maternos de Cabrera, señaló que el estadio "se ha convertido en un lugar que atrae a mucha gente... (que) viene a ver dónde se hizo ese fenómeno del béisbol".
"Los niños sueñan con jugar en las Grandes Ligas y sus padres quieren sembrar a sus hijos en este campo y esperan que esa semillita se convierta en un nuevo Miguel Cabrera", comentó Torres, ex lanzador de los locales Tigres de Aragua y que tomó las riendas de la escuela que fundó su fallecido hermano David, primer mentor de Cabrera en el béisbol.
Entre los jugadores venezolanos más influyentes en la carrera de Cabrera, de los 287 que habían vestido un uniforme de Grandes Ligas hasta la temporada pasada, ha sido David Concepción, otrora estelar campocorto de los Rojos de Cincinnati, con los que ganó la Serie Mundial de 1975 y 76.
"Qué puedo decir, Concepción fue grande, siempre ha sido un ejemplo como persona y jugador y pa'ñapa (añadidura) jugaba con los Tigres de Aragua, mi equipo (favorito)", acotó Cabrera.
La hazaña de la Triple Corona es una evidencia de la capacidad de superación de Cabrera.
"Miguel es uno de los mejores bateadores de todos los tiempos, de eso no tengo duda. Sólo sacar la bola en ese estadio (el Comerica Park de Detroit) no es nada fácil. Hay que darle bien duro a la bola para sacarla por el centro o el left field (el jardín izquierdo)", dijo Antonio "Tony" Armas, que entre 1976 y 1989 jugó en las mayores y fue uno de los primeros millonarios del béisbol venezolano.
"Es un muchacho sencillo, siempre parece dispuesto a colaborar con su equipo, no importa donde lo pongan, el sólo quiere jugar", agregó Armas en alusión a la disposición de Cabrera de aceptar pasar de primera a tercera base la temporada pasada para cederle su puesto a Prince Fielder.
Entre sus peores momentos destacan dos amargos episodios fuera del terreno de juego, que lo obligaron a poner orden a su vida personal, tanto para luchar contra el exceso de peso y el problema de consumo de alcohol.
En febrero del 2011, fue detenido bajo sospecha de conducir en estado de ebriedad en Florida.
Según el informe policial, Cabrera fue encontrado varado en una carretera y antes de ser esposado, insultó a los policías que trataron de hacer que subiera a una patrulla.
Un agente golpeó al beisbolista en el muslo izquierdo varias veces con su rodilla después que Cabrera lo empujó, haciendo que Cabrera cayera sobre la patrulla. El jugador se negó a someterse a una prueba de alcoholemia.
Cabrera venía de una de sus mejores temporadas, la tercera con Detroit. En el 2010, bateó .328 con 38 jonrones y 126 impulsadas y terminó segundo detrás de Josh Hamilton en la votación para el Jugador Más Valioso de la Americana.
Cabrera debutó en las mayores en 2003 con los Marlins, y en 2008 firmó con Detroit un contrato por ocho años y 152,3 millones de dólares.
En 2009, el estelar tercera base se vio involucrado en una pelea con su esposa tras pasar una noche bebiendo, después de un partido al final de la temporada regular en el que su club cedía a los Mellizos de Minnesota la punta de la división Central de la Liga Americana. No le formularon cargos. Ese año bateó .324, con 34 cuadrangulares y 103 empujadas.
Cabrera entró el año pasado decididamente en un programa de asesoramiento y se ha mantenido sobrio desde entonces, incluso evitó brindar con alcohol durante la celebración de los recientes títulos conquistados por Detroit, reportaron los medios.
"La lucha contra el alcohol es larga, no acaba jamás; pero él ha mostrado que cuando se propone algo lo logra y lo veo más maduro, creo que ya dejó atrás ese mal momento", dijo Carolina Martínez, una ama de casa de 27 años, vecina de La Pedrera, donde creció Cabrera.
"Me gustó mucho saber que ha evitado beber incluso cuando (Detroit) ganó el título" de campeón en la Americana.
Muchos esperan ver su nombre algún día en el Salón de la Fama, donde hasta ahora sólo un venezolano ha sido exaltado, el campocorto Luis Aparicio, quien se distinguió por sus excelso guante.
"Creo que Miguel es un candidato natural para el Salón de la Fama. Es un jugador excepcional y muy joven", comentó Aparicio a la AP. "Si se mantiene sano y lejos de los problemas, estoy seguro que lo va a lograr".
En sus primeras 10 temporadas en las mayores tiene promedio de .318, con 321 jonrones y 1.123 remolcadas.

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