El nuevo manager de los Marineros quería caminar una cuadra para comprar algo para tomar en Starbucks.
"Me tomó media hora", dijo McClendon con una sonrisa. "La gente se me acercaba para expresar su felicidad. Así de emocionados están con lo que esto representa para este equipos y esta ciudad".
Esto, por supuesto, es la firma del segunda base Robinson Canó, quien firmó su tan analizado contrato de 10 años y US$240 millones. Hubo una rueda de prensa con el dominicano Canó, su representante Jay-Z y la gerencia de los Marineros en el estadio el jueves.
El gerente general del equipo, Jack Zduriencik, había intentado desde hacía varios años agregar a una estrella al roster. Hace dos años los Marineros trataron de firmar al primera base Prince Fielder. Y en el invierno del 2012-13, Zduriencik le ofreció a Josh Hamilton un enorme contrato, sólo para ver al jardinero fichar con los Angelinos. Después de eso, preparó un paquete formidable-que incluyó al prospecto del pitcheo Taijuan Walker-en las negociaciones con Arizona por el jardinero Justin Upton, quien al final utilizó su cláusula de no cambio para rechazar el canje.
Imagínense la felicidad de Zduriencik cuando finalmente uno de sus swings hizo contacto o, como lo dijo McClendon, el GG dio "Grand Slam".
Ahora Seattle ha demostrado que puede atraer al Noroeste a un pelotero élite de Grandes Ligas. Con Canó y el as venezolano Félix Hernández en el clubhuose, tanto los jugadores de posición como los pitchers tendrán un modelo a seguir.
"Creo que eso puede ayudar mucho", dijo Zduriencik. "Tenemos un pitcheo élite y vamos a seguir mejorando. Pero no teníamos un pelotero élite (como jugador de posición). Creo que si fuera su compañero ahora, estaría bien entusiasmado".
Los Marineros esperan que otros agentes libres se sientan así. De hecho, ya agregaron de esa manera a Corey Hart, además de hacer un cambio con los Marlins por Logan Morrison.
Mientras tanto, Canó habló de liderar con su ejemplo e impartir algo de su conocimiento a raíz de su experiencia de nueve años en los Yankees.
"Uno quiere sentirse como en familia…poder compartir informaciones sobre el juego, no sólo venir a jugar e irse a casa el 30 de septiembre", dijo el quisqueyano. "Quería venir a jugar aquí porque creo que tenemos buenas posibilidades con el talento joven. Esto no se trata solamente de la temporada del 2014, sino también de los 10 años".
De hecho, se trata de mucho más que eso.
Se trata de Seattle hacer lo necesario para restablecerse como un lugar donde los jugadores quieran jugar y donde los fanáticos llenan el estadio para verlos. Se trata de aprovechar el talento de uno de los mejores peloteros del mundo desde el punto de vista no sólo del béisbol, sino también de relaciones públicas y mercadotécnica.
Los fanáticos de Seattle han escuchado desde hace un tiempo que los movimientos de la gerencia durante el invierno eran el inicio de algo bueno, pero esta vez-con esta clase de jugador compromiso de parte de los dueños-es difícil no creerlo de verdad.
McClendon, quien perteneció a los Tigres durante varios años antes de ser nombrado manager de los Marineros para el 2014, recuerda que Detroit perdió 119 juegos en el 2003 pero firmó al cátcher boricua Iván Rodríguez ese mismo invierno. Para el 2006 , con los venezolanos Magglio Ordóñez y Carlos Guillén, los felinos estaban disputando una Serie Mundial.
El nuevo capataz de Seattle ha visto cómo en algunas ocasiones, un solo jugador y lo que representa pueden redefinir una organización.
"Parecía que lo único necesario fue que Pudge (Rodríguez) llegara, y los otros peloteros de cartel lo siguieron", dijo McClendon. "Esto se parece mucho a eso".
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