En el 2014, ante la ausencia del jardinero boricua Angel Pagán-quien sigue recuperándose de una cirugía en la espalda que le fue practicada en septiembre y ha sufrido espasmos en dicha parte del cuerpo durante estos entrenamientos-el venezolano Grégor Blanco y el dominicano Juan Carlos Pérez fueron clave, junto a Travis Ishikawa, como guardabosques en la corona conquistada por los pupilos de Bruce Bochy.
Ahora ante la incertidumbre de Pagán y la fractura en el antebrazo izquierdo de Hunter Pence, quien se ausentaría hasta el 1ro de mayo por lo menos, los Gigantes necesitarán de los aportes de los "súper sustitutos" como Blanco y Pérez.
BLANCO, FIGURA CRUCIAL DESDE EL 2012
Blanco fue parte íntegra de los títulos de los Gigantes tanto del 2012 como del 2014, luego de una carrera en Grandes Ligas sin rumbo que inclusive lo mantuvo fuera de las Mayores en el 2011. El veterano, quien firmó un contrato de dos años y US$7.5 millones con San Francisco en enero, se siente bien contento en las filas de los Gigantes.
"Siempre trato de estar listo para lo que sea", dijo Blanco sobre la forma en que se ha acomodado a su rol en los tres veces campeones desde el 2010. "Es más que nada agradecimiento a San Francisco, la fanaticada y los compañeros. Me valorizan bastante y eso para mí significa mucho".
Blanco no ha puesto números abrumadores en cuanto a ofensiva se refiere, pero sí dio bastantes batazos oportunos en momentos importantes de septiembre y octubre en el 2012 y el 2014. Y por supuesto, nadie duda de su capacidad defensiva, que incluye la habilidad de jugar a un alto nivel en cada uno de los tres jardines-incluyendo el bosque central en el espacioso AT&T Park de San Francisco, donde preservó el juego perfecto de Matt Cain hace tres años con una de las atrapadas más espectaculares en la historia de la franquicia.
Ahora a Blanco le toca cumplir el papel de siempre desde que llegó a los Gigantes hace tres años: Estar preparado para jugar con mucha frecuencia, aunque sin la etiqueta de titular oficial. Eso le sienta bien al "Tiburón Blanco", quien ha llegado a identificarse de corazón con el equipo de San Francisco.
"Mi carrera cambió completamente", expresó Blanco sobre la importancia de los Gigantes en su trayectoria en el béisbol. "Desde que llegué siento que por fin conseguí un hogar. En Venezuela siempre había jugado con Tiburones de la Guaira y yo me represento con esa camiseta. Estaba buscando algo aquí que dijera yo, 'Me gustaría jugar por el nombre que tengo en frente y no por el nombre que tengo atrás'. Por fin conseguí eso.
"Eso me hace mejorar día a día, progresar y querer más lo que es jugar el béisbol", continuó el caraqueño. "Me apasiona muchísimo estar aquí. Siempre voy a ser un Gigante. Me siento muy orgulloso de haber tomado la decisión de estar aquí y que mis compañeros me apoyen en todo momento".
PÉREZ QUIERE AFIANZARSE
Después de dos temporadas entre Triple-A y el equipo grande de San Francisco, Pérez recibió tiempo de juego clave en la recta final del 2014 y la postemporada de dicho año. Aunque en un principio fungió en gran parte como reemplazo defensivo de Ishikawa-un ex primera base-en el jardín izquierdo, el criado en Nueva York sí puso de su parte con el madero.
Específicamente, todo el mundo recuerda su doble clave frente a Wade Davis de los Reales en el Juego 5 de la Serie Mundial-batazo que dio Pérez poco tiempo después de enterarse de la muerte de su amigo, compatriota y compañero de equipo en las Aguilas Cibaeñas en Dominicana, Oscar Taveras.
Ahora, con la situación en los jardines de los Gigantes, Pérez busca afianzarse en el equipo grande y seguir aportando.
"Hay que estar preparado para todo, porque las lesiones son parte de este juego y tú nunca sabes si hay tres, cuatro outfield regulares; vienes a ver lo que pasó el año pasado (con Pagán) y ahora con Hunter Pence", dijo Pérez, quien batea .273 (de 33-9) en 14 juegos de pretemporada. "Uno viene preparado todos los días al estadio, físicamente y mentalmente.
"Me he sentido bastante bien, tratando de sacarle provecho a todas las oportunidades y preparado para venir desde el banco para poner ese granito de arena que se necesite-robar una base, un toque de bola, jugar defensa. Preparado para lo que sea".
Hasta ahora, en vez de buscar opciones de cambio para reforzar los jardines, los Gigantes han preferido contar con piezas internas como Pérez e Ishikawa. En el caso del dominicano, éste goza de la confianza del manager Bochy-a pesar de su promedio de .212 a nivel de Grandes Ligas en un total de 95 partidos de campaña regular.
"Hemos visto lo que puede hacer Juan cuando está cómodo y relajado", manifestó el piloto. "Es un buen atleta y un (jardinero defensivo) por encima del promedio.
"Tiene buen bate. Eso no se ha probado aún en las Grandes Ligas, pero en el transcurso de la postemporada, se volvió cada vez más cómodo y mejoraron los turnos. Si ves lo hecho en Triple-A (.291 en el 2013 y .316 en el 2014), no hay razón para pensar que no pueda manejarlo".
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