A los Medias Rojas les va a gustar mucho lo que vean en Mark Melancon. Por más calidad que crean que tiene su nuevo relevista, los Patirrojos quedarán aun más complacidos cuando lleguen a conocerlo.
Claro, Boston verá con buenos ojos la recta de 95 millas por hora del derecho y cómo ha aprendido a controlarla y hasta cortarla para un poco de movimiento extra.
Los Medias Rojas valorarán el hecho de que los Astros le dieron a Melancon la oportunidad de cerrar juegos la temporada pasa y cómo esa experiencia lo ha ayudado de muchas maneras diferentes.
De hecho podría argumentarse que, a sus 26 años, Melancon está cerca de ser un lanzador completamente pulido. No llegó a ese punto de la noche a la mañana y, sí, hubo obstáculos en el camino.
En realidad queda corto decir "obstáculos". Se le reconstruyó el codo de lanzar poco después del draft amateur del 2006, cuando el derecho fue seleccionado por los Yankees.
En los primeros días después de la cirugía, cuando Melancon estaba sentado en el hospital viendo su brazo de lanzar, parecía el sueño más remoto tomar la bola en el noveno inning en el Fenway Park.
Melancon tuvo su "cafecito" en Grandes Ligas con Nueva York en las temporadas del 2009 y 2010. Participó en 13 partidos con los Yankees en ese primer año y cuatro en la campaña siguiente. El mismo diestro diría que esa experiencia también lo ayudó, porque por más que se hable de la presión de pitchar por los Yankees, es otra presión saber que un lanzamiento malo podría resultar en un regreso a liga menor.
"Creo que no pitché con suficiente calidad como para seguir (en Grandes Ligas)", dijo Melancon acerca de sus experiencias en el Bronx. "Es así de sencillo. Nueva York es un lugar en que tienes que traer tu mejor juego todo el tiempo. Enseñé eso en algunos momentos, pero no fui consistente."
Los Yankees lo enviaron a los Astros en julio del 2010 en el cambio en que pasó Lance Berkman de Houston a Nueva York. Melancon aceptó el canje como todo un profesional, y hoy en día se porta como tal en todos los aspectos.
En el 2011, cuando el cerrador de los Astros Brandon Lyon se lesionó, el manager Brad Mills empezó a darle la bola a Melancon en los innings finales. Aprovechó a plenitud esa oportunidad, salvando 20 juegos en 25 oportunidades, incluyendo 14 de 16 después del Juego de Estrellas.
Tal vez no suene tan impactante hablar de 20 salvamentos, pero 20 rescates en 25 oportunidades en un equipo que tuvo marca de 56-106 representan algo bien positivo a nivel individual.
Melancon terminó la temporada con efectividad de 2.78 en 71 presentaciones. Y lo mejor fue que su codo nunca le falló, así que cuando los Medias Rojas empezaron a reconstruir su bullpen, Melancon era uno de los nombres en su lista.
A los Astros les gustó el canje porque están en plena reconstrucción del roster entero, y recibieron al torpedero Jed Lowrie y al lanzador Kyle Weiland.
Ahora bien, una pausa en esta historia. Recordemos la primera primavera de Melancon con los Yankees. Estaba bien lejos de su estado natal de Colorado y necesitaba un automóvil.
"No tenía carro y mi compañero de cuarto tampoco", relató el nuevo relevista de Boston. "Entonces empezamos a buscar autos usados en los clasificados. Pensé, 'Vaya, vamos a rentar un carro por un día y ver algunos de los autos que tenemos en mente.' El primer lugar tenía un van bastante desgastado. Había hoyos en el piso. Se veía la calle mientras manejabas. Había hoyos en el techo también."
Pero le encantaba ese vehículo.
"Era un clásico", dijo. "Lo compramos por US$350 e íbamos a todos lados él durante dos semanas. Era el vehículo de escape para todos los muchachos en el hotel."
Cuando terminaron los entrenamientos, donó el van a la entidad caritativa "Cars for Kids".
Muy bien. Volvamos al presente.
"Se siente bien tener éxito", me dijo Melancon en el verano. "Pero el momento en que te lo creas demasiado, en este juego de béisbol se te pone en tu sitio. No importa nada de lo que has hecho anteriormente. Se trata de lo que harás hoy y en el futuro."
Melancon te dirá que los tiempos difíciles hacen aun más dulces los buenos. Y el próximo capítulo podría ser el mejor de todos.
De hecho podría argumentarse que, a sus 26 años, Melancon está cerca de ser un lanzador completamente pulido. No llegó a ese punto de la noche a la mañana y, sí, hubo obstáculos en el camino.
En realidad queda corto decir "obstáculos". Se le reconstruyó el codo de lanzar poco después del draft amateur del 2006, cuando el derecho fue seleccionado por los Yankees.
En los primeros días después de la cirugía, cuando Melancon estaba sentado en el hospital viendo su brazo de lanzar, parecía el sueño más remoto tomar la bola en el noveno inning en el Fenway Park.
Melancon tuvo su "cafecito" en Grandes Ligas con Nueva York en las temporadas del 2009 y 2010. Participó en 13 partidos con los Yankees en ese primer año y cuatro en la campaña siguiente. El mismo diestro diría que esa experiencia también lo ayudó, porque por más que se hable de la presión de pitchar por los Yankees, es otra presión saber que un lanzamiento malo podría resultar en un regreso a liga menor.
"Creo que no pitché con suficiente calidad como para seguir (en Grandes Ligas)", dijo Melancon acerca de sus experiencias en el Bronx. "Es así de sencillo. Nueva York es un lugar en que tienes que traer tu mejor juego todo el tiempo. Enseñé eso en algunos momentos, pero no fui consistente."
Los Yankees lo enviaron a los Astros en julio del 2010 en el cambio en que pasó Lance Berkman de Houston a Nueva York. Melancon aceptó el canje como todo un profesional, y hoy en día se porta como tal en todos los aspectos.
En el 2011, cuando el cerrador de los Astros Brandon Lyon se lesionó, el manager Brad Mills empezó a darle la bola a Melancon en los innings finales. Aprovechó a plenitud esa oportunidad, salvando 20 juegos en 25 oportunidades, incluyendo 14 de 16 después del Juego de Estrellas.
Tal vez no suene tan impactante hablar de 20 salvamentos, pero 20 rescates en 25 oportunidades en un equipo que tuvo marca de 56-106 representan algo bien positivo a nivel individual.
Melancon terminó la temporada con efectividad de 2.78 en 71 presentaciones. Y lo mejor fue que su codo nunca le falló, así que cuando los Medias Rojas empezaron a reconstruir su bullpen, Melancon era uno de los nombres en su lista.
A los Astros les gustó el canje porque están en plena reconstrucción del roster entero, y recibieron al torpedero Jed Lowrie y al lanzador Kyle Weiland.
Ahora bien, una pausa en esta historia. Recordemos la primera primavera de Melancon con los Yankees. Estaba bien lejos de su estado natal de Colorado y necesitaba un automóvil.
"No tenía carro y mi compañero de cuarto tampoco", relató el nuevo relevista de Boston. "Entonces empezamos a buscar autos usados en los clasificados. Pensé, 'Vaya, vamos a rentar un carro por un día y ver algunos de los autos que tenemos en mente.' El primer lugar tenía un van bastante desgastado. Había hoyos en el piso. Se veía la calle mientras manejabas. Había hoyos en el techo también."
Pero le encantaba ese vehículo.
"Era un clásico", dijo. "Lo compramos por US$350 e íbamos a todos lados él durante dos semanas. Era el vehículo de escape para todos los muchachos en el hotel."
Cuando terminaron los entrenamientos, donó el van a la entidad caritativa "Cars for Kids".
Muy bien. Volvamos al presente.
"Se siente bien tener éxito", me dijo Melancon en el verano. "Pero el momento en que te lo creas demasiado, en este juego de béisbol se te pone en tu sitio. No importa nada de lo que has hecho anteriormente. Se trata de lo que harás hoy y en el futuro."
Melancon te dirá que los tiempos difíciles hacen aun más dulces los buenos. Y el próximo capítulo podría ser el mejor de todos.
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