El boricua Rodríguez figura entre varios ex managers de las mayores que han resurgido esta campaña en circuitos inferiores. Está ahora a cargo de los Mudcats de Carolina, un equipo de la Clase A, y acepta de buena gana el desafío de preparar a la próxima generación de peloteros de los Indios de Cleveland.
"La mayoría de las personas que llegan a dirigir en las mayores, yo diría que un alto porcentaje, han pasado por las menores y por el lado de desarrollo de peloteros, trabajando con los peloteros de las menores, los jóvenes, y eso es algo que no dejas de hacer", dijo Rodríguez, en una entrevista con The Associated Press.
"En realidad, te gusta cuando ves que alguien crece como pelotero y como deportista, es un gran momento para un manager cuando ve eso", agregó. "Yo sólo hablo por mí, pero estoy casi seguro de que todos dirán lo mismo... Así que cuando me den una oportunidad de permanecer en el béisbol y de volver a las menores, lo tomaré en cuenta".
Evidentemente, Rodríguez no es el único que ha regresado a las ligas menores.
El ex piloto interino de Cleveland, Joel Skinner, está ahora con la sucursal de la Triple A en Charlotte. El ex manager de los Nacionales, Jim Riggleman, milita ahora en la filial de la Doble A de los Rojos en Pensacola. El otrora piloto de Toronto, John Gibbons, ha reaparecido con el equipo de la Doble A de los Padres en San Antonio.
El gerente general de San Diego, Josh Byrnes, consideró que Gibbons fue "una gran adición" para el club.
"Su conocimiento, calma y competitividad se han revelado como cualidades destacadas", dijo Byrnes. "Tenemos suerte de contar con él aquí".
El gerente general de los Indios, Chris Antonetti, dijo que Rodríguez es "invaluable, porque aporta experiencias únicas".
"Luego de dirigir a algunos de los mejores jugadores del mundo en las Grandes Ligas, de lidiar con esa dinámica y de volver a las menores, él puede tener un impacto en los jugadores más jóvenes, y aplicar algunas de las lecciones aprendidas en las mayores, así como compartir parte de esto con los chicos. Es algo muy valioso para nosotros", añadió.
No es frecuente que los ex managers de las Grandes Ligas acepten volver a las menores. Lo más común es que busquen empleo como colaboradores de algún otro piloto -- quizás como coach o manager asistente -- mientras esperan la siguiente oportunidad en el máximo circuito.
Skinner, manager interino de los Indios en 2003, accedió a regresar por primera vez a las menores en 2009, con el equipo de la Doble A en Akron, y pasó dos años en el personal de Grandes Ligas de Oakland, antes de marcharse a Charlotte. Gibbons, despedido por los Azulejos en 2008, fue el piloto asistente de Kansas City antes de llegar a San Antonio.
El ascenso de Rodríguez comenzó en 1997, como coach de bateo del equipo de Tampa Bay en la liga de novatos. Llegó a la organización de los Marlins y se convirtió en el primer manager puertorriqueño en la historia de las Grandes Ligas, en 2010. Tuvo una foja de 78-85 durante una estadía que abarcó parte de dos campañas, antes de renunciar en junio pasado tras una mala racha.
Casi 10 minutos después de la renuncia, otro club, al que Rodríguez no quiso identificar, le ofreció un empleo. Una semana después, habría llegado una oferta similar de otro equipo.
Rodríguez las rechazó y aceptó el empleo con los Indios, en parte por la reputación que tiene ese club de fomentar el desarrollo de los peloteros, particularmente los latinoamericanos.
"De regreso en la Clase A, tengo que recordarme diariamente que debo empezar desde cero" el proceso de enseñanza de los peloteros, dijo Rodríguez. "No puedo dar nada por sentado con estos jóvenes peloteros. Es un recordatorio diario para mí".
Además, el retorno a las menores suele requerir una redefinición de las prioridades. Mientras que los managers son juzgados principalmente por las victorias y derrotas en las mayores, el énfasis es distinto en las sucursales.
La foja importa, pero no tanto como seguir preparando a los peloteros o como fomentar el ascenso desde todos los niveles del sistema.
"La mayoría de las personas que llegan a dirigir en las mayores, yo diría que un alto porcentaje, han pasado por las menores y por el lado de desarrollo de peloteros, trabajando con los peloteros de las menores, los jóvenes, y eso es algo que no dejas de hacer", dijo Rodríguez, en una entrevista con The Associated Press.
"En realidad, te gusta cuando ves que alguien crece como pelotero y como deportista, es un gran momento para un manager cuando ve eso", agregó. "Yo sólo hablo por mí, pero estoy casi seguro de que todos dirán lo mismo... Así que cuando me den una oportunidad de permanecer en el béisbol y de volver a las menores, lo tomaré en cuenta".
Evidentemente, Rodríguez no es el único que ha regresado a las ligas menores.
El ex piloto interino de Cleveland, Joel Skinner, está ahora con la sucursal de la Triple A en Charlotte. El ex manager de los Nacionales, Jim Riggleman, milita ahora en la filial de la Doble A de los Rojos en Pensacola. El otrora piloto de Toronto, John Gibbons, ha reaparecido con el equipo de la Doble A de los Padres en San Antonio.
El gerente general de San Diego, Josh Byrnes, consideró que Gibbons fue "una gran adición" para el club.
"Su conocimiento, calma y competitividad se han revelado como cualidades destacadas", dijo Byrnes. "Tenemos suerte de contar con él aquí".
El gerente general de los Indios, Chris Antonetti, dijo que Rodríguez es "invaluable, porque aporta experiencias únicas".
"Luego de dirigir a algunos de los mejores jugadores del mundo en las Grandes Ligas, de lidiar con esa dinámica y de volver a las menores, él puede tener un impacto en los jugadores más jóvenes, y aplicar algunas de las lecciones aprendidas en las mayores, así como compartir parte de esto con los chicos. Es algo muy valioso para nosotros", añadió.
No es frecuente que los ex managers de las Grandes Ligas acepten volver a las menores. Lo más común es que busquen empleo como colaboradores de algún otro piloto -- quizás como coach o manager asistente -- mientras esperan la siguiente oportunidad en el máximo circuito.
Skinner, manager interino de los Indios en 2003, accedió a regresar por primera vez a las menores en 2009, con el equipo de la Doble A en Akron, y pasó dos años en el personal de Grandes Ligas de Oakland, antes de marcharse a Charlotte. Gibbons, despedido por los Azulejos en 2008, fue el piloto asistente de Kansas City antes de llegar a San Antonio.
El ascenso de Rodríguez comenzó en 1997, como coach de bateo del equipo de Tampa Bay en la liga de novatos. Llegó a la organización de los Marlins y se convirtió en el primer manager puertorriqueño en la historia de las Grandes Ligas, en 2010. Tuvo una foja de 78-85 durante una estadía que abarcó parte de dos campañas, antes de renunciar en junio pasado tras una mala racha.
Casi 10 minutos después de la renuncia, otro club, al que Rodríguez no quiso identificar, le ofreció un empleo. Una semana después, habría llegado una oferta similar de otro equipo.
Rodríguez las rechazó y aceptó el empleo con los Indios, en parte por la reputación que tiene ese club de fomentar el desarrollo de los peloteros, particularmente los latinoamericanos.
"De regreso en la Clase A, tengo que recordarme diariamente que debo empezar desde cero" el proceso de enseñanza de los peloteros, dijo Rodríguez. "No puedo dar nada por sentado con estos jóvenes peloteros. Es un recordatorio diario para mí".
Además, el retorno a las menores suele requerir una redefinición de las prioridades. Mientras que los managers son juzgados principalmente por las victorias y derrotas en las mayores, el énfasis es distinto en las sucursales.
La foja importa, pero no tanto como seguir preparando a los peloteros o como fomentar el ascenso desde todos los niveles del sistema.
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