Pete Rose fue uno de cuatro homenajeados en el All-Star
El rey del hit en Grandes Ligas fue votado para ser uno de los cuatro Jugadores Franquicia de Cincinnati como parte de una promociĆ³n de MLB. Rose y los miembros del SalĆ³n de la Fama Johnny Bench, Barry Larkin y Joe Morgan fueron presentados en el campo del Great American Ball Park previo al Juego de Estrellas del martes.
Siempre es bien recibido en casa. Sin embargo, fue una mucho mĆ”s moderada de lo habitual -- el campeĆ³n del Derby de Jonrones, Todd Frazier, recibiĆ³ una ovaciĆ³n mĆ”s fuerte, y los abucheos para el cĆ”tcher puertorriqueƱo de los Cardenales de San Luis, Yadier Molina, fueron mĆ”s sonoros.
Pese a todo, Rose reconociĆ³ que fue algo emotivo.
"Lo Ćŗnico malo es que no tuve turnos al bate", dijo Rose a la prensa. "Me hubiera gustado tener un par de turnos. Los aficionados fueron maravillosos.
"He tenido esta relaciĆ³n durante 30 aƱos. Los aficionados son maravillosos".
¿QuĆ© sigue para Rose? No tiene idea.
Rose fue expulsado en 1989 por apostar en juegos de bĆ©isbol y desde hace tiempo ha solicitado su reinstalaciĆ³n, que es un asunto pendiente. El martes, el comisionado Rob Manfred seƱalĆ³ que aĆŗn no tiene programada una reuniĆ³n con Rose para hablar al respecto.
Manfred, quien en enero reemplazĆ³ a Bud Selig, dijo que revisa todo el material generado por las mĆŗltiples investigaciones sobre Rose.
"Sinceramente, me sorprendĆ con la cantidad de material que hay que revisar", dijo el comisionado. "Estamos viĆ©ndolo nuevamente. Mantengo mi compromiso con la idea de que el seƱor Rose merece una oportunidad de decirme, de la forma en que se sienta mĆ”s cĆ³modo, lo que me quiera decir al respecto. Estoy seguro que habrĆ” una reuniĆ³n en persona".
Rose conociĆ³ a Manfred por primera vez mientras esperaba su ingreso al campo.
"Nunca habĆa hablado tanto de alguien a quien no conociera", dijo Rose.
Rose estĆ” en su primera temporada como analista para la cadena Fox Sports. TambiĆ©n realiza frecuentes apariciones pĆŗblicas, manteniĆ©ndose visible durante su exilio del bĆ©isbol.
Su presencia en las festividades del Juego de Estrellas generĆ³ varios momentos delicados. Varias figuras del deporte, incluyendo el manager de la Liga Nacional, Bruce Bochy, mantuvieron una postura diplomĆ”tica cuando se les preguntĆ³ sobre Rose.
Apenas la semana pasada, el ex pitcher de Grandes Ligas, Curt Schilling, expresĆ³ su decepciĆ³n sobre cĆ³mo Rose parece ensombrecer los momentos mĆ”s grandes del deporte.
Su apariciĆ³n del martes fue la segunda para Rose en el Great American. MLB le otorgĆ³ permiso de salir al campo el 11 de septiembre de 2010, en el aniversario 25 de que impusiera la marca de hits con 4.192 en el viejo Riverfront Stadium.
Su otra apariciĆ³n notable en un estadio fue en Atlanta, antes de un juego de Serie Mundial en 1999, cuando fue homenajeado como parte del Equipo Ideal del Siglo. Durante la ceremonia, la entrevista con el reportero Jim Gray generĆ³ varios momentos incĆ³modos.
Esta vez no hubo preguntas sorpresa para Rose en el estadio ubicado en Pete Rose Way -- no Johnny Bench Boulevard, no Tony PĆ©rez Place, no Joe Morgan Street. Es en honor a Rose.
"Todo habĆa estado fantĆ”stico y con fuertes aplausos, pero cuando Pete saliĆ³ los decibeles aumentaron bastante y era lo que esperĆ”bamos", dijo Larkin. "Johnny decĆa que estaba contento de que Pete fuera el Ćŗltimo".
Frazier, por su parte, estaba ansioso por ver una cĆ”lida recepciĆ³n para Rose.
"SerĆ” grandioso, conociendo a estos aficionados, y sabiendo lo leales que son al juego y lo mucho que quieren a Pete Rose", dijo Frazier, quien el lunes ganĆ³ el Derby de Jonrones. "Si quieres pelear con alguien de Cincinnati, dile que no quieres a Pete Rose. SerĆ” como insultar a su papĆ”".
A pesar de que nunca jugĆ³ en el Great American, sus huellas estĆ”n en todo el estadio. Varios aficionados asistieron con sus jerseys de Pete Rose. El SalĆ³n de la Fama del equipo, en el edificio contiguo, tiene una gran exhibiciĆ³n sobre Rose.
Y un jardĆn de rosas justo a las afueras del estadio marca el lugar donde cayĆ³ el imparable con el que rompiĆ³ el rĆ©cord, en el viejo Riverfront Stadium.
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