LOS ÁNGELES. Envuelto en un áurea de humildad, el pívot
dominicano, Al Horford, confesó que a su equipo todavía le queda mejorar
para convertirse en contendientes al anillo de la NBA.
"Los deseos están ahí, pero falta mucho para eso. Tenemos un buen equipo pero falta todavía por terminar la serie regular y nos falta mejorar como equipo, todavía no te puedo decir que estamos en ese nivel pero claro que aspiramos", destacó.
Después de ocho temporadas en Atlanta Hawks, Horford está viviendo el momento más esperanzador de su carrera en la NBA. La filosofía que está implementando Mike Budenholzer desde la campaña pasada está dando sus frutos durante la temporada regular. Los Hawks se convirtieron en el primer equipo en clasificar para la postemporada. Ocupan la primera plaza de la Conferencia Este (52-14) y su buen momento evidencia un juego en el que la defensa y el movimiento de balón son claves, no en vano, el coach es discípulo de Gregg Popovich, y está logrando implementar varios de sus preceptos en el grupo que dirige.
"La clave ha sido la defensa, jugamos una buena defensa todas las noches, compartimos el balón en ofensiva y eso hace las cosas más fáciles para todos. Es el segundo año jugando en este sistema, nos sentimos muy cómodos. El entrenador en lo que siempre enfatiza es la defensa y el juego en equipo. Los Spurs mueven el balón muy bien los números en asistencias son bien altos y nosotros tratamos de hacer lo mismo acá", argumentó antes de atribuirse en tono distendido la culpa de no pasar tanto la bola.
"Yo soy culpable de eso un poco porque a veces agarro el balón demasiado tiempo. Es un proceso, yo sólo trato de hacer las jugadas más rápidas y más simples posibles", señaló.
Lo cierto es que Horford se está adaptando a la perfección a un sistema que apenas pudo practicar el año pasado debido a una lesión en el músculo pectoral que le tuvo apartado de las duelas durante 53 juegos. Se ganó un merecido hueco en los reservas de la Conferencia Este del Juego de las Estrellas tras lograr una de las mejores cifras de su carrera (15.2 ppj, 7.5 rebotes por partido, 3.3 asistencias por juego y 1.3 bloqueos). En enero firmó su primer triple-doble ante Philadelphia 76ers (21 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias).
La vida sonríe a Horford en lo personal, algo que equilibra su buen estado de forma en la esfera deportiva. Su reciente paternidad le ha traído "buena energía" y "equilibrio", y por ahora su mente está al cien por cien en ayudar a su equipo a llegar a lo más alto en la postemporada. Atlanta no ha podido superar la segunda ronda en las ocho campañas que Horford acumula en la franquicia y en los tres últimos años no llegaron a superar la primera ronda.
Con el mejor récord de toda su historia en temporada regular, los Hawks buscan darle la vuelta a la situación y plantarse en las posiciones más nobles de los playoffs.
"Los deseos están ahí, pero falta mucho para eso. Tenemos un buen equipo pero falta todavía por terminar la serie regular y nos falta mejorar como equipo, todavía no te puedo decir que estamos en ese nivel pero claro que aspiramos", destacó.
Después de ocho temporadas en Atlanta Hawks, Horford está viviendo el momento más esperanzador de su carrera en la NBA. La filosofía que está implementando Mike Budenholzer desde la campaña pasada está dando sus frutos durante la temporada regular. Los Hawks se convirtieron en el primer equipo en clasificar para la postemporada. Ocupan la primera plaza de la Conferencia Este (52-14) y su buen momento evidencia un juego en el que la defensa y el movimiento de balón son claves, no en vano, el coach es discípulo de Gregg Popovich, y está logrando implementar varios de sus preceptos en el grupo que dirige.
"La clave ha sido la defensa, jugamos una buena defensa todas las noches, compartimos el balón en ofensiva y eso hace las cosas más fáciles para todos. Es el segundo año jugando en este sistema, nos sentimos muy cómodos. El entrenador en lo que siempre enfatiza es la defensa y el juego en equipo. Los Spurs mueven el balón muy bien los números en asistencias son bien altos y nosotros tratamos de hacer lo mismo acá", argumentó antes de atribuirse en tono distendido la culpa de no pasar tanto la bola.
"Yo soy culpable de eso un poco porque a veces agarro el balón demasiado tiempo. Es un proceso, yo sólo trato de hacer las jugadas más rápidas y más simples posibles", señaló.
Lo cierto es que Horford se está adaptando a la perfección a un sistema que apenas pudo practicar el año pasado debido a una lesión en el músculo pectoral que le tuvo apartado de las duelas durante 53 juegos. Se ganó un merecido hueco en los reservas de la Conferencia Este del Juego de las Estrellas tras lograr una de las mejores cifras de su carrera (15.2 ppj, 7.5 rebotes por partido, 3.3 asistencias por juego y 1.3 bloqueos). En enero firmó su primer triple-doble ante Philadelphia 76ers (21 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias).
La vida sonríe a Horford en lo personal, algo que equilibra su buen estado de forma en la esfera deportiva. Su reciente paternidad le ha traído "buena energía" y "equilibrio", y por ahora su mente está al cien por cien en ayudar a su equipo a llegar a lo más alto en la postemporada. Atlanta no ha podido superar la segunda ronda en las ocho campañas que Horford acumula en la franquicia y en los tres últimos años no llegaron a superar la primera ronda.
Con el mejor récord de toda su historia en temporada regular, los Hawks buscan darle la vuelta a la situación y plantarse en las posiciones más nobles de los playoffs.
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