El despido del ejecutivo, que fue nombrado por el ex director general Antoni Rossich, se contempla de forma directa como una concesión de Josep María Bartomeu a Leo Messi, quien hace dos semanas le trasladó su incomodidad con la presencia de Sabadell. Su puesto no será ocupado directamente por ningún otro ejecutivo, y Pepe Costa, auténtica mano derecha del crack argentino y que guarda buena relación con los futbolistas, verá reforzada su posición en el vestuario.
La llegada de Sabadell al puesto ya provocó un terremoto entre la plantilla por cuanto fue el responsable directo del despido (jubilación) de Txema Corbella, un utilero con más de 30 años de antigüedad en el vestuario y que era muy apreciado por los futbolistas, que no ocultaron ni su sorpresa ni su disgusto por la decisión.
Pero su alejamiento con el vestuario se produjo en Amsterdam, cuando tras el partido de Champions que el Barça disputó en el campo del Ajax la expedición se vio obligada a permanecer una noche en la ciudad holandesa por una avería del avión y a los acompañantes de la plantilla (sus familiares) no se les encontró acomodo en ningún hotel, por lo que muchos de ellos debieron pasar toda la noche en el aeropuerto.
El cesado team manager quiso desde su nombramiento en verano apartar del día a día a Pepe Costa, personaje clave en el fichaje de Neymar, que mantiene una estrecha relación tanto con el brasileño como con Messi desde hace varios años y con otros integrantes de la plantilla. Por ello, la presencia de Sabadell fue vista siempre con reparos por los jugadores y si los capitanes ya verbalizaron esa incomodidad, Leo le acabó por dar la puntilla en su charla con el presidente.
Al argentino no le hizo falta exigir nada directamente a Bartomeu. Le bastó con repetirle un discurso ya conocido por el mandatario, quien hacía semanas barajaba el cese de Sabadell (desde que en diciembre despidió a Rossich) y que avanzó la decisión para contentar de forma directa al crack.
Una vez sentenciado este despido, se espera lo que pueda suceder en las próximas semanas con Ramón Canal, jefe de los servicios médicos del club, y Juanjo Brau, jefe de los fisioterapeutas y que tras ser el recuperador de confianza de Messi se alejó del argentino por decisión de éste. Ambos son vistos con mucha desconfianza por La Pulga y su cese podría producirse próximamente, quedando en el alero la posición de Joaquín Valdés, el psicólogo que llegó de la mano de Luis Enrique y que también está en la mira tanto del crack como de varios de sus compañeros.
De momento, lo que queda claro es que la salida de Emili Sabadell es una victoria personal de Messi, quien ha visto así reforzada su figura en el club.
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