Lo curvado que se encuentre la espalda de una mujer embarazada es proporcional a la posibilidad equilibrar su peso, es decir que una espalda que no esté curvada a 45 grados puede hacer que la presión en las caderas, durante el embarazo, aumente hasta en un 800%, y esto puede llevarla no únicamente a permanecer inmóvil durante la gestación si no también a tener el riesgo de lesionarse seriamente.
En el pasado las mujeres con este tipo de cuerpos atravesaban con menores riesgos el proceso de embarazo y esto las hacía más atractivas para la reproducción, ya que aumentaban así las probabilidades de procrear, probablemente en la actualidad ese pensamiento continúa arraigado en la mente de muchos hombres.
Para llevar a cabo el estudio se mostraron, a un grupo de aproximadamente 300 hombres, siluetas con diferentes curvaturas de espalda de distintas mujeres y ellos las calificaron según el nivel de atracción que sentían por cada una de ellas. Los resultados hicieron ver que, de manera significativa, la mayoría de los hombres se sentían más atraídos por las siluetas de mujeres que tenían espaldas curvadas a 45.5 grados, es decir con una curvatura mas pronunciada, lo cual confirma que la preferencia ancestral por ese tipo de cuerpos femeninos persiste.
0 comentarios:
Publicar un comentario