JUPITER, Florida, EE.UU. -- Está cantado que el nuevo individuo que lleva las riendas de los Marlins de Miami será más bullicioso que su predecesor. De hecho, ninguno de los otros 29 managers en las Grandes Ligas le pisarán los talones en ese aspecto.
El nuevo dirigente de los Medias Rojas de Boston ya dejó su huella al declarar una ley seca en el vestuario y provocar al enemigo, los Yanquis de Nueva York.
¿Qué tal con el trío de nuevos mánagers en otros equipos? Todos son bastante tranquilos, y seguramente se mantendrán así.
En contraste al imprevisible Ozzie Guillén en Miami y el soberbio Bobby Valentine en Boston, los Medias Blancas tienen al apacible Robin Ventura en su cueva.
A diferencia de Tony La Russa, el sereno Mike Matheny no parece ser alguien que cause conmoción con los Cardenales de San Luis.
Y Dale Sveum empezó sus tareas con los Cachorros con un concurso de ejecución del toque de pelota.
La temporada de 2012 está marcada por varios cambios de impacto, con nuevos rostros y estilos, en clubes importantes.
Día tras día, Matheny debe calibrar sus respuestas ante la suposición de que su primera experiencia como mánager será una tarea monumental. Reemplaza a un personaje que se retiró en el tercer lugar en la lista histórica de victorias, sólo detrás de Connie Mack y John McGraw. También está acompañado por un coach de pitcheo novato, Derek Lilliquist. Y Albert Pujols se marchó.
Matheny insiste que a fines de agosto pasado, cuando los Cardenales estaban a diez juegos y medio detrás por el wild card de la Liga Nacional, sin que nadie se imaginara que estaban a punto de ganar la Serie Mundial, eran considerados un equipo que no había exhibido su verdadero potencial.
"Hay gente diciéndonos que lo del año pasado no se puede repetir", dijo Matheny. "No estoy en sintonía con eso".
En el caso de Valentine y Guillén, la prensa tendrá las manos llenas.
"Creo que será un cambio divertido y refrescante", dijo el presidente de operaciones de los Marlins Larry Beinfest. "No creo que exista alguien tan gritón y provocador como Ozzie".
El venezolano Guillén también es más irreverente que sus dos predecesores en los Marlins, el calmado Edwin Rodríguez y un Jack McKeon que tenía 80 años. El jardinero izquierdo Logan Morrison bromeó al decir que contó 107 palabras soeces en la arenga de presentación de Guillén.
Guillén asume la conducción de un equipo muy reforzado, en el año en el que los Marlins se mudan a un nuevo estadio. Tiene dos reglas básicas: nada de tardanzas y estar puntual para el himno nacional.
"Es alguien fantástico, hiperactivo", dijo el jardinero Scott Cousins. "Es el modelo de un manager que está de lado del jugador".
Los Medias Rojas pusieron orden en su casa a raíz de la debacle del año pasado que les costó la participación en los playoffs, un desmoronamiento que incluyó versiones de que un trío de pitchers abridores bebían cerveza en el vestuario en sus días libres en vez de alentar a sus compañeros en la cueva.
Siempre franco, Valentine estableció su código de conducta. Su experiencia reciente como analista de ESPN sólo puede servirle para estar más aferrado a sus opiniones.
"¿Habrá diferencias?", dijo el presidente del equipo Larry Lucchino. "Pues sí, claro que se notarán".
Boston ganó siete juegos y perdió 20 en septiembre, con lo que dilapidó una ventaja de nueve partidos por un boleto a los playoffs. Terry Francona pagó los platos ratos por no poner freno al ambiente relajado.
El diario The Boston Globe informó después que Josh Beckett, John Lackey y Jon Lester se la pasaban en sus días libres libando cerveza y comiendo pollo frito en el vestuario durante los juegos.
"Las reglas no son para que sientan vergüenza, a la comunidad o sus compañeros", indicó Valentine. "No creo que sea una regla nueva. Es algo que siempre se ha tenido".
También hay otra cosa que lleva mucho tiempo: la rivalidad Medias Rojas-Yanquis.
El martes, Valentine aprovechó para fastidiar un poco a los Yanquis, al decir que Derek Jeter no tenía que haber soltado la pelota dándose la vuelta en la jugada más singular de su carrera. También recordó que el receptor de los Medias Rojas Jason Varitek "aporreó" una vez a Alex Rodríguez.
Y sobre los más quietos:
Theo Epstein se alejó de la crisis en Boston para hacer cambios profundos con los Cachorros, que se desprendieron del problemático lanzador Carlos Zambrano, además de dejar ir en la agencia libre al tercera base Aramis Ramírez y al inicialista Carlos Peña. Sveum fue el coach de bateo de los Cerveceros de Milwaukee los tres años anteriores.
Sveum fue el manager interino de los Cerveceros al final de 2008, así que no es un neófito. Pondrá énfasis en lo básico del juego y la disciplina.
Uno de sus retos será que Alfonso Soriano sea más prolijo en su defensa en los jardines.
"Es alguien que se esfuerza al máximo todo el tiempo", dijo Sveum. "No cabe duda de que los fanáticos perdieron algo de fe en él por algunas de las cosas que a veces hace. Creo que los fanáticos deben entender que es uno de los jugadores de más entrega y oficio que tenemos y que sus compañeros le admiran muchísimo".
El concurso de toque sirvió para generar una mayor armonía.
"Nos la pasamos hablando del asunto", dijo el primera base Bryan LaHair. "Nunca había visto algo semejante. Todos se entusiasmaron cuando vieron el anuncio en la pizarra".
Ventura, ex jugador de los Medias Blancas, reemplaza a Guillén en el otro equipo de Chicago.
"No lo interpreto como si estuviese reemplazándolo", señaló. "Para mí es un gusto tener esta posición con los Medias Blancas. Estamos hablando de alguien que fue jugador, mánager y ganó la Serie Mundial. Hasta que todo eso pase, me sentiré orgulloso de lo que hizo y yo seguiré con lo mío".
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¿Qué tal con el trío de nuevos mánagers en otros equipos? Todos son bastante tranquilos, y seguramente se mantendrán así.
En contraste al imprevisible Ozzie Guillén en Miami y el soberbio Bobby Valentine en Boston, los Medias Blancas tienen al apacible Robin Ventura en su cueva.
A diferencia de Tony La Russa, el sereno Mike Matheny no parece ser alguien que cause conmoción con los Cardenales de San Luis.
Y Dale Sveum empezó sus tareas con los Cachorros con un concurso de ejecución del toque de pelota.
La temporada de 2012 está marcada por varios cambios de impacto, con nuevos rostros y estilos, en clubes importantes.
Día tras día, Matheny debe calibrar sus respuestas ante la suposición de que su primera experiencia como mánager será una tarea monumental. Reemplaza a un personaje que se retiró en el tercer lugar en la lista histórica de victorias, sólo detrás de Connie Mack y John McGraw. También está acompañado por un coach de pitcheo novato, Derek Lilliquist. Y Albert Pujols se marchó.
Matheny insiste que a fines de agosto pasado, cuando los Cardenales estaban a diez juegos y medio detrás por el wild card de la Liga Nacional, sin que nadie se imaginara que estaban a punto de ganar la Serie Mundial, eran considerados un equipo que no había exhibido su verdadero potencial.
"Hay gente diciéndonos que lo del año pasado no se puede repetir", dijo Matheny. "No estoy en sintonía con eso".
En el caso de Valentine y Guillén, la prensa tendrá las manos llenas.
"Creo que será un cambio divertido y refrescante", dijo el presidente de operaciones de los Marlins Larry Beinfest. "No creo que exista alguien tan gritón y provocador como Ozzie".
El venezolano Guillén también es más irreverente que sus dos predecesores en los Marlins, el calmado Edwin Rodríguez y un Jack McKeon que tenía 80 años. El jardinero izquierdo Logan Morrison bromeó al decir que contó 107 palabras soeces en la arenga de presentación de Guillén.
Guillén asume la conducción de un equipo muy reforzado, en el año en el que los Marlins se mudan a un nuevo estadio. Tiene dos reglas básicas: nada de tardanzas y estar puntual para el himno nacional.
"Es alguien fantástico, hiperactivo", dijo el jardinero Scott Cousins. "Es el modelo de un manager que está de lado del jugador".
Los Medias Rojas pusieron orden en su casa a raíz de la debacle del año pasado que les costó la participación en los playoffs, un desmoronamiento que incluyó versiones de que un trío de pitchers abridores bebían cerveza en el vestuario en sus días libres en vez de alentar a sus compañeros en la cueva.
Siempre franco, Valentine estableció su código de conducta. Su experiencia reciente como analista de ESPN sólo puede servirle para estar más aferrado a sus opiniones.
"¿Habrá diferencias?", dijo el presidente del equipo Larry Lucchino. "Pues sí, claro que se notarán".
Boston ganó siete juegos y perdió 20 en septiembre, con lo que dilapidó una ventaja de nueve partidos por un boleto a los playoffs. Terry Francona pagó los platos ratos por no poner freno al ambiente relajado.
El diario The Boston Globe informó después que Josh Beckett, John Lackey y Jon Lester se la pasaban en sus días libres libando cerveza y comiendo pollo frito en el vestuario durante los juegos.
"Las reglas no son para que sientan vergüenza, a la comunidad o sus compañeros", indicó Valentine. "No creo que sea una regla nueva. Es algo que siempre se ha tenido".
También hay otra cosa que lleva mucho tiempo: la rivalidad Medias Rojas-Yanquis.
El martes, Valentine aprovechó para fastidiar un poco a los Yanquis, al decir que Derek Jeter no tenía que haber soltado la pelota dándose la vuelta en la jugada más singular de su carrera. También recordó que el receptor de los Medias Rojas Jason Varitek "aporreó" una vez a Alex Rodríguez.
Y sobre los más quietos:
Theo Epstein se alejó de la crisis en Boston para hacer cambios profundos con los Cachorros, que se desprendieron del problemático lanzador Carlos Zambrano, además de dejar ir en la agencia libre al tercera base Aramis Ramírez y al inicialista Carlos Peña. Sveum fue el coach de bateo de los Cerveceros de Milwaukee los tres años anteriores.
Sveum fue el manager interino de los Cerveceros al final de 2008, así que no es un neófito. Pondrá énfasis en lo básico del juego y la disciplina.
Uno de sus retos será que Alfonso Soriano sea más prolijo en su defensa en los jardines.
"Es alguien que se esfuerza al máximo todo el tiempo", dijo Sveum. "No cabe duda de que los fanáticos perdieron algo de fe en él por algunas de las cosas que a veces hace. Creo que los fanáticos deben entender que es uno de los jugadores de más entrega y oficio que tenemos y que sus compañeros le admiran muchísimo".
El concurso de toque sirvió para generar una mayor armonía.
"Nos la pasamos hablando del asunto", dijo el primera base Bryan LaHair. "Nunca había visto algo semejante. Todos se entusiasmaron cuando vieron el anuncio en la pizarra".
Ventura, ex jugador de los Medias Blancas, reemplaza a Guillén en el otro equipo de Chicago.
"No lo interpreto como si estuviese reemplazándolo", señaló. "Para mí es un gusto tener esta posición con los Medias Blancas. Estamos hablando de alguien que fue jugador, mánager y ganó la Serie Mundial. Hasta que todo eso pase, me sentiré orgulloso de lo que hizo y yo seguiré con lo mío".
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