En su camino el tercera base hacía gestos con su mano izquierda como describiendo al movimiento del último pitcheo que le lanzó en ese turno Paul Maholm, el pitcher de los Cachorros de Chicago el jueves en el tercer encuentro de la serie en el Wrigley Field.
En la siguiente acción, posterior a su ponche, Ramírez falló con su guante una conexión por la antesala de Reed Johnson, quizás por todavía estar pensando en su ofensiva, algo que en esta temporada le ha quitado la mayor parte de su concentración en el juego, por su deseo de hacer más con el bate de lo que ha hecho.
El dominicano apenas tiene promedio ofensivo de .246, con 14 jonrones y 47 carreras remolcadas en 91 juegos. Esos números distan de los esperado por alguien quien fue señalado como el líder, el hombre encargado de dirigir el andar de los Marlins esta campaña.
"Emocionalmente ha sido fuerte para él, porque todo el mundo le pregunta qué es lo que pasa y obviamente él se frustra, porque no está bateando sus .300 ni está teniendo la gran temporada que todos esperan, pero yo creo que no ha sido tan mala, porque tiene una buena cantidad de cuadrangulares y de impulsadas", dijo Eduardo Pérez, coach de bateo de la novena de Miami.
Desde que el manager, Ozzie Guillén, tomó las riendas del equipo aseguró que Ramírez sería su líder, el encargado de servir de ejemplo a sus compañeros con su actuación en el terreno de juego, además del eje central de la ofensiva.
Sin embargo, el dominicano no ha podido cumplir con eso y Guillén no cree que sea porque le hayan puesto presión con todas las nuevas figuras que le trajeron ni por todo el auge que tuvo la novena antes de iniciar la campaña.
"Él no ha sido ese líder que esperábamos y lo entiendo, porque esta es la primera vez que le ha tocado ser el líder de este equipo con responsabilidad, haciendo un buen trabajo y siendo el ejemplo. No estaba acostumbrado a eso, pero lo estamos ayudando, estamos trabajando con él para eso", expresó el estratega, quien agregó: "Su liderazgo tampoco ha estado ahí, no solo este año sino desde los pasados, porque sus compañeros de equipo no lo han visto de esa manera, obviamente por lo que ha hecho con su ofensiva tampoco, por eso hay que enseñarlo a ser un verdadero líder y que sea el mejor, no solamente para nosotros sino para sus compañeros".
El coach de banca e instructor de infield de la novena de Miami, Joey Cora, ha trabajado de cerca con Ramírez toda esta temporada, por él tiene una algunas señas de lo que le pudiera estar pasando al tercera base, quien rehúye de hablar con la prensa.
"Parte del proceso de un equipo ganador es que la gente se tiene que acoplar con los otros compañeros y quizás él todavía no se ha acoplado a su nuevo rol de líder y estrella de un equipo que está supuesto a ganar, que es distinto a ser el líder y la estrella de un equipo que no se espera que gane. Eso puede ser parte de la transición, pero de que el talento lo tiene, lo tiene", dijo Cora.
El dominicano, sin duda, está preocupado por su situación y ha estado trabajando en mejorar para ser esa pieza clave dentro del equipo, que como él está atravesando por una campaña difícil, luego de ser calificados como el equipo a vencer en la División Este de la Liga Nacional, en la que marchan en el cuarto lugar, con récord de 44-48 a diez juegos de los punteros, Nacionales de Washington.
Contó el coach de bateo, Pérez, que uno de los factores que ha afectado en el rendimiento de Ramírez ha sido su condición física, luego de la operación a la que sometió su hombro izquierdo en el invierno.
"Ahora es que él se está sintiendo bien de eso. Creo que el verdadero Hanley es el que va a salir en la segunda mitad de la temporada, ese es el que yo espero que nos lleve a la gloria de clasificar y pasar a la postemporada con su ofensiva", dijo Pérez.
Sin embargo, para lograr eso el técnico ha estado trabando con Ramírez en algunos aspectos más mentales que mecánicos.
"Mucha gente habla de que si él es la cara del equipo y eso, pero ya él no tiene que ser la cara del equipo, él lo que tiene que hacer es contribuir al equipo en cualquier manera positiva, porque este es un equipo de 25 peloteros talentosos. Él debe entender eso, pero a la vez tiene que continuar siendo el Hanley Ramírez de siempre, sin pensar que es la cara de&", dijo Pérez, quien agregó: "El parque de nosotros es grande y eso lo ha afectado un poco, porque le ha quitado entre ocho y diez jonrones. Tenemos que tomar eso en consideración y no caerle encima a Hanley solamente por eso que emocionalmente ha sido difícil, porque él se concentra más en los jonrones y en las carreras impulsadas que en el promedio, por eso cuando todo el mundo le pregunta qué es lo que está pasa con sus números se frustra".
Bien es cierto que pese a sus discretas estadísticas, Ramírez ha dado algunos batazos claves que han ayudado a los Marlins a ganar. Eso lo reconoce Guillén, quien comentó: "Él debiera estar liderando la liga en hits para ganar juegos, porque se le han presentado las oportunidades, pero han sido más las veces en las que ha fallado, por eso este equipo no se mueve al ritmo de Hanley, o por lo menos no ha sido así hasta el momento. Ojalá y de aquí en adelante sea así, porque eso me haría las cosas más fáciles como dirigente".
En la siguiente acción, posterior a su ponche, Ramírez falló con su guante una conexión por la antesala de Reed Johnson, quizás por todavía estar pensando en su ofensiva, algo que en esta temporada le ha quitado la mayor parte de su concentración en el juego, por su deseo de hacer más con el bate de lo que ha hecho.
El dominicano apenas tiene promedio ofensivo de .246, con 14 jonrones y 47 carreras remolcadas en 91 juegos. Esos números distan de los esperado por alguien quien fue señalado como el líder, el hombre encargado de dirigir el andar de los Marlins esta campaña.
"Emocionalmente ha sido fuerte para él, porque todo el mundo le pregunta qué es lo que pasa y obviamente él se frustra, porque no está bateando sus .300 ni está teniendo la gran temporada que todos esperan, pero yo creo que no ha sido tan mala, porque tiene una buena cantidad de cuadrangulares y de impulsadas", dijo Eduardo Pérez, coach de bateo de la novena de Miami.
Desde que el manager, Ozzie Guillén, tomó las riendas del equipo aseguró que Ramírez sería su líder, el encargado de servir de ejemplo a sus compañeros con su actuación en el terreno de juego, además del eje central de la ofensiva.
Sin embargo, el dominicano no ha podido cumplir con eso y Guillén no cree que sea porque le hayan puesto presión con todas las nuevas figuras que le trajeron ni por todo el auge que tuvo la novena antes de iniciar la campaña.
"Él no ha sido ese líder que esperábamos y lo entiendo, porque esta es la primera vez que le ha tocado ser el líder de este equipo con responsabilidad, haciendo un buen trabajo y siendo el ejemplo. No estaba acostumbrado a eso, pero lo estamos ayudando, estamos trabajando con él para eso", expresó el estratega, quien agregó: "Su liderazgo tampoco ha estado ahí, no solo este año sino desde los pasados, porque sus compañeros de equipo no lo han visto de esa manera, obviamente por lo que ha hecho con su ofensiva tampoco, por eso hay que enseñarlo a ser un verdadero líder y que sea el mejor, no solamente para nosotros sino para sus compañeros".
El coach de banca e instructor de infield de la novena de Miami, Joey Cora, ha trabajado de cerca con Ramírez toda esta temporada, por él tiene una algunas señas de lo que le pudiera estar pasando al tercera base, quien rehúye de hablar con la prensa.
"Parte del proceso de un equipo ganador es que la gente se tiene que acoplar con los otros compañeros y quizás él todavía no se ha acoplado a su nuevo rol de líder y estrella de un equipo que está supuesto a ganar, que es distinto a ser el líder y la estrella de un equipo que no se espera que gane. Eso puede ser parte de la transición, pero de que el talento lo tiene, lo tiene", dijo Cora.
El dominicano, sin duda, está preocupado por su situación y ha estado trabajando en mejorar para ser esa pieza clave dentro del equipo, que como él está atravesando por una campaña difícil, luego de ser calificados como el equipo a vencer en la División Este de la Liga Nacional, en la que marchan en el cuarto lugar, con récord de 44-48 a diez juegos de los punteros, Nacionales de Washington.
Contó el coach de bateo, Pérez, que uno de los factores que ha afectado en el rendimiento de Ramírez ha sido su condición física, luego de la operación a la que sometió su hombro izquierdo en el invierno.
"Ahora es que él se está sintiendo bien de eso. Creo que el verdadero Hanley es el que va a salir en la segunda mitad de la temporada, ese es el que yo espero que nos lleve a la gloria de clasificar y pasar a la postemporada con su ofensiva", dijo Pérez.
Sin embargo, para lograr eso el técnico ha estado trabando con Ramírez en algunos aspectos más mentales que mecánicos.
"Mucha gente habla de que si él es la cara del equipo y eso, pero ya él no tiene que ser la cara del equipo, él lo que tiene que hacer es contribuir al equipo en cualquier manera positiva, porque este es un equipo de 25 peloteros talentosos. Él debe entender eso, pero a la vez tiene que continuar siendo el Hanley Ramírez de siempre, sin pensar que es la cara de&", dijo Pérez, quien agregó: "El parque de nosotros es grande y eso lo ha afectado un poco, porque le ha quitado entre ocho y diez jonrones. Tenemos que tomar eso en consideración y no caerle encima a Hanley solamente por eso que emocionalmente ha sido difícil, porque él se concentra más en los jonrones y en las carreras impulsadas que en el promedio, por eso cuando todo el mundo le pregunta qué es lo que está pasa con sus números se frustra".
Bien es cierto que pese a sus discretas estadísticas, Ramírez ha dado algunos batazos claves que han ayudado a los Marlins a ganar. Eso lo reconoce Guillén, quien comentó: "Él debiera estar liderando la liga en hits para ganar juegos, porque se le han presentado las oportunidades, pero han sido más las veces en las que ha fallado, por eso este equipo no se mueve al ritmo de Hanley, o por lo menos no ha sido así hasta el momento. Ojalá y de aquí en adelante sea así, porque eso me haría las cosas más fáciles como dirigente".
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