"Mal, no puedo decir que ha sido algo bueno, cuando te encuentras en último lugar, no puedes decir que has hecho un buen trabajo," dijo con toda sinceridad, Guillén, quien llegó hace aproximadamente 11 meses para hacerse cargo de los destinos de la novena floridana.
"Yo creo que estamos en último lugar por una razón y por eso hemos cambiado a varios peloteros. Y, en general, nadie ha hecho un buen trabajo," agrega, sin alejarse un ápice de una realidad insoslayable, el timonel, que también ha tenido en sus manos los destinos de los Medias Blancas de Chicago, durante ocho temporadas, logrando con los de la Ciudad de los Vientos un título de la Serie Mundial en la temporada 2005.
Y ya alejado de una controversia desatada durante los entrenamientos primaverales, a principios del año, por alguna declaración relacionada con Fidel Castro, lo que tocó un nervio entre la comunidad cubana de Miami, el extorpedero, en su época de jugador, con Medias Blancas de Chicago, Orioles de Baltimore, Bravos de Atlanta y Rays de Tampa BAy, se ha dedicado a realizar una labor sistemática de reconstrucción en la organización de los Marlins.
"Efectivamente, así es, a partir de que empezamos la temporada muy mal no nos pudimos recuperar y ese fue el motivo por el que hemos realizado todos esos cambios, porque estamos en el momento de ver muchachos nuevos, a peloteros jóvenes," explica Guillen, antes del inicio del primero de sus tres duelos en Dodger Stadium, ante el equipo de Don Mattingly.
Y dentro de todo lo que ha vivido en la temporada y muy a pesar de que la novena de Miami se encuentra a 21 juegos del primer lugar, en la División Este de la Liga Nacional, el dirigente se muestra satisfecho por la respuesta del aficionado local.
"La fanaticada se ha hecho presente. Y para lo mal que hemos jugado, nos han apoyado. Yo creo que la gente está muy emocionada y muy contenta, a pesar de que nosotros no hemos podido jugar de una mejor manera, pero, definitivamente, la fanaticada nos ha respondido muy bien," destaca el timonel.
Y mientras continúa su labor quirúrgica, pensando ya en la temporada 2013, Ozzie Guillén contempla algunas decisiones, para ponerlas en práctica en la recta final de la actual campaña, para buscar los revulsivos en el seno del equipo:
Por ejemplo, enviar al lanzador Wade Leblanc a realizar funciones de relevo, una labor que el serpentinero zurdo no desconoce.
"Voy a mandar a Leblanc al bullpen y dependiendo de cómo lancen los muchachos, me voy a ir con una rotación de seis abridores," adelanta el timonel, quien no deja piedra sin levantar, intentando hacer de los Marlins, el equipo competitivo que espera la afición de Miami.
"Yo creo que estamos en último lugar por una razón y por eso hemos cambiado a varios peloteros. Y, en general, nadie ha hecho un buen trabajo," agrega, sin alejarse un ápice de una realidad insoslayable, el timonel, que también ha tenido en sus manos los destinos de los Medias Blancas de Chicago, durante ocho temporadas, logrando con los de la Ciudad de los Vientos un título de la Serie Mundial en la temporada 2005.
Y ya alejado de una controversia desatada durante los entrenamientos primaverales, a principios del año, por alguna declaración relacionada con Fidel Castro, lo que tocó un nervio entre la comunidad cubana de Miami, el extorpedero, en su época de jugador, con Medias Blancas de Chicago, Orioles de Baltimore, Bravos de Atlanta y Rays de Tampa BAy, se ha dedicado a realizar una labor sistemática de reconstrucción en la organización de los Marlins.
"Efectivamente, así es, a partir de que empezamos la temporada muy mal no nos pudimos recuperar y ese fue el motivo por el que hemos realizado todos esos cambios, porque estamos en el momento de ver muchachos nuevos, a peloteros jóvenes," explica Guillen, antes del inicio del primero de sus tres duelos en Dodger Stadium, ante el equipo de Don Mattingly.
Y dentro de todo lo que ha vivido en la temporada y muy a pesar de que la novena de Miami se encuentra a 21 juegos del primer lugar, en la División Este de la Liga Nacional, el dirigente se muestra satisfecho por la respuesta del aficionado local.
"La fanaticada se ha hecho presente. Y para lo mal que hemos jugado, nos han apoyado. Yo creo que la gente está muy emocionada y muy contenta, a pesar de que nosotros no hemos podido jugar de una mejor manera, pero, definitivamente, la fanaticada nos ha respondido muy bien," destaca el timonel.
Y mientras continúa su labor quirúrgica, pensando ya en la temporada 2013, Ozzie Guillén contempla algunas decisiones, para ponerlas en práctica en la recta final de la actual campaña, para buscar los revulsivos en el seno del equipo:
Por ejemplo, enviar al lanzador Wade Leblanc a realizar funciones de relevo, una labor que el serpentinero zurdo no desconoce.
"Voy a mandar a Leblanc al bullpen y dependiendo de cómo lancen los muchachos, me voy a ir con una rotación de seis abridores," adelanta el timonel, quien no deja piedra sin levantar, intentando hacer de los Marlins, el equipo competitivo que espera la afición de Miami.
0 comentarios:
Publicar un comentario