Pero nunca había estado a un solo triunfo de conquistar un campeonato.
"Tengo una tarea que cumplir", dijo James el miércoles. "Mi trabajo no ha terminado".
Podría terminar este jueves por la noche, cuando el Miami Heat, con ventaja de 3-1 en la final, reciba al Oklahoma City Thunder en el quinto partido. Pese a que debió abandonar el cuarto encuentro por un calambre, James está ansioso por jugar, ahora que se encuentra tan cerca de un título.
Fue barrido en su primera final, en 2007 y luego cayó junto con el Heat en seis partidos, el año pasado.
Después de incontables altibajos, el partido número 804 de James en su carrera podría coronar su larga búsqueda de un título.
"No tengo idea de qué diré antes de que salgamos a la cancha", dijo James, que recibió el miércoles tratamiento pero dijo que se estaba mitigando el dolor que dejaron los calambres en su pierna izquierda. "Eso se me suele ocurrir cuando me preparo para salir. Pero ojalá que cualquier cosa que diga inspire a los compañeros para que salgan y den un buen espectáculo".
James se unió a las filas del Heat en 2010, luego que Miami lo convenció de que tendría ayuda suficiente para ganar un campeonato. Específicamente se le prometió que no tendría que soportar él solo la carga de conseguir los triunfos, como lo hizo muchas veces en Cleveland durante sus primeras siete temporadas.
El Heat tenía a Dwyane Wade, contrató a Chris Bosh y completó un plantel algo heterodoxo pero sólido.
Y ello fue de mucha ayuda en el cuarto partido. James no pudo terminar el encuentro, aunque regresó después de sufrir los primeros calambres y encestó un triple crucial.
Mientras el astro miraba desde la banca en el último minuto, Wade y Mario Chalmers ayudaron a liquidar al Thunder. Miami se impuso por 104-98 para colocarse a una victoria del segundo campeonato en la historia de la franquicia.
Erik Spoelstra, el entrenador del Heat, informó que James entrenó sin dificultades.
"Creo que en este equipo entendemos que este momento es el mejor posible", dijo Wade. "Nos emociona la posibilidad de jugar mejor, de hacer las cosas mejor a la defensiva pero también a la ofensiva. No sentimos que hayamos dado todavía nuestro mejor partido, ése está por llegar".
El Thunder tendrá que ofrecer su mejor desempeño si quiere sobrevivir.
Ningún equipo en la historia de las finales se ha recuperado de una desventaja de 3-1 en la serie o ha obligado siquiera a que se dispute un séptimo partido. Pero las derrotas de Oklahoma City en esta serie han sido apenas por cuatro puntos en el primer encuentro y por seis en los dos últimos.
Con unas cuantas jugadas, esta serie podría cambiar. Por eso los campeones de la Conferencia del Oeste se niegan a darse por muertos.
"No nos conformamos con haber llegado aquí", dijo el astro del Thunder, Kevin Durant. "Llegamos a la final. Queríamos llegar y queremos obtener un título. Debemos seguir luchando hasta que suene el último timbrazo, y eso es lo que vamos a hacer. Ese es el tipo de ciudad para la que jugamos, una ciudad que no se rinde nunca. Ese es el tipo de equipo que somos, vamos a seguir peleando y a ver qué pasa mañana".
"Tengo una tarea que cumplir", dijo James el miércoles. "Mi trabajo no ha terminado".
Podría terminar este jueves por la noche, cuando el Miami Heat, con ventaja de 3-1 en la final, reciba al Oklahoma City Thunder en el quinto partido. Pese a que debió abandonar el cuarto encuentro por un calambre, James está ansioso por jugar, ahora que se encuentra tan cerca de un título.
Fue barrido en su primera final, en 2007 y luego cayó junto con el Heat en seis partidos, el año pasado.
Después de incontables altibajos, el partido número 804 de James en su carrera podría coronar su larga búsqueda de un título.
"No tengo idea de qué diré antes de que salgamos a la cancha", dijo James, que recibió el miércoles tratamiento pero dijo que se estaba mitigando el dolor que dejaron los calambres en su pierna izquierda. "Eso se me suele ocurrir cuando me preparo para salir. Pero ojalá que cualquier cosa que diga inspire a los compañeros para que salgan y den un buen espectáculo".
James se unió a las filas del Heat en 2010, luego que Miami lo convenció de que tendría ayuda suficiente para ganar un campeonato. Específicamente se le prometió que no tendría que soportar él solo la carga de conseguir los triunfos, como lo hizo muchas veces en Cleveland durante sus primeras siete temporadas.
El Heat tenía a Dwyane Wade, contrató a Chris Bosh y completó un plantel algo heterodoxo pero sólido.
Y ello fue de mucha ayuda en el cuarto partido. James no pudo terminar el encuentro, aunque regresó después de sufrir los primeros calambres y encestó un triple crucial.
Mientras el astro miraba desde la banca en el último minuto, Wade y Mario Chalmers ayudaron a liquidar al Thunder. Miami se impuso por 104-98 para colocarse a una victoria del segundo campeonato en la historia de la franquicia.
Erik Spoelstra, el entrenador del Heat, informó que James entrenó sin dificultades.
"Creo que en este equipo entendemos que este momento es el mejor posible", dijo Wade. "Nos emociona la posibilidad de jugar mejor, de hacer las cosas mejor a la defensiva pero también a la ofensiva. No sentimos que hayamos dado todavía nuestro mejor partido, ése está por llegar".
El Thunder tendrá que ofrecer su mejor desempeño si quiere sobrevivir.
Ningún equipo en la historia de las finales se ha recuperado de una desventaja de 3-1 en la serie o ha obligado siquiera a que se dispute un séptimo partido. Pero las derrotas de Oklahoma City en esta serie han sido apenas por cuatro puntos en el primer encuentro y por seis en los dos últimos.
Con unas cuantas jugadas, esta serie podría cambiar. Por eso los campeones de la Conferencia del Oeste se niegan a darse por muertos.
"No nos conformamos con haber llegado aquí", dijo el astro del Thunder, Kevin Durant. "Llegamos a la final. Queríamos llegar y queremos obtener un título. Debemos seguir luchando hasta que suene el último timbrazo, y eso es lo que vamos a hacer. Ese es el tipo de ciudad para la que jugamos, una ciudad que no se rinde nunca. Ese es el tipo de equipo que somos, vamos a seguir peleando y a ver qué pasa mañana".
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