Si hay un equipo al cual el nuevo formato de los playoffs le viene como anillo al dedo, esos son los Azulejos de Toronto.
A partir de este año serán 10 los clubes que podrán acceder a la postemporada, abriéndose la puerta para que se clasifiquen hasta tres de una misma división.
Todos saben que los Azulejos se encuentran en la división más dura de todas: el Este de la Liga Americana. Ahí están los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston, siempre imponentes. Y también los Rays de Tampa Bay, que con recursos más modestos han avanzado a la postemporada en tres de los últimos cuatro años.
Desde que en 1993 ganó su segunda Serie Mundial, Toronto no ha vuelto a aparecer en un juego de playoffs.
Han transcurrido 18 campañas, en las que los Azulejos debieron conformarse con el tercer lugar en nueve ocasiones. Sólo una vez lograron figurar segundos, pero de nada les sirvió, porque fueron el peor segundo y no les alcanzó para avanzar como wild card.
Así que la idea del comisionado Bud Selig debe entusiasmar a una franquicia que palpita la posibilidad de dar un gran paso hacia adelante.
Tiene a José Bautista, con sus 97 jonrones en las últimas dos campañas. Cuenta con Ricky Romero, finalmente un abridor de primera línea. Y un ambicioso gerente general, Alex Anthopoulos, muy activo en cuanto a buscar canjes, adquisiciones de agentes libres y moviéndose con el draft.
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BAUTISTA NO ES NINGUNA CASUALIDAD:
En Toronto todo gira en torno al dominicano Bautista.
"Es un líder. Le gusta estar pendiente de todo", dice el manager John Farrell. "Somos muy afortunados que vista nuestro uniforme".
Los escépticos creyeron que su irrupción de 2010, cuando de la nada sacudió 54 cuadrangulares, era obra de la casualidad.
Tras firmar una renovación de cinco años por 60 millones de dólares, Bautista les tapó la boca al repetir como campeón jonronero y mejorar su promedio de bateo a .302.
Pese a su estelar producción, el jardinero derecho quedó tercero en la votación del jugador más valioso en 2011 y cuarto en la del año previo, en otra demostración de lo vital que es formar parte de un equipo que va a la postemporada.
Ha recibido el premio Hank Aaron al mejor bateador de la liga en las últimas dos campañas y eso le ha permitido acudir a la entrega del trofeo, que se realiza en medio de la Serie Mundial.
Bautista anhela que su temporada se extienda hasta el mes de octubre y no consolarse con los premios individuales.
"No me puedo quejar sobre la temporada que tuve el año pasado", afirma Bautista. "Pero lo quiero es contribuir a más victorias del equipo".
Los Azulejos tuvieron marca de 81-81 el año pasado y sólo una vez en las últimas seis campañas han superado el promedio de .500.
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PERO BAUTISTA NO PUEDE HACERLO SOLO
El plan maestro de Toronto apunta a que Bautista no sea el único soldado en el campo de batalla.
"Creo que nuestra ofensiva va a estar más fuerte que el año pasado y no dependerá de un solo tipo", dice Anthopoulos.
Tiene buenos motivos para entusiasmarse.
Como debutantes, el tercera base Brett Lawrie bateó para .293 en 43 juegos y el receptor J.P. Arencibia pegó 23 jonrones.
Después de sus vaivenes en Atlanta, el torpedero cubano Yunel Escobar parece consolidarse. Viene de un año en el que fijó una marca personal con 14 jonrones y un promedio de .290. También servirá que el primera base Adam Lind sea el mismo que en 2009 conectó 35 jonrones y produjo más de 100 carreras, y no el que el año pasado que bateó .251 y produjo 87. La otra pieza del cuadro interior es el intermedista Kelly Johnson, quien en 2010 dio 26 jonrones en Arizona.
Vale que el jardinero central Colby Rasmus, tras frustrar a muchos en San Luis, exhiba al talento que tanto se ha pregonado que tiene. Eric Thames será el encargado en el bosque izquierdo y el dominicano Edwin Encarnación tendrá el puesto de designado.
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ROMERO TAMPOCO PUEDE SER LA UNICA CARTA EN EL PITCHEO
Para poder competir en el Este se requiere un pitcheo abridor, y una efectividad de 4.55, la novena mejor en la liga en 2011, no alcanza en ese sentido.
Sin éxito, Anthopoulos quiso adquirir a Mat Latos y pujó en la subasta por Yu Darvish.
De todas formas, hay un buen 1-2 con Romero y Brandon Morrow, los únicos que superaron la cuenta de 10 victorias y 100 ponches el año pasado.
El venezolano Henderson Alvarez, con una recta de 95 millas por hora, impresionó en su debut en septiembre.
La clave es que Brett Cecil y Dustin McGowan puedan rendir mejor. Tampoco se debe descartar al prospecto Kyle Drabek, cuyo esperado ascenso se ha visto frustrado por sus problemas de control.
El bullpen fue completamente renovado, luego que malograron 25 oportunidades de rescate. Sergio Santos y Francisco Cordero reemplazan a Frank Francisco y Jon Rauch.
Procedente de Cincinnati, Cordero acumula 327 salvamentos de por vida para figurar en el 12mo lugar en la lista histórica, pero el dominicano le tocará trabajar como preparador en el octavo episodio tras firmar un contrato por un año. Santos será el taponero, luego de conseguir 30 rescates con los Medias Blancas.
Todos saben que los Azulejos se encuentran en la división más dura de todas: el Este de la Liga Americana. Ahí están los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston, siempre imponentes. Y también los Rays de Tampa Bay, que con recursos más modestos han avanzado a la postemporada en tres de los últimos cuatro años.
Desde que en 1993 ganó su segunda Serie Mundial, Toronto no ha vuelto a aparecer en un juego de playoffs.
Han transcurrido 18 campañas, en las que los Azulejos debieron conformarse con el tercer lugar en nueve ocasiones. Sólo una vez lograron figurar segundos, pero de nada les sirvió, porque fueron el peor segundo y no les alcanzó para avanzar como wild card.
Así que la idea del comisionado Bud Selig debe entusiasmar a una franquicia que palpita la posibilidad de dar un gran paso hacia adelante.
Tiene a José Bautista, con sus 97 jonrones en las últimas dos campañas. Cuenta con Ricky Romero, finalmente un abridor de primera línea. Y un ambicioso gerente general, Alex Anthopoulos, muy activo en cuanto a buscar canjes, adquisiciones de agentes libres y moviéndose con el draft.
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BAUTISTA NO ES NINGUNA CASUALIDAD:
En Toronto todo gira en torno al dominicano Bautista.
"Es un líder. Le gusta estar pendiente de todo", dice el manager John Farrell. "Somos muy afortunados que vista nuestro uniforme".
Los escépticos creyeron que su irrupción de 2010, cuando de la nada sacudió 54 cuadrangulares, era obra de la casualidad.
Tras firmar una renovación de cinco años por 60 millones de dólares, Bautista les tapó la boca al repetir como campeón jonronero y mejorar su promedio de bateo a .302.
Pese a su estelar producción, el jardinero derecho quedó tercero en la votación del jugador más valioso en 2011 y cuarto en la del año previo, en otra demostración de lo vital que es formar parte de un equipo que va a la postemporada.
Ha recibido el premio Hank Aaron al mejor bateador de la liga en las últimas dos campañas y eso le ha permitido acudir a la entrega del trofeo, que se realiza en medio de la Serie Mundial.
Bautista anhela que su temporada se extienda hasta el mes de octubre y no consolarse con los premios individuales.
"No me puedo quejar sobre la temporada que tuve el año pasado", afirma Bautista. "Pero lo quiero es contribuir a más victorias del equipo".
Los Azulejos tuvieron marca de 81-81 el año pasado y sólo una vez en las últimas seis campañas han superado el promedio de .500.
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PERO BAUTISTA NO PUEDE HACERLO SOLO
El plan maestro de Toronto apunta a que Bautista no sea el único soldado en el campo de batalla.
"Creo que nuestra ofensiva va a estar más fuerte que el año pasado y no dependerá de un solo tipo", dice Anthopoulos.
Tiene buenos motivos para entusiasmarse.
Como debutantes, el tercera base Brett Lawrie bateó para .293 en 43 juegos y el receptor J.P. Arencibia pegó 23 jonrones.
Después de sus vaivenes en Atlanta, el torpedero cubano Yunel Escobar parece consolidarse. Viene de un año en el que fijó una marca personal con 14 jonrones y un promedio de .290. También servirá que el primera base Adam Lind sea el mismo que en 2009 conectó 35 jonrones y produjo más de 100 carreras, y no el que el año pasado que bateó .251 y produjo 87. La otra pieza del cuadro interior es el intermedista Kelly Johnson, quien en 2010 dio 26 jonrones en Arizona.
Vale que el jardinero central Colby Rasmus, tras frustrar a muchos en San Luis, exhiba al talento que tanto se ha pregonado que tiene. Eric Thames será el encargado en el bosque izquierdo y el dominicano Edwin Encarnación tendrá el puesto de designado.
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ROMERO TAMPOCO PUEDE SER LA UNICA CARTA EN EL PITCHEO
Para poder competir en el Este se requiere un pitcheo abridor, y una efectividad de 4.55, la novena mejor en la liga en 2011, no alcanza en ese sentido.
Sin éxito, Anthopoulos quiso adquirir a Mat Latos y pujó en la subasta por Yu Darvish.
De todas formas, hay un buen 1-2 con Romero y Brandon Morrow, los únicos que superaron la cuenta de 10 victorias y 100 ponches el año pasado.
El venezolano Henderson Alvarez, con una recta de 95 millas por hora, impresionó en su debut en septiembre.
La clave es que Brett Cecil y Dustin McGowan puedan rendir mejor. Tampoco se debe descartar al prospecto Kyle Drabek, cuyo esperado ascenso se ha visto frustrado por sus problemas de control.
El bullpen fue completamente renovado, luego que malograron 25 oportunidades de rescate. Sergio Santos y Francisco Cordero reemplazan a Frank Francisco y Jon Rauch.
Procedente de Cincinnati, Cordero acumula 327 salvamentos de por vida para figurar en el 12mo lugar en la lista histórica, pero el dominicano le tocará trabajar como preparador en el octavo episodio tras firmar un contrato por un año. Santos será el taponero, luego de conseguir 30 rescates con los Medias Blancas.
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