"Esta nación ha perdido un gran hijo", dijo el mandatario tras anunciar el fallecimiento del Premio Nobel de la Paz, tras meses de agonía por padecimientos de salud.
El hombre que soportó toda una vida de 27 años de confinamiento en una celda de no más de cinco metros cuadrados, de la que emergió con ánimo de perdón y no de venganza para aplastar el último gramo del Apartheid, sucumbió en una última lucha, la de su salud deteriorada.
Mandela, nacido el 18 de julio de 1918, el eterno pacifista que le enseñó a la humanidad entera que la paz no es una utopía, también fue un hombre enamorado del deporte, al que empleó como estandarte unificador de naciones, de hombres, de negros y blancos.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció el deceso del ex mandatario. "Nuestro pueblo ha perdido un padre". Y agregó: "Mandela nos unió y juntos, unidos, vamos a despedirlo. Nuestro amado Madiba recibirá un funeral de Estado. Vamos a sentir este momento de dolor profundo, pero que también sea un momento de luchar como Madiba lo hizo".
El mandatario giró instrucciones para que las banderas "ondeen a media asta a partir de mañana y hasta después del funeral. "Por un África unida, vamos a amar a Madiba por siempre. Que Dios bendiga África".
Distinguido con el premio Nobel de la Paz en 1993, Mandela realizó dos años después en su país el Mundial de rugby, deporte hasta entonces practicado exclusivamente por los blancos. Ataviado con el Jersey de los Springboks, como se conoce a la selección de su país, salió al frente de su equipo en el Estadio Ellis Park para inaugurar la justa. Su grito de guerra: "One team, one nation" logró unificar las razas para adjudicarse la corona del Mundo, situación recreada en la reciente producción cinematográfica Invictus, producida por Clint Eastwood en 2009.
Su otra pasión fue definitivamente el fútbol y también fue el baluarte para llevar a Sudáfrica la pasada edición del Mundial, en 2010. Él mismo declararía que este hecho fue el más feliz de su vida, incluso por encima del día de su liberación tras permanecer preso durante casi tres décadas por promulgar la igualdad entre los hombres.
Tras ser internado por su recaída, todavía el jueves pasado su esposa Graça Machel dijo que Nelson no podía sufrir porque se encontraba en estado vegetativo, versión que los médicos que le cuidaban se encargaron de desmentir ante los medios.
Pero 'Madiba' -nombre que significa el título honorífico otorgado por los ancianos de su clan familiar- deja un gran legado: la Fundación Mandela en Johannesburgo.
Dedicó 67 años de su existencia a fomentar una convivencia interétnica, mensajes llevados a la ONU, que declaró su nacimiento como Día Internacional de Nelson Mandela, para reconocer su aporte a la cultura de la paz y su defensa de los derechos humanos.
0 comentarios:
Publicar un comentario