Río de Janeiro. La constructora brasileña Queiroz Galvao despidió
hoy a 70 de los obreros que trabajaban en las obras del Complejo
Olímpico de Deodoro y amenaza con otros despidos que pueden amenazar los
trabajos en el parque que albergará once de las modalidades en los
Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
El despido masivo y la notificación a otros 1.000 de que pueden perder sus empleos fue comunicada tanto a la alcaldía de Río de Janeiro como al Ministerio de Deportes de Brasil, según fuentes de la empresa citadas hoy por el diario O Globo.
La decisión, según las versiones de prensa, obedece a que la alcaldía de Río de Janeiro está atrasada en los pagos por las obras y tan sólo depositó en diciembre pasado 60 millones de reales (unos 18,75 millones de dólares) de los 640 millones de reales (unos 200 millones de dólares) previstos en el contrato.
Los 1.000 empleados amenazados de despido representan la gran mayoría de los que trabajan en las obras del Complejo Olímpico de Deodoro, por lo que la construcción puede atrasarse en momentos en que Río de Janeiro lucha por mantener dentro del cronograma todos los proyectos para los Olímpicos de 2016.
Según O Globo, la constructora amenaza con despedirlos en caso de que la alcaldía no normalice los pagos hasta finales de abril.
Deodoro será convertido en un parque después de los Olímpicos, es el segundo más importante para los Juegos del próximo año tras el Parque Olímpico, que concentrará la mayoría de las modalidades.
Su construcción era una preocupación del Comité Olímpico Internacional debido a que la licitación sólo fue adjudicada a mediados del año pasado, cuando se iniciaron las obras.
En el Complejo de Deodoro serán disputadas once modalidades olímpicas, entre ellas rugby, pentatlón, tiro y hockey. EFE
El despido masivo y la notificación a otros 1.000 de que pueden perder sus empleos fue comunicada tanto a la alcaldía de Río de Janeiro como al Ministerio de Deportes de Brasil, según fuentes de la empresa citadas hoy por el diario O Globo.
La decisión, según las versiones de prensa, obedece a que la alcaldía de Río de Janeiro está atrasada en los pagos por las obras y tan sólo depositó en diciembre pasado 60 millones de reales (unos 18,75 millones de dólares) de los 640 millones de reales (unos 200 millones de dólares) previstos en el contrato.
Los 1.000 empleados amenazados de despido representan la gran mayoría de los que trabajan en las obras del Complejo Olímpico de Deodoro, por lo que la construcción puede atrasarse en momentos en que Río de Janeiro lucha por mantener dentro del cronograma todos los proyectos para los Olímpicos de 2016.
Según O Globo, la constructora amenaza con despedirlos en caso de que la alcaldía no normalice los pagos hasta finales de abril.
Deodoro será convertido en un parque después de los Olímpicos, es el segundo más importante para los Juegos del próximo año tras el Parque Olímpico, que concentrará la mayoría de las modalidades.
Su construcción era una preocupación del Comité Olímpico Internacional debido a que la licitación sólo fue adjudicada a mediados del año pasado, cuando se iniciaron las obras.
En el Complejo de Deodoro serán disputadas once modalidades olímpicas, entre ellas rugby, pentatlón, tiro y hockey. EFE
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