MELBOURNE -- El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, derrotó al español David Ferrer, quinto preclasificado, y se clasificacó a las semifinales del Abierto de Australia, donde chocará con el británico Andy Murray, vencedor del japonés Kei Nishikori.
Djokovic se impuso en la dura batalla física que le planteó Ferrer, que pese a su gran partido no pudo evitar la derrota por 6-4, 7-6 (4) y 6-1 tras 2 horas y 44 minutos.
El de Jávea se dejó la piel en la pista y obligó al campeón del torneo a dar lo mejor de sí en los dos primeros sets. Un Ferrer siempre al límite llevó el partido a su terreno, a un descomunal desgaste físico, en un duelo en el que el español sabía que habitaban sus únicas bazas de lograr el triunfo.
Pero la intensidad que imprime el serbio a sus partidos es difícilmente soportable por nadie. Djokovic no da tregua, obliga a sus rivales no sólo a jugar a la perfección, sino a tener que hacerlo durante todo el partido.
En los primeros compases del duelo, Djokovic se encontró muy cómodo al resto y aunque Ferrer fue capaz de salvar seis puntos en sus dos primeros servicios, no pudo más en el tercero y el serbio cobró ventaja.
Curiosamente el español comenzó a incrementar su nivel de juego. Empezó a leer mejor el saque de su rival y a restar de maravilla, impidiendo que Djokovic ganara fácilmente sus saques. Planteó una dura pelea desde el fondo de la pista. Tras salvar un punto de set, dispuso de punto de rotura para igualar el partido 5-5, aunque no lo consiguió y luego el de Belgrado cerró la primera manga.
El segundo set comenzó con una nueva rotura del balcánico pero de nuevo el espíritu inquebrantable de Ferrer le llevó a mantener firme en la lucha sin cuartel en la que se había convertido el partido.
Ferrer consiguió por primera vez romper el saque a Djokovic, quien se quejó de unas molestias en la parte posterior de su pierna izquierda en el punto que le costo el servicio, y a continuación terminó de voltear el marcador (3-2).
Djokovic resoplaba en su silla, no disfrutaba en la pista como suele hacer, y es que la exigencia física a la que le estaba obligando Ferrer era considerable. Cuando el vigente campeón del torneo comenzaba a mostrar signos de debilidad, Ferrer le dio aire con un ligero bajón en su juego, que le costó su saque en el undécimo juego, aunque reaccionó bravamente para forzar el desempate.
Ferrer llevó el mando en el desempate hasta alcanzar el 4-2, pero ante un rival que no le regalaba nada, los tres errores no forzados que cometió le costaron una segunda manga que se antojaba clave para la suerte del partido, como así fue finalmente.
Perder el segundo set fue un duro golpe anímico para el español, que cuando se quiso dar cuenta ya había perdido por 6-1 la tercera manga y por añadidura el partido.
En semifinales, Djokovic se enfrentará al escocés Andy Murray, en una reedición de la final del pasado año, en la que el serbio conquistó su segundo título en Australia.
Murray, 4º preclasificado, superó por 6-3, 6-3 y 6-1 al japonés Kei Nishikori (24º) y se aseguró un lugar en las semifinales del primer Grand Slam del año por tercera temporada consecutiva.
El número cuatro del mundo, finalista en las últimas dos ediciones del torneo de Melbourne, llegaba a este duelo como gran favorito ante la revelación del torneo: Nishikori, 26 del ránking de 22 años, era el más joven y peor ranqueado de los jugadores que habían alcanzado los cuartos de final.
El candidato no falló: estuvo paciente, preciso y mentalizado. Jugó profundo y logró buenos ángulos. Se llevó el duelo en sets corridos, en 2 horas y 13 minutos.
Andy Murray
Getty ImagesMurray dejó en el camino al japonés Nishikori
El escocés, que busca su primera corona en un Grand Slam, se mostró en muy buena forma durante el match. Sobre todo sobresalió, como suele hacerlo, desde el fondo de la cancha y en los largos intercambios de golpes. Además jugó muy bien los puntos decisivos para ir marcando diferencias a su favor en el resultado.
Por ejemplo, en el primer set, cuando tuvo nada menos que cinco oportunidades de quiebre en contra y revirtió todas y cada una de ellas. Él, a su vez, aprovechó una sóla de las 9 que se generó. Fue suficiente para quedarse con el parcial por 6-3 .
Murray brilló por su movilidad e hizo correr muchísimo a su rival, que ya se notó cansado después de los primeros games por todo lo que debió defender y por el intenso ritmo de los peloteos. El flamante pupilo de Ivan Lendl lastimó con su servicio (ganó cerca del 80 por ciento de los puntos jugados con su primer saque) y con el drive, en especial cuando pudo jugar invertido desde el lado del revés.
El joven asiático, que jugaba por primera vez unos cuartos de final de Grand Slam, dejó ver parte del tenis que lo llevó tan lejos en el cuadro, pero de a momentos le costó tomar la iniciativa por la consistencia de su oponente.
En el segundo set, el británico abrió con un quiebre de saque. Y aunque el nipón enseguida recuperó la desventaja, Murray volvió a romperle el servicio en el game siguiente. Desde ese momento fue inteligente para manejar el marcador ante un oponente que, frustrado, arrojó al suelo su raqueta en un par de oportunidades. Cerró el parcial con jerarquía: logró un quiebre más (en total tuvo 7 en el partido) para quedar 6-3.
La tercera manga fue la más despareja. El japonés evidenció alguna molestia física y Murray supo ir guiando las cosas a su favor. Otra vez intercambiaron quiebres en el arranque del set, pero el escocés sacó a relucir toda su experiencia: volvió a quebrar para ponerse 3-1 en la pizarra y mantuvo la tónica del encuentro hasta celebrar su victoria.
Pese a la derrota, Nishikori ocupará el puesto 20 del ránking a partir de la semana que viene.
El de Jávea se dejó la piel en la pista y obligó al campeón del torneo a dar lo mejor de sí en los dos primeros sets. Un Ferrer siempre al límite llevó el partido a su terreno, a un descomunal desgaste físico, en un duelo en el que el español sabía que habitaban sus únicas bazas de lograr el triunfo.
Pero la intensidad que imprime el serbio a sus partidos es difícilmente soportable por nadie. Djokovic no da tregua, obliga a sus rivales no sólo a jugar a la perfección, sino a tener que hacerlo durante todo el partido.
En los primeros compases del duelo, Djokovic se encontró muy cómodo al resto y aunque Ferrer fue capaz de salvar seis puntos en sus dos primeros servicios, no pudo más en el tercero y el serbio cobró ventaja.
Curiosamente el español comenzó a incrementar su nivel de juego. Empezó a leer mejor el saque de su rival y a restar de maravilla, impidiendo que Djokovic ganara fácilmente sus saques. Planteó una dura pelea desde el fondo de la pista. Tras salvar un punto de set, dispuso de punto de rotura para igualar el partido 5-5, aunque no lo consiguió y luego el de Belgrado cerró la primera manga.
El segundo set comenzó con una nueva rotura del balcánico pero de nuevo el espíritu inquebrantable de Ferrer le llevó a mantener firme en la lucha sin cuartel en la que se había convertido el partido.
Ferrer consiguió por primera vez romper el saque a Djokovic, quien se quejó de unas molestias en la parte posterior de su pierna izquierda en el punto que le costo el servicio, y a continuación terminó de voltear el marcador (3-2).
Djokovic resoplaba en su silla, no disfrutaba en la pista como suele hacer, y es que la exigencia física a la que le estaba obligando Ferrer era considerable. Cuando el vigente campeón del torneo comenzaba a mostrar signos de debilidad, Ferrer le dio aire con un ligero bajón en su juego, que le costó su saque en el undécimo juego, aunque reaccionó bravamente para forzar el desempate.
Ferrer llevó el mando en el desempate hasta alcanzar el 4-2, pero ante un rival que no le regalaba nada, los tres errores no forzados que cometió le costaron una segunda manga que se antojaba clave para la suerte del partido, como así fue finalmente.
Perder el segundo set fue un duro golpe anímico para el español, que cuando se quiso dar cuenta ya había perdido por 6-1 la tercera manga y por añadidura el partido.
En semifinales, Djokovic se enfrentará al escocés Andy Murray, en una reedición de la final del pasado año, en la que el serbio conquistó su segundo título en Australia.
Murray, 4º preclasificado, superó por 6-3, 6-3 y 6-1 al japonés Kei Nishikori (24º) y se aseguró un lugar en las semifinales del primer Grand Slam del año por tercera temporada consecutiva.
El número cuatro del mundo, finalista en las últimas dos ediciones del torneo de Melbourne, llegaba a este duelo como gran favorito ante la revelación del torneo: Nishikori, 26 del ránking de 22 años, era el más joven y peor ranqueado de los jugadores que habían alcanzado los cuartos de final.
El candidato no falló: estuvo paciente, preciso y mentalizado. Jugó profundo y logró buenos ángulos. Se llevó el duelo en sets corridos, en 2 horas y 13 minutos.
Andy Murray
Getty ImagesMurray dejó en el camino al japonés Nishikori
El escocés, que busca su primera corona en un Grand Slam, se mostró en muy buena forma durante el match. Sobre todo sobresalió, como suele hacerlo, desde el fondo de la cancha y en los largos intercambios de golpes. Además jugó muy bien los puntos decisivos para ir marcando diferencias a su favor en el resultado.
Por ejemplo, en el primer set, cuando tuvo nada menos que cinco oportunidades de quiebre en contra y revirtió todas y cada una de ellas. Él, a su vez, aprovechó una sóla de las 9 que se generó. Fue suficiente para quedarse con el parcial por 6-3 .
Murray brilló por su movilidad e hizo correr muchísimo a su rival, que ya se notó cansado después de los primeros games por todo lo que debió defender y por el intenso ritmo de los peloteos. El flamante pupilo de Ivan Lendl lastimó con su servicio (ganó cerca del 80 por ciento de los puntos jugados con su primer saque) y con el drive, en especial cuando pudo jugar invertido desde el lado del revés.
El joven asiático, que jugaba por primera vez unos cuartos de final de Grand Slam, dejó ver parte del tenis que lo llevó tan lejos en el cuadro, pero de a momentos le costó tomar la iniciativa por la consistencia de su oponente.
En el segundo set, el británico abrió con un quiebre de saque. Y aunque el nipón enseguida recuperó la desventaja, Murray volvió a romperle el servicio en el game siguiente. Desde ese momento fue inteligente para manejar el marcador ante un oponente que, frustrado, arrojó al suelo su raqueta en un par de oportunidades. Cerró el parcial con jerarquía: logró un quiebre más (en total tuvo 7 en el partido) para quedar 6-3.
La tercera manga fue la más despareja. El japonés evidenció alguna molestia física y Murray supo ir guiando las cosas a su favor. Otra vez intercambiaron quiebres en el arranque del set, pero el escocés sacó a relucir toda su experiencia: volvió a quebrar para ponerse 3-1 en la pizarra y mantuvo la tónica del encuentro hasta celebrar su victoria.
Pese a la derrota, Nishikori ocupará el puesto 20 del ránking a partir de la semana que viene.
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