Cruz, quien busca demostrar que nada de lo que ha hecho en el pasado es producto de la casualidad o de usar ayuda, ha sido por mucho el bateador más destacado de la tropa de Buck Showalter. También el más determinado del grupo.
“Todos los años uno está en una misión y creo que este no es la excepción”, dijo Cruz, quien batea .298 con nueve jonrones y 29 carreras impulsadas en sus primeros 29 juegos con Baltimore. “Creo que he puesto más empeño en mi preparación física y mental antes del juego. Eso ha influido mucho”, agregó.
Después de conectar 27 jonrones y empujar 76 carreras en 110 juegos la temporada pasada, Cruz estaba proyectado para ser uno de los agentes libres más buscados del invierno, algo que no ocurrió. Se puede argumentar que las dos principales razones de lo sucedido fueron, la sanción de 50 partidos por su participación en el escándalo de dopaje Biogénesis y el nuevo sistema de compensación de agentes libres llamado oferta calificada, que obliga a los clubes a ceder sus mejores selecciones del sorteo de novatos por firmar a jugadores que reciben dicha oferta. En lugar de firmar un contrato de al menos cinco temporadas y alrededor de $15 millones anuales, como dicta el mercado actual para jugadores de su calibre, Cruz fue forzado a aceptar una oferta de $8 millones por un año con los Orioles, una semana después de que todos los equipos habían iniciado sus entrenamientos primaverales.
“Fueron días de incertidumbre, especialmente por no tener las respuestas a las preguntas que me hacían amigos y familiares. Uno comprende un poco el negocio, pero las personas que quieren a uno sufren más porque no entienden el proceso”, dijo.
Cruz, de 33 años, había jugado toda su carrera, menos ocho juegos, de nueve temporadas con los Vigilantes de Texas, con los que pasó de ser un deshonroso miembro de la lista de waivers en el 2008 a un dos veces Todos Estrellas y uno de los bateadores más productivos del béisbol desde el 2009.
Es el mismo Cruz que hace seis años fue puesto a disposición de todos los otros clubes -- y no fue reclamado -- tras haber rechazado la propuesta de los Rangers de convertirse en lanzador por la poca confianza que tenía la organización de que podría batear consistentemente el pitcheo de las ligas mayores.
En lugar de cambiar de posición, Cruz fue a las ligas menores con la misión de obligar a los Rangers a reconsiderar el plan. Los lanzadores de las ligas menores pagaron los platos rotos por el enojo del poderoso bateador derecho, que bateó .341 con 37 jonrones y 100 impulsadas en 104 partidos para forzar su promoción en septiembre a las ligas mayores, de donde no ha descendido jamás.
“Cuando tienes situaciones tan difíciles como las que mencionas, te rompen o te hacen más fuerte. En mi caso, me han hecho más fuerte, mejor jugador, mejor ser humano, mejor compañero”, dijo Cruz.
“En definitiva, ahora valoro más las cosas que a veces uno como jugador no da el valor que merecen, como jugar todos los días, venir al estadio y ser parte de un equipo de Grandes Ligas. Pero cuando está fuera por 50 partidos por la razón que sea, te ponen en waivers, uno valora más las cosas”, agregó.
Cuando los Orioles firmaron a Cruz había preocupación sobre el tipo de recepción que recibiría del inicialista Chris Davis y el jardinero Nick Markakis, dos jugadores que han hablado fuertemente contra los usuarios de sustancias en el béisbol. Sin embargo, Showalter, quien dirigió a Cruz en Texas; Davis, quien también fue su compañero con los Rangers, y los dominicanos Ubaldo Jiménez y Manny Machado se encargaron de preparar la alfombra de lo que ha sido una tremenda aceptación.
Cruz da mucho crédito al trato de sus compañeros en su gran arranque con los Orioles.
“Uno siempre espera lo mejor y tiene buenas expectativas. Mis compañeros y la gerencia me hicieron más fácil la transición”, dijo Cruz, quien es segundo en impulsadas, tercero en jonrones y cuarto en slugging y OPS de la Liga Americana.
“Cuando tus compañeros, el manager, la organización en sentido general te dan ese apoyo, desde el principio te dicen que están contigo, te da confianza y te motiva para hacer lo necesario para ayudar a ganar”, dijo Cruz. “Ha sido una bendición venir aquí y creo que fue la decisión correcta y hasta ahora es lo que se ha visto”, dijo.
El tremendo aporte de Cruz, especialmente en la carretera, tiene a Baltimore en el primer lugar del este del joven circuito. Después de caer en sus primeros dos encuentro del año en Detroit, Baltimore ha ganado nueve de los últimos 15 fuera de casa y batea .294 con 5.4 carreras durante la racha. Cruz batea .353 con seis jonrones y 23 carreras impulsadas en parques ajenos.
“No es solamente su aporte en el terreno de juego, sino en el camerino con los jugadores menos veteranos y con nosotros los latinos. Nelson ha sido una adición muy importante para el equipo”, dijo Machado.
“Todo el mundo conoce al pelotero, pero no muchos conocen al hombre. Conozco a Nelson desde hace mucho tiempo y sabía la clase de hombre que es fuera del terreno y en el camerino”, dijo Showalter.
Cruz ya explicó en el pasado las razones por las que decidió ingerir una sustancia que no estaba aprobada por el béisbol y arriesgarse a cargar con una mancha escarlata el resto de su carrera. De acuerdo al pelotero, una infección gastrointestinal que le había hecho perder 40 libras, fue la razón.
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