La única vez que los Cardenales de San Luis pudieron someter al artillero dominicano la noche del lunes fue cuando conectó un elevado a lo profundo del jardín central en la parte del sexto inning del quinto inning de la Serie Mundial. Adam Wainwright, el abridor de los Cardenales, respiró profundo.
De todas formas, "Big Papi" se fue de 4-3, con un doblete remolcador y hasta consiguió un sencillo dentro del cuadro interior. Más importante, sus Medias Rojas de Boston se impusieron 3-1 para ponerse a una victoria de atrapar su tercer campeonato del Clásico de Otoño desde 2004.
Ortiz y el mes de octubre están en nítida sintonía. En tres Series Mundiales, Ortiz registra promedio de .465, el porcentaje más elevado con peloteros que tienen al menos 50 apariciones al plato.
"Es que yo nací para esto", dijo un radiante Ortiz.
Suena a presumido, pero es la pura verdad al contemplar sus números en esta serie, con 11 hits en 15 turnos para promedio de .733.
Billy Hatcher bateó para .750, además de un porcentaje de embasado de .800, cuando los Rojos barrieron a los Atléticos en la serie de 1990. Ambas cifras marcan el pico histórico en una Serie Mundial. Ortiz tiene un porcentaje de embasado de .750, en lo que va de la actual edición.
Ortiz cuenta con un par de dos jonrones, dos dobles y seis remolcadas. La producción podría ser aún más masiva de no haber sido por el jonrón con las bases llenas que el jardinero derecho Carlos Beltrán le robó en el primer juego.
"¿De qué planeta vino?", se preguntó extasiado el receptor de los Medias Rojas David Ross.
La pregunta que se hacen todos es por qué los Cardenales no aceptan tirar la toalla, optando por la base por bolas intencional. Apenas lo han hecho una vez, aunque en cuatro ocasiones han sido precavidos al no tirarle nada bueno para otros cuatro boletos.
"Fue la decisión que tomé antes del juego", dijo Wainwright sobre enfrentar a Ortiz directamente. "Me dije: `Nada de esquivar a Ortiz, voy a tratar de sacarlo out".
El acto de valentía --o temeridad si prefiere llamarlo así-- no sirvió de nada.
Ortiz remolcó al plato a Dustin Pedroia con un doble en el primero, siguió con sencillo en el cuarto y luego añadió el sencillo al cuadro interior en el octavo. El único out fue el batazo atrapado por Shane Robinson.
El mánager de los Cardeanels Mike Matheny explicó que el plan fue hacerle "pitcheos difíciles" en vez de cederle la base a Ortiz.
"A veces la bola quedó demasiado dentro de la zona de strike de lo que pretendíamos", señaló Matheny.
Wainwright coincidió con su piloto: "La idea era que fueran los turnos más difíciles, pero lamentablemente pudo hacerle buen contacto".
Ortiz, por su parte, señaló que su plan se centra en la consigna de atacar todo lo que esté silbando cerca del plato.
"Ahora mismo, estoy en plan de atacar, yo no estoy pensando en qué te van a pitchear o no te van a pitchear", comentó. "Me quedo en la zona de strike. Si yo veo un pitcheo allí, voy a atacar".
Ortiz prácticamente tendría asegurado ser el Jugador Más Valioso de esta serie, cosa que no ocurrió cuando Boston se consagró en 2004 (Manny Ramírez) y 2007 (Mike Lowell).
Su mánager John Farrell pidió mesura: "Si hay algo que no vamos a hacer es adelantarnos a los hechos, ya sea por ser algo que logramos de manera colectiva o por una actuación individual. Pero la verdad es que está atravesando un momento espléndido".
El que la serie se traslade al Fenway Park, el hogar de los Medias Rojas, no puede llegar en mejor momento. Volverá a desempeñarse en su habitual puesto de bateador designado. Aquí en el Busch Stadium, tuvo que tomar un guante y defender la primera base durante tres juegos consecutivos, tarea exigente para alguien que acabó el año pasado con una lesión en el talón del pie derecho.
En la jugada del hit en el infield, Ortiz reconoció que acusó una leve molestia. Fue reemplazado mediante un doble cambio, pero el mánager John Farrell aseguró que está bien.
"Me molestó un poco, pero no es algo que me va a dictar si juego en el sexto partido", dijo Ortiz.
0 comentarios:
Publicar un comentario