Venezuela comenzó el partido a toda velocidad con un ritmo muy alto que desconcentró a su rival y con el que consiguió poner tierra de por medio, 14-5, a falta de poco menos de seis minutos para el final del primer cuarto.
Guiados por el escolta Luis Bethelmy, autor de 13 puntos en el periodo, el equipo anfitrión continuó desbocado para llevar la ventaja hasta los 17 puntos al final de los primeros diez minutos, 28-11, ante una selección boricua perdida y que llegó a sufrir hasta siete pérdidas de balón. Los isleños consiguieron ajustar su juego a lo largo del segundo periodo, a pesar de que los boricuas continuaron enredados en una magnífica defensa del Vinotinto que permitió a los anfitriones ampliar la ventaja hasta los 37-15 a falta de seis minutos y treinta segundos para el final. El entrenador de Puerto Rico, Francisco Olmos, dio orden de reingreso en la cancha a sus dos bases estrella, Carlos Arroyo y Jose Barea, y de la mano del segundo, autor de 14 puntos en la primera mitad, lograron que la ventaja al término de los primeros veinte minutos, 43-26, no aumentara todavía más.
Venezuela comenzó el tercer periodo con tres triples que contrarrestaron un mejor juego boricua, que llegó a recortar la diferencia a 13 puntos, 52-39 cuando restaban poco más de cinco minutos de periodo.
Al festival desde más allá de la línea de 6,75 metros se sumó Puerto Rico que de esta manera redujo la diferencia a siete puntos, 64-57 para entrar en el último cuarto con las espadas en todo lo alto.
En el último periodo los anfitriones acusaron el ritmo frenético de los primeros compases del partido y vieron como los boricuas cada vez los miraban más de cerca. A pesar del paupérrimo partido de Carlos Arroyo (9), los esfuerzos de Jose Barea y de Renaldo Balkman mantuvieron al equipo antillano, que logró empatar el encuentro, 79-79 a falta de quince segundos.
Venezuela no pudo anotar en la última posesión y el encuentro se fue al tiempo extra, primero que se jugó en el campeonato.
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