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lunes, 17 de junio de 2013
San Antonio vence a Miami (114-104)
5:52 a. m. by LUIS FELIPE ACEVEDO NÙÑEZ
SAN ANTONIO, Texas -- Manu Ginóbili respondió a las críticas
recientes sobre su desempeño, anotó 24 puntos y repartió 10 asistencias
en su primer partido de inicio en la campaña, y los Spurs de San Antonio
doblegaron el domingo 114-104 al Heat de Miami para tomar una ventaja
de 3-2 en la serie final de la NBA.
Ginóbili lució como el durísimo jugador de antaño y los Spurs de San Antonio volvieron a jugar como campeones. Con una sola victoria más, el trío de astros los veteranos de los Spurs y no las tres figuras de Miami ostentará el título nuevamente. El argentino logró su mayor total de puntos en la campaña, mientras que el francés Tony Parker agregó 26 y Tim Duncan aportó 17, además de 12 rebotes, para que los Spurs fueran el primer equipo que acierta el 60% de sus tiros en un partido de la final en los últimos cuatro años. Danny Green pulverizó el récord de triples de la final de la NBA, al embocar seis más para llegar a 25, y totalizó 24 puntos. Kawhi Leonard finalizó con 16, pero la imagen por la que se recordará seguramente este encuentro es la de Ginóbili, al saltar a la cancha con Duncan, Parker y el resto de los titulares, en lo que pudo haber sido el último encuentro de este trío en una final en casa. Estos tres jugadores han significado mucho para San Antonio. Una ovación ensordecedora estalló en el AT&T Center cuando Ginóbili fue el último jugador anunciado entre los titulares de los Spurs. Para el final de la primera mitad, el público coreaba el apellido del escolta de Bahía Blanca. Fue una escena conocida en San Antonio pero inédita en lo que había sido una mala serie por parte de Ginóbili, otrora el mejor reservista del año en la NBA. "Evidentemente, él es muy popular. Ha estado aquí por mucho tiempo y nos ha ayudado muchísimo durante años", dijo el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich. Ginóbili reemplazó al alero brasileño Tiago Splitter como parte de una prueba de los Spurs, que colocaron una alineación de menor estatura contra el Heat. La serie estaba empatada 2-2 antes del último partido en San Antonio. El argentino totalizó 24 puntos, 10 asistencias, dos rebotes y cuatro faltas en 33:00 minutos. Splitter jugó 10:03 minutos, en los que sumó cuatro puntos, dos rebotes y tres faltas. Popovich realizó el cambio a pesar de que Ginóbili estaba teniendo la peor postemporada en su carrera, con un promedio de 7,5 puntos y una efectividad en sus tiros de campo de apenas 34% contra Miami. Popovich admitió a inicios de la semana que Ginóbili "obviamente no tiene la confianza usual". La vez anterior en que Ginóbili, de 35 años, jugó de inicio ocurrió en la final de la Conferencia del Oeste de 2012. Ahora, fue simplemente la figura. LeBron James y Dwyane Wade anotaron 25 puntos cada uno por el Heat, que será anfitrión del sexto partido, el martes. Miami necesita una victoria para obligar a un séptimo y definitivo encuentro en la final. "Nos pasaron por encima, absolutamente", reconoció el entrenador del Heat, Erik Spoelstra. "Por momentos, elegían a un jugado en cierto momento y nos dejaban en el mano a mano. Eso debe cambiar". La serie por el título en la NBA no se dirime en siete partidos desde 2010, cuando los Lakers de Los Ángeles derrotaron a los Celtics de Boston.
Ginóbili lució como el durísimo jugador de antaño y los Spurs de San Antonio volvieron a jugar como campeones. Con una sola victoria más, el trío de astros los veteranos de los Spurs y no las tres figuras de Miami ostentará el título nuevamente. El argentino logró su mayor total de puntos en la campaña, mientras que el francés Tony Parker agregó 26 y Tim Duncan aportó 17, además de 12 rebotes, para que los Spurs fueran el primer equipo que acierta el 60% de sus tiros en un partido de la final en los últimos cuatro años. Danny Green pulverizó el récord de triples de la final de la NBA, al embocar seis más para llegar a 25, y totalizó 24 puntos. Kawhi Leonard finalizó con 16, pero la imagen por la que se recordará seguramente este encuentro es la de Ginóbili, al saltar a la cancha con Duncan, Parker y el resto de los titulares, en lo que pudo haber sido el último encuentro de este trío en una final en casa. Estos tres jugadores han significado mucho para San Antonio. Una ovación ensordecedora estalló en el AT&T Center cuando Ginóbili fue el último jugador anunciado entre los titulares de los Spurs. Para el final de la primera mitad, el público coreaba el apellido del escolta de Bahía Blanca. Fue una escena conocida en San Antonio pero inédita en lo que había sido una mala serie por parte de Ginóbili, otrora el mejor reservista del año en la NBA. "Evidentemente, él es muy popular. Ha estado aquí por mucho tiempo y nos ha ayudado muchísimo durante años", dijo el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich. Ginóbili reemplazó al alero brasileño Tiago Splitter como parte de una prueba de los Spurs, que colocaron una alineación de menor estatura contra el Heat. La serie estaba empatada 2-2 antes del último partido en San Antonio. El argentino totalizó 24 puntos, 10 asistencias, dos rebotes y cuatro faltas en 33:00 minutos. Splitter jugó 10:03 minutos, en los que sumó cuatro puntos, dos rebotes y tres faltas. Popovich realizó el cambio a pesar de que Ginóbili estaba teniendo la peor postemporada en su carrera, con un promedio de 7,5 puntos y una efectividad en sus tiros de campo de apenas 34% contra Miami. Popovich admitió a inicios de la semana que Ginóbili "obviamente no tiene la confianza usual". La vez anterior en que Ginóbili, de 35 años, jugó de inicio ocurrió en la final de la Conferencia del Oeste de 2012. Ahora, fue simplemente la figura. LeBron James y Dwyane Wade anotaron 25 puntos cada uno por el Heat, que será anfitrión del sexto partido, el martes. Miami necesita una victoria para obligar a un séptimo y definitivo encuentro en la final. "Nos pasaron por encima, absolutamente", reconoció el entrenador del Heat, Erik Spoelstra. "Por momentos, elegían a un jugado en cierto momento y nos dejaban en el mano a mano. Eso debe cambiar". La serie por el título en la NBA no se dirime en siete partidos desde 2010, cuando los Lakers de Los Ángeles derrotaron a los Celtics de Boston.
Etiquetas:
Baloncesto
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