Paulo Orlando, nueva joya brasileña en MLB
Brasil, el mayor país latinoamericano y el quinto más grande del mundo, es conocido por la samba y el "jogo bonito"-- como llamó el gran Pelé al fútbol--, pero poco a poco ha comenzado a dejar huellas en el béisbol internacional. Más recientemente con el desempeño del jardinero Paulo Orlando con los Reales de Kansas City, el vigente campeón de la Liga Americana.
Orlando, de 29 años de edad, apareció en su primer partido de las ligas mayores 10 años después de firmar su primer contrato profesional (con los de Medias Blancas de Chicago en 2005) y lo hizo con estilo.
Los primeros tres hits del nativo del sudamericano fueron triples, la primera vez que algo así ocurre en los últimos 115 años. Orlando conectó triple en la quinta entrada de su primer partido, el jueves 9 de abril contra los Medias Blancas, y dos más el domingo 14 frente a los Angelinos de Los Ángeles.
"Todo esto que me está pasando es como un sueño, algo para lo que estuve trabajando por mucho tiempo, pero que no estaba seguro si iba a ocurrir", dijo Orlando a ESPNdeportes.com en el Angel Stadium de Anaheim.
"Estoy muy contento, imagínate, estuve muchos años jugando en las ligas menores, también en algunos países latinos, como aprendizaje para seguir adelante y llegar a Grandes Ligas. Estuve en Puerto Rico, Panamá, Venezuela", dijo Orlando, quien comenzó su carrera profesional en la academia que tienen los Medias Blancas en en el norte de República Dominicana. Orlando bateó 63 triples y se robó 200 bases en 3,726 turnos en nueve temporadas en las ligas menores y el año pasado fue segundo en la Liga Costa del Pacífico (AAA) en triples (9) y juegos (136), además de quedar cuarto en hits (151) y bases robadas (34). El brasileño fue electo al equipo Todos Estrellas de la liga y declarado el corredor más rápido del circuito.
En su octava invitación consecutiva a los entrenamientos primaverales, Orlando bateó .319 con un triple y nueve impulsadas para quedarse con un puesto como jardinero sustituto en el roster regular de los Reales. Con la lesión del puertorriqueño Alex Ríos, las oportunidades de jugar deberían aumentar para Orlando, quien batea .333 (12-4) con un boleto y tres anotadas en la temporada.
El béisbol fue introducido en Brasil por los japoneses hace más de medio siglo, pero básicamente había sido considerada una actividad más recreativa que competitiva que incluso era mal vista por los locales.
Pero todo comenzó a cambiar hace un tiempo. Brasil sorprendió clasificando al Clásico Mundial de Béisbol del 2013, eliminando al favorito Panamá en su propia casa con un equipo nacional formado por muchos jugadores profesionales que militan en varias ligas del mundo, incluyendo las de Estados Unidos.
El receptor Yan Gomes, quien se convirtió en el primer brasileño en Grandes Ligas el 17 de mayo del 2012 con los Azulejos de Toronto --posteriormente fue cambiado a los Indios de Cleveland-- es el más estelar del grupo, que también incluye al lanzador Andre Rienzo, quien debutó con los Medias Blancas el 30 de junio del 2013-- actualmente en ligas menores de los Marlins de Miami Marlins, y Orlando.
Llama la atención que los tres brasileños que han jugado en Grandes Ligas son nativos de Sao Paulo, la ciudad más poblada y más rica de Brasil.
"A Brasil le encanta el fútbol", dijo Orlando. "Mi mamá trabaja en un hospital y el doctor principal es japonés y le gustaba el béisbol y me enseñó", agregó.
"Grandes Ligas está haciendo un gran trabajo con jóvenes de 15 a 18 años, y 19 años en Brasil. Espero que firmen más brasileños, que los scouts vayan a chequear lo que está pasando", dijo Orlando. "La colonia japonesa es muy fuerte, eso no va a a acabar, fueron ellos los que llevaron el béisbol a Brasil, pero tenemos varios jugadores en ligas menores que esperamos suban pronto", agregó.
Orlando está optimista acerca del crecimiento del béisbol en Brasil, pero admite que aún los peloteros, incluyendo los que juegan en Grandes Ligas, pasan desapercibidos en un país, en donde el fútbol es la religión nacional y sus mejores jugadores, los sacerdotes.
"No, no, todavía no nos reconocen. El béisbol se juega por diversión, pero las cosas están cambiando", dijo.
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