El convenio por 27 millones de dólares, anunciado el jueves, incluye una opción del club, por 10 millones más, para renovarse en 2016.
Encarnación, de 29 años, batea para .295 con 23 vuelacercas y 58 impulsadas.
"Estoy muy contento por ser parte de esta organización durante los próximos tres años", dijo. "Es por eso que firmé para quedarme aquí. Amo este país, adoro Toronto y me encantan sus seguidores".
El toletero de La Romana está empatado en el cuarto lugar de jonrones en la Liga Americana, es quinto dentro del departamento de "slugging" (.595) y séptimo en el de carreras producidas.
En su octava temporada, tiene un promedio de .267 de por vida, con 140 bambinazos y 450 impulsadas, con Rojos de Cincinnati y Toronto.
"En verdad lo hemos visto crecer como pelotero y como alguien que ejerce un liderazgo discreto en la casa club, donde se le respeta", dijo el gerente general de los Azulejos, Alex Anthopoulos. "La capacidad siempre ha estado ahí. Creo que finalmente comenzó a mostrarse al final del año pasado y ahora".
No todo ha sido fácil para Encarnación durante su trayectoria de ocho años. Originalmente en los Rojos, llegó a Toronto como parte de un canje que envió a Cincinnati al antesalista Scott Rolen, el 31 de julio de 2009.
Encarnación tuvo problemas en el comienzo de la temporada de 2010. Después de una gira decepcionante por la costa del oeste, se le puso transferible el 20 de junio. Sin embargo, ante su contrato de 5 millones de dólares, se tomó mejor la decisión de enviarlo a la sucursal de la Triple A en las Vegas.
Terminó la campaña de 2010 con los Azulejos, pero quedó transferible para la próxima campaña y Atléticos de Oakland mostró interés en probarlo. Cuando los Atléticos no le ofrecieron un contrato, regresó a Toronto como agente libre.
"Este juego no es fácil, tiene sus altibajos", dijo Encarnación. "Me degradaron, estuve en 'waivers', pero eso es parte del juego... Es por eso que uno siempre tiene que mantener la frente en alto, seguir trabajando y no preocuparse".
Anthopoulos dijo que Encarnación impresionó a los Azulejos por su respuesta positiva ante la adversidad.
"Recuerdo cuando quedó transferible, tenía un contrato garantizado y pensé que probablemente estaría disgustado. Los reportes que recibimos del personal en Las Vegas fueron increíbles", dijo Anthopoulos. "Es algo raro. Pudo haberse sentado a decir que estaba deprimido, pero siguió peleando".
Anthopoulos dijo que no le agrada trabajar en extensiones de contrato durante la campaña, porque pueden resultar un distractor. Sin embargo, consideró que la pausa por el Juego de Estrellas representó la oportunidad para suscribir el convenio con Encarnación antes de que venciera el plazo, y para acallar los rumores en torno del interés de los Azulejos.
Encarnación, de 29 años, batea para .295 con 23 vuelacercas y 58 impulsadas.
"Estoy muy contento por ser parte de esta organización durante los próximos tres años", dijo. "Es por eso que firmé para quedarme aquí. Amo este país, adoro Toronto y me encantan sus seguidores".
El toletero de La Romana está empatado en el cuarto lugar de jonrones en la Liga Americana, es quinto dentro del departamento de "slugging" (.595) y séptimo en el de carreras producidas.
En su octava temporada, tiene un promedio de .267 de por vida, con 140 bambinazos y 450 impulsadas, con Rojos de Cincinnati y Toronto.
"En verdad lo hemos visto crecer como pelotero y como alguien que ejerce un liderazgo discreto en la casa club, donde se le respeta", dijo el gerente general de los Azulejos, Alex Anthopoulos. "La capacidad siempre ha estado ahí. Creo que finalmente comenzó a mostrarse al final del año pasado y ahora".
No todo ha sido fácil para Encarnación durante su trayectoria de ocho años. Originalmente en los Rojos, llegó a Toronto como parte de un canje que envió a Cincinnati al antesalista Scott Rolen, el 31 de julio de 2009.
Encarnación tuvo problemas en el comienzo de la temporada de 2010. Después de una gira decepcionante por la costa del oeste, se le puso transferible el 20 de junio. Sin embargo, ante su contrato de 5 millones de dólares, se tomó mejor la decisión de enviarlo a la sucursal de la Triple A en las Vegas.
Terminó la campaña de 2010 con los Azulejos, pero quedó transferible para la próxima campaña y Atléticos de Oakland mostró interés en probarlo. Cuando los Atléticos no le ofrecieron un contrato, regresó a Toronto como agente libre.
"Este juego no es fácil, tiene sus altibajos", dijo Encarnación. "Me degradaron, estuve en 'waivers', pero eso es parte del juego... Es por eso que uno siempre tiene que mantener la frente en alto, seguir trabajando y no preocuparse".
Anthopoulos dijo que Encarnación impresionó a los Azulejos por su respuesta positiva ante la adversidad.
"Recuerdo cuando quedó transferible, tenía un contrato garantizado y pensé que probablemente estaría disgustado. Los reportes que recibimos del personal en Las Vegas fueron increíbles", dijo Anthopoulos. "Es algo raro. Pudo haberse sentado a decir que estaba deprimido, pero siguió peleando".
Anthopoulos dijo que no le agrada trabajar en extensiones de contrato durante la campaña, porque pueden resultar un distractor. Sin embargo, consideró que la pausa por el Juego de Estrellas representó la oportunidad para suscribir el convenio con Encarnación antes de que venciera el plazo, y para acallar los rumores en torno del interés de los Azulejos.
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