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sábado, 9 de mayo de 2015
Río 2016 arriesga alza de costos por retrasos en obras
6:14 a. m. by LUIS FELIPE ACEVEDO NÙÑEZ
RÍO DE JANEIRO. A
menos de 500 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro,
la construcción de varias sedes no ha comenzado y algunos de los
principales contratos ni siquiera se han licitado, lo que seguramente dé
paso a una carrera contra el tiempo que probablemente elevará los
costos.
Parece ser un guión familiar para los
grandes eventos deportivos. A medida que la fecha de inicio se acerca,
los titulares de prensa se centran en los retrasos y los problemas para
que las sedes estén listas, aunque el evento se termina desarrollando
sin mayores contratiempos.
Sin embargo, la carrera contra el tiempo
a la que al parecer se enfrentan los primeros Juegos Olímpicos que se
disputarán en Sudamérica inevitablemente incrementará el presupuesto
actual de 40.000 millones de reales (13.200 millones de dólares) y
añadirá una carga sobre la ya atribulada economía brasileña.
Cerca de esta etapa del período previo a
los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se había completado casi el 80
por ciento de las sedes e infraestructuras. En contraste, en Río sólo
alrededor del 10 por ciento de los 56 proyectos de construcción,
remodelación y energía se han terminado.
Si bien esta última cifra no incluye los
11 estadios existentes que no necesitan remodelación, las cifras
podrían poner a Río en el mismo nivel que Atenas 2004, donde sólo la
mitad de las sedes estaban listas cinco meses antes del evento.
Las obras no esenciales del evento
deportivo disputado en la capital griega, como un techo para el centro
acuático, tuvieron que ser descartadas. En el caso de Río, es
preocupante que una cuarta parte de los proyectos aún no hayan comenzado
y que ni siquiera se hayan fijado plazos o estimaciones de costos.
"Todavía hay mucho por hacer", dijo
Michael Payne, quien trabajó en el Comité Olímpico Internacional (COI)
por más de 20 años y ayudó a Río en su candidatura.
En Brasil, cualquier alza en los costos
totales del evento serán difíciles de digerir para un país que atraviesa
una crisis económica y que busca llevar a cabo una austeridad fiscal.
El fuerte malestar público generado
entre otras cosas por los costos de los estadios de la Copa del Mundo de
fútbol llevó a que más de un millón de personas salieran a las calles
en 2013.
El escándalo de corrupción que sacude a
la petrolera estatal Petrobras, que ha implicado a varias constructoras a
cargo de proyectos olímpicos, está aumentando la posibilidad de
retrasos.
Hasta ahora, las empresas y el Gobierno
dicen que el escándalo no tendrá ningún efecto, pero una serie de
empresas de ingeniería más pequeñas han quebrado como resultado de las
acciones judiciales en curso.
El acceso restringido a los mercados de
crédito hace que el flujo de caja pueda convertirse en un gran dolor de
cabeza para las constructoras.
REALIDADES DIFERENTES
El Gobierno de Brasil ha garantizado el financiamiento de cualquier sobrecosto, algo que podría estar obligado a concretar
ya que el presupuesto tiende a subir antes de los grandes eventos en caso de retrasos en las obras.
Para Atenas, el presupuesto inicial se
duplicó a 11.000 millones de dólares y los economistas dicen que las
deudas que adquirió Grecia para preparar los Juegos contribuyeron al
declive financiero del país.
Por supuesto, Brasil podría absorber
mejor un alza en los costos del evento. El presupuesto total estimado,
incluso considerando megaproyectos de infraestructura como una extensión
del metro y la remodelación del puerto, es sólo medio punto porcentual
del producto interno bruto. En Grecia, el costo final fue casi un 5 por
ciento del PIB del país en ese año.
"Cuanto más se espere, más caro se
vuelve", dijo Bent Flyvbjerg, un profesor de la Universidad de Oxford
que se especializa en grandes proyectos de construcción.
Las autoridades brasileñas se defienden de las críticas diciendo que las comparaciones con otros Juegos Olímpicos son engañosas.
"Londres y Río son muy diferentes. Las
leyes son diferentes, los procesos son diferentes. Somos un país en
desarrollo y tenemos nuestras propias características", dijo Marcelo
Pedroso, jefe de la Autoridad Pública Olímpica. "Puedo decir con
tranquilidad que no hay ningún problema con dónde nos encontramos en
nuestra preparación", agregó.
Sin embargo, esta confianza choca con
los hechos. Uno de los contratos más importantes que aún no se ha
licitado es el suministro de energía para las instalaciones olímpicas,
un trabajo complejo que involucra cientos de kilómetros de cable y miles
de paneles de distribución, dicen fuentes cercanas al proyecto.
En Londres, el contrato de energía se
anunció 20 meses antes de que comenzaran los Juegos y para el inicio de
Río 2016 en estos momentos faltan sólo 15 meses.
Dentro de este incierto panorama, algo es seguro: los Juegos Olímpicos de Río comenzarán el 5 de agosto del próximo año.
"Significa que sólo se tiene que gastar
más dinero para conseguir que esto se termine (...) La única variable es
que hay gastar más dinero", dijo Flyvbjerg.
(1 dólar = 3,03 reales)
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