Y pese al dolor de la derrota por amplio margen de 10-0 sufrida el martes por la noche en Kauffman Stadium frente a los Reales de Kansas City, cada uno de los peloteros de los campeones de la Liga Nacional está listo para ese reto.
"Estoy contento de tener esta oportunidad de jugar un séptimo partido de una Serie Mundial", manifestó el tercera base de los Gigantes, el venezolano Pablo Sandoval. "Va a ser otro día. Hay que gozarlo, como se disfruta de cada momento que nos da Dios".
Apoyados en un segundo inning grande, en el que anotaron siete carreras, los Reales forzaron el espectacular empate 3-3 que obliga a que la Serie Mundial se vaya a un máximo por apenas la sexta vez en los últimos 26 años y primera oportunidad desde que los Cardenales de San Luis derrotaron a los Rangers de Texas en 2011.
"Así es la pelota, pero la meta siempre ha sido ganar cuatro juegos", filosofó el jardinero derecho de los Gigantes, Hunter Pence. "Lo que significó este juego es que es uno más. Cada día nos brinda la oportunidad de un nuevo partido. ?Predicciones, expectativas? En el béisbol uno nunca lo sabe. Nadie podía haber predecido lo que ocurrió [en el sexto juego]. Uno ni siquiera sabe qué criatura era hace cinco minutos".
Los Gigantes sucumbieron en las dos Series Mundiales previas en las que sacaron ventaja de 3-2 y ahora tratan de probar que sí pueden hacer valer la frase "a la tercera va la vencida".
Derrotados por los Senadores de Washington en 1924 y los Angels de Anaheim en 2002, ambas ocasiones por supuesto en un tope de siete partidos, los Gigantes tratan de darle un vuelco nuevo a la historia al medirse el miércoles a los Reales en Kauffman Stadium.
"Todos los que sean aficionados a la pelota sueñan con un séptimo juego", declaró el receptor de los Gigantes, Buster Posey. "Me siento afortunado de poder jugar en uno". Tim Hudson, que nunca había lanzado ni al nivel de Serie de Campeonato antes de 2012, sube a la lomita por los Gigantes con la intención de darle a San Francisco su tercera Serie Mundial en cinco años.
"En cuanto a los momios, solamente dígale eso a estos tipos que los han superado una y otra vez", indicó el dirigente de los Gigantes. "Usted se fija en 2012 y si fuera por números ya hubiéramos sido eliminados en la primera o segunda ronda".
Los Gigantes quedaron con mínimas posibilidades de imponerse en el sexto desafío al ser sacudido el abridor Jake Peavy con cinco carreras en apenas 1.1 episodios de trabajo, pero Bochy piensa que tenía mucho más en la bola de lo que significan las frías estadísticas de ese cotejo.
"Tenía buen material y con un poquito de suerte se hubiera podido salir de esa entrada", comentó Bochy. "Su velocidad estaba bien, sus lanzamientos eran precisos. Simplemente le hicieron buen contacto a la bola. Pusieron la pelota en juego e hicieron buen trabajo en eso".
Dentro del plano de lo positivo, con su doblete en su primer turno, Pence extendió a 19 su racha de juegos consecutivos embasándose en encuentros de playoff desde el segundo partido de la Serie Mundial de 2012, con nueve impulsadas en ese lapso.
El juego del miércoles marcará la quinta ocasión en la que los Gigantes llevan la Serie Mundial a un partido final y en las cuatro ocasiones previas no salieron airosos en su intento por coronarse.
"Jugar un séptimo partido de Serie Mundial es una cosa con la que uno ni sueña", filosofó el versátil serpentinero venezolano Yusmeiro Petit. "Es lo máximo, es algo de lo grande que le da la pelota a uno, un pedacito de tiempo por lo cual uno trabaja tan duro".
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