Para Del Potro, por su parte, las sensaciones de estar nuevamente en un nivel más que interesante. Sin embargo, hoy, por muy poco, no le alcanzó y se quedó con las ganas de festejar su 17º título ATP (cuarto en 2013: Rotterdam, Washington y Tokio) y que además habría significado el primero de la categoría Masters 1000, en su tercera final de su carrera en este tipo de torneos, luego de Canadá 2009 e Indian Wells 2013.
Los primeros pasajes del duelo fueron dominio total de Djokovic. El serbio tomó sus precauciones y buscó que Del Potro pegue en movimiento en todo momento. El argentino, sin conseguir la firmeza que supo tener en el gran triunfo ante Rafael Nadal, empezó a verse molesto y sin poder de fuego en sus golpes.
El serbio, además, presionó y aprovechó sus oportunidades. El número dos del mundo se mostró agresivo sobre el revés y sacó ventaja de la poca efectividad del servicio de Del Potro para conseguir dos rápidos quiebres. Djokovic, sólido, logró cinco games de diferencia.
No obstante, las buenas sensaciones del cierre del parcial se extendieron para Del Potro, que comenzó a lastimar con su primer servicio y encontró soluciones en la derecha. Djokovic sintió el impacto y, en un raro game en el que perdió la estabilidad en varias ocasiones, cedió su servicio: 2-0 para el argentino.
El serbio, pese a bajar sus números y perder algo de firmeza, tuvo su chance para recuperar el quiebre de ventaja, pero Del Potro salió airoso en gran manera. El argentino, a puro servicio, levantó un 0-40 y quedó 4-1 al mando. Ahí, sin dudas, se dio el punto de inflexión del set. Su saque y derecha marcaban el pulso del partido.
Ninguno quiso correr mayores riesgos en el inicio del tercero y buscaron solidez con el servicio para abrirse camino. Con el 2-2, los primeros síntomas de nervios. Del Potro soltó un poco sus golpes y llegó a tener break point; y luego fue Djokovic el que forzó al argentino a mostrar su jerarquía al levantar dos puntos para quiebre.
El serbio se mostraba más cerca del éxito. Dominaba con comodidad con su servicio (ganó los siguientes tres games de saque sin perder puntos) y ponía en aprietos a Del Potro, quien tuvo que apelar a su derecha para sacar adelante cuatro puntos de quiebre, dos de ellos en el 5-4. Así, la historia, al tie break.
Y ahí Djokovic hizo una pequeña diferencia desde la defensa. Soportó los impactos del argentino y ganó un punto clave para ponerse 4-2. Luego continuó con la solidez de su servicio y lo terminó cerrando en poco más de dos horas y media de acción.
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