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jueves, 26 de septiembre de 2013
Lakers, con más dudas que certezas
6:12 a. m. by LUIS FELIPE ACEVEDO NÙÑEZ
LOS ÁNGELES -- Cuántas cosas han cambiado en Los Angeles Lakers
en un año, cuántas ilusiones se quedaron en el camino y de qué manera
ha variado el panorama en este equipo tan poco acostumbrado a no ser un
claro contendiente a ganar el título.
Comparar la pretemporada pasada con ésta es hablar del día y la noche, y es que del éxtasis colectivo provocado por los fichajes de Dwight Howard y Steve Nash, se ha pasado a la mesura obligada por la irregularidad que mostró el equipo, la salida del centro a Houston Rockets, la lesión de Kobe Bryant y la adquisición de muchas caras nuevas y menos mediáticas. El panorama de esta campaña es diametralmente opuesto al de la pasada y ya pocos se atreven a clamar a los cuatro vientos que los Lakers son serios candidatos a hacerse con el anillo. Y no es porque las expectativas no sean tan altas o más bajas, es que directamente da la sensación de que ni siquiera parece haber expectativas. Es difícil imaginar qué equipo se verá esta temporada, cómo se amoldará este renovado plantel a las ideas de Mike D´Antoni, cuánta paciencia tendrá la hinchada e incluso la gerencia, cómo llegará Kobe Bryant cuando se recupere o si el virus de las lesiones volverá a golpear con fuerza a los jugadores. Son muchos los interrogantes y escasas las ilusiones, sin embargo, ¿acaso no podría venirle bien al equipo liberarse de la presión que hizo más profundo el hoyo en el que perecieron la temporada pasada? En la franquicia son conscientes de que pocos confían en que el equipo esté en lo más alto este año, y Mitch Kupchak se escuda en un único argumento: un plantel como los Lakers siempre tiene presión, a pesar de este desencanto generalizado que él mismo percibe. "La gente de los Lakers espera que cada campaña su equipo esté en una posición de ganar el campeonato, y no creo que esa sea la expectación que hay ahora. Así es como nos sentimos. Nos sentimos tan buenos como los demás", contestó Kupchak este miércoles a la pregunta de ESPNDeportes.com. "Pero igualmente debemos tener sacar el equipo a la cancha, tienen que jugar a un nivel alto, todos tienen que estar sanos, nuestro hombres más jóvenes y los veteranos que hemos firmado tienen que producir, y así será como seremos juzgados", apuntó. El juicio final llegará en mayo, cuando el equipo haya demostrado, o no, su capacidad para clasificar a los playoffs y avanzar lo máximo posible en la postemporada. Mientras tanto Kupchak no se moja, y es que si hay algo que aprendió de la campaña pasada es que la caída es más dolorosa cuando no está prevista, cuando las esperanzas superan a la realidad. "Es difícil tener expectativas hasta que no sepamos cuando y cómo se reincorpora Kobe. No te puedes sentar y dibujar cuál será nuestro balance hasta que no sepamos cómo jugará y cuándo uno de los mejores jugadores de la NBA, si no el mejor", argumentó el gerente general. La franquicia vive los momentos previos al comienzo del campamento a caballo entre la indecisión y el 'qué pasará'; sin hacer mucho ruido y con las mismas ganas de agradar de siempre. La salida de Howard obligó a una reconstrucción modesta. "Los Ángeles no era el lugar para él", reconoció. Y así, paso a paso, con jugadores comprometidos y dispuestos a variar el rumbo del año pasado con humildad es como los Lakers están construyendo ilusiones; desde cero, sin presión y cementando bien los conceptos para la torre no se derrumbe con un leve soplido; para que al menos aguante erguida este año de transición. Quizás este sea el primer antídoto para volver a ser uno de los equipos punteros de la NBA.
Comparar la pretemporada pasada con ésta es hablar del día y la noche, y es que del éxtasis colectivo provocado por los fichajes de Dwight Howard y Steve Nash, se ha pasado a la mesura obligada por la irregularidad que mostró el equipo, la salida del centro a Houston Rockets, la lesión de Kobe Bryant y la adquisición de muchas caras nuevas y menos mediáticas. El panorama de esta campaña es diametralmente opuesto al de la pasada y ya pocos se atreven a clamar a los cuatro vientos que los Lakers son serios candidatos a hacerse con el anillo. Y no es porque las expectativas no sean tan altas o más bajas, es que directamente da la sensación de que ni siquiera parece haber expectativas. Es difícil imaginar qué equipo se verá esta temporada, cómo se amoldará este renovado plantel a las ideas de Mike D´Antoni, cuánta paciencia tendrá la hinchada e incluso la gerencia, cómo llegará Kobe Bryant cuando se recupere o si el virus de las lesiones volverá a golpear con fuerza a los jugadores. Son muchos los interrogantes y escasas las ilusiones, sin embargo, ¿acaso no podría venirle bien al equipo liberarse de la presión que hizo más profundo el hoyo en el que perecieron la temporada pasada? En la franquicia son conscientes de que pocos confían en que el equipo esté en lo más alto este año, y Mitch Kupchak se escuda en un único argumento: un plantel como los Lakers siempre tiene presión, a pesar de este desencanto generalizado que él mismo percibe. "La gente de los Lakers espera que cada campaña su equipo esté en una posición de ganar el campeonato, y no creo que esa sea la expectación que hay ahora. Así es como nos sentimos. Nos sentimos tan buenos como los demás", contestó Kupchak este miércoles a la pregunta de ESPNDeportes.com. "Pero igualmente debemos tener sacar el equipo a la cancha, tienen que jugar a un nivel alto, todos tienen que estar sanos, nuestro hombres más jóvenes y los veteranos que hemos firmado tienen que producir, y así será como seremos juzgados", apuntó. El juicio final llegará en mayo, cuando el equipo haya demostrado, o no, su capacidad para clasificar a los playoffs y avanzar lo máximo posible en la postemporada. Mientras tanto Kupchak no se moja, y es que si hay algo que aprendió de la campaña pasada es que la caída es más dolorosa cuando no está prevista, cuando las esperanzas superan a la realidad. "Es difícil tener expectativas hasta que no sepamos cuando y cómo se reincorpora Kobe. No te puedes sentar y dibujar cuál será nuestro balance hasta que no sepamos cómo jugará y cuándo uno de los mejores jugadores de la NBA, si no el mejor", argumentó el gerente general. La franquicia vive los momentos previos al comienzo del campamento a caballo entre la indecisión y el 'qué pasará'; sin hacer mucho ruido y con las mismas ganas de agradar de siempre. La salida de Howard obligó a una reconstrucción modesta. "Los Ángeles no era el lugar para él", reconoció. Y así, paso a paso, con jugadores comprometidos y dispuestos a variar el rumbo del año pasado con humildad es como los Lakers están construyendo ilusiones; desde cero, sin presión y cementando bien los conceptos para la torre no se derrumbe con un leve soplido; para que al menos aguante erguida este año de transición. Quizás este sea el primer antídoto para volver a ser uno de los equipos punteros de la NBA.
Etiquetas:
Baloncesto
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