Su previsible rival en Londres será el Bayern Munich, que el miércoles definirá su eliminatoria en Barcelona con una ventaja parcial de 4-0.
El Dortmund encajó en el Bernabéu su primera derrota en esta edición del torneo y regresa a la final de la máxima competición continental por segunda vez en su historia. En 1997 se proclamó campeón tras imponerse a la Juventus. El Madrid necesitaba un 3-0 para dar la vuelta al marcador, pero los goles llegaron casi con el tiempo cumplido. A los 83 minutos, Kaká habilitó a Mesut Oezil en la banda, y el alemán puso un centro al corazón del área para el inapelable remate de Benzema.
Cinco minutos después, con el Madrid volcado, Ramos remató dentro del área en una jugada embarullada. A pesar de los cinco minutos de alargue que concedió el árbitro Howard Webb, el Madrid no logró anotar el tanto que le faltaba para dar la vuelta a la eliminatoria.
“El Real Madrid no vive de casi, ni yo tampoco. No es mi filosofía, no es mi cultura”, dijo el técnico portugués José Mourinho tras lamentar la tercera eliminación consecutiva del equipo en semifinales. “El Madrid tiene que ganar (la Copa de Europa). ¿Cuándo llegaré? No lo sé. Si es conmigo óptimo, si no es conmigo lo celebraré igual”. Salvo el tremendo empuje final, el Madrid fue de más a menos.
El Madrid arrancó el partido interpretando a la perfección la partitura de toda buena remontada.
En menos de 15 minutos dispuso de tres ocasiones clarísimas para anotar ese gol tempranero de la fe que inclina el campo cuesta abajo. Pero el arquero alemán Roman Weidenfeller tapó dos remates a bocajarro de Gonzalo Higuaín y Cristiano Ronaldo. Mientras que Oezil, libre de marca, disparó desviado dentro del área.
En los compases iniciales, el Dortmund perdió por lesión a su estrella Mario Goetze, quien se resintió de unas molestias musculares en una carrera y tuvo que ser sustituido.
El Madrid no pudo aprovechar la circunstancia. Tampoco supo convertir en gol sus ocasiones. Entonces, los decibeles de la grada disminuyeron y la euforia inicial dio paso a un partido más previsible. José Mourinho apostó de inicio por Luka Modric y Xabi Alonso, pero con el Dortmund más asentado, los dos mediocampistas no encontraron a Cristiano, mientras que Ángel Di María se dedicó a colgar centros que siempre acababan en las manos de un gigante Weidenfeller.
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