Dos goles de Fred, uno de Neymar, que volvió a ser decisivo con un magistral tiro a balón parado, y otro de Dante le permitieron a Brasil un rival en teoría más fácil para el cruce de semis.
La primera parte fue dura, de poco fútbol y muchas faltas, y esta dio paso a un carrusel de goles en ambas porterías en un segundo tiempo de juego ofensivo, en el que ningún equipo tuvo el control.
Brasil terminó así primera del Grupo A con 9 puntos, por lo que jugará las semifinales en Belo Horizonte contra la segunda de la otra manga, mientras que Italia buscará un lugar en la final contra el mejor equipo del Grupo B.
Debido a la lesión de Pirlo, la correa de transmisión entre la zaga y el ataque, Italia se vio forzada a volver a sus fueros de antaño, a dedicarse a la defensa y olvidar el bello fútbol ofensivo que se convirtió en su marca de los últimos años.
Brasil perdió también algo de profundidad con la entrada de Hernanes en lugar de Paulinho, pero ganó en control de juego, en el alargue de las posesiones y contribuyó a que el equipo fuera muy seguro en el corte en el centro del campo.
Al igual que en los dos partidos anteriores, Brasil imprimió un ritmo vertiginoso desde el pitido inicial, trató de pillar desprevenida a Italia con un torbellino de juego y aprovechar el aliento de su afición inflamada.
Con Italia aún algo fría, Brasil se instaló en el área Azzurra y a punto estuvo de inaugurar el marcador con un par de jugadas seguidas de Oscar y Hulk.
Después el equipo italiano se repuso y alejó a una distancia de seguridad al equipo anfitrión que, sin embargo, llevó la voz cantante durante toda la primera parte, aunque con escaso peligro.
El conjunto dirigido por Cesare Prandelli, con más empeño en labores defensivas que en el ataque, jugó con las líneas muy juntas y presionó bien en la salida del balón, con lo que Brasil no pudo sino tener muy contadas ocasiones.
Una de las mejores oportunidades hasta el descanso, una jugada de gran plasticidad que mostró las mejores virtudes del equipo brasileño, fue un tiro cruzado de Neymar después de un inteligente pase de tacón de Oscar.
Pero esa fue una ocasión aislada en una primera parte con poco fútbol y muchas faltas, con juego duro de ambas partes, que se plasmó en tres lesiones en la primera media hora, de David Luiz, Montolivo y Abate, quien se fue a la enfermería después de una entrada dura perpetrada por Neymar.
El propio Neymar, blanco de numerosas faltas por parte de los italianos, también dejaría el terreno de juego en la segunda parte con molestias.
Uno de los sustitutos de los lesionados, el defensa Dante, fue el autor del primer gol de Brasil, al rematar en el segundo palo una falta sacada por Neymar y que había peinado Fred y le permitió a los anfitriones irse al descanso con una mínima renta de un gol.
Italia respondió al regreso de los vestuarios, en un contraataque fulminante iniciado por el portero Buffon y rematado con pulso firme por Giaccherini, quien recibió en inmejorables condiciones un acrobático pase de espuela de Mario Balotelli.
Pero el empate fue una fugaz ilusión para los italianos, puesto que a continuación, Neymar volvió a aventajar a su equipo con un tiro de falta con rosca, al palo largo, inalcanzable para Buffon, que no se movió del sitio.
La sucesión de goles aceleró el ritmo del partido. Italia era entonces más ambiciosa y agresiva y acarició el empate en un tiro a balón parado de Balotelli, que repelió Julio César.
Italia pagó con creces su descaro y encajó el tercero en un pase largo, teledirigido, de Marcelo hacia Fred, quien ganó en el cuerpo a cuerpo a Chiellini y fulminó a Buffon.
Al igual que en su alocado partido contra Japón, Italia no estaba dispuesta a bajar los brazos y volvió a reducir distancias por medio de Chiellini en un córner, luego de una jugada extrañísima en la que dio toda la sensación de que el árbitro había pitado penal justo antes del remate del italiano, a tal punto que los brasileños parecieron desconcentrarse.
El técnico brasileño, Luiz Felipe Scolari, trató de controlar el desbarajuste dando entrada a un tercer volante como Fernando, con órdenes de bajar las revoluciones, mientras que Prandelli respondió echando más fuego a la hoguera con un jugador vertical como El Shaarawy.
Así Italia se apoderó del juego en la etapa final del partido, pero fue Brasil quien amplió la ventaja al aprovechar un mal pase en la zaga de los transalpinos, que se convirtió en una contra que acabó convirtiendo Fred.
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