España está a un paso de cumplir con su deseo y su gran objetivo: jugar la final olímpica, como ocurrió en Beijing hace cuatro años, pero queda un último escalón. Un duro escalón.
Superado el abismo de los cuartos de final, el equipo nacional se siente reforzado. La victoria ante Francia ha tenido un efecto balsámico sobre los muchos problemas que ha tenido a lo largo de la preparación en forma de lesiones, golpes y de los consecuentes bajos estados de forma.
El juego no ha estado a la altura de otras citas de la vigente bicampeona europea, pero después de tres malos partidos consecutivos y dos derrotas dolorosas, a la hora de la verdad, en el cruce, el equipo ha sabido, con mayor o menor brillantez, superar todos los problemas y ganar a un equipo como Francia que se empleó a fondo y que acabó desquiciado.
Rusia ganó a España en la fase de grupos el pasado día 4 de agosto por 77-74. Fue una bofetada en la cara de la campeona de Europa, que ahora quiere devolver el golpe.
"Todos los partidos son distintos. Y Rusia no es Francia. En la fase de grupos llegamos a ganar por 18 puntos, pero nos remontaron y ganaron el partido. Debemos tener en cuenta estos factores y tratar de mantener nuestros buenos momentos, pero estar preparados para reaccionar ante su reacción", comentó Sergio Scariolo, entrenador del equipos español.
"Todavía tenemos algo más que sacaremos ante Rusia. Sabemos que su ataque es letal y que tendremos que aceptar algunos triples, pero debemos saber aguantar sus buenos momentos y esperar los nuestros sin desconcentrarnos", añadió el técnico.
En el seno del equipo existe el pensamiento común de que "no es conveniente" pensar en las críticas recibidas, porque "sólo queda un partido para conseguir medalla" y que la atención prioritaria debe apuntar sólo a la concentración.
De hecho la satisfacción viene por el hecho de que en los partidos anteriores se perdió por el último cuarto y contra Francia ese periodo definitivo fue en el que se jugó con más determinación, con los puños cerrados.
El éxito y el fracaso están separados por una breve línea y la selección española ha estado viviendo cerca del abismo. Ahora en semifinales y ante Rusia puede llegar su enésima redención, como la que vivió en el EuroBasket de Polonia en 2009, cuando se asomó a la eliminación y acabó coronándose campeona.
En el apartado físico, Rudy Fernández, agredido por Nicolas Batum al final del partido, no tiene más que un fuerte golpe y podrá jugar, mientras que Juan Carlos Navarro y Marc Gasol siguen con sus molestias, pero llegados a estas alturas nadie quiere perderse la cita.
Es una cita con los metales nobles y todos quieren llegar a colgarse uno del cuello.
Superado el abismo de los cuartos de final, el equipo nacional se siente reforzado. La victoria ante Francia ha tenido un efecto balsámico sobre los muchos problemas que ha tenido a lo largo de la preparación en forma de lesiones, golpes y de los consecuentes bajos estados de forma.
El juego no ha estado a la altura de otras citas de la vigente bicampeona europea, pero después de tres malos partidos consecutivos y dos derrotas dolorosas, a la hora de la verdad, en el cruce, el equipo ha sabido, con mayor o menor brillantez, superar todos los problemas y ganar a un equipo como Francia que se empleó a fondo y que acabó desquiciado.
Rusia ganó a España en la fase de grupos el pasado día 4 de agosto por 77-74. Fue una bofetada en la cara de la campeona de Europa, que ahora quiere devolver el golpe.
"Todos los partidos son distintos. Y Rusia no es Francia. En la fase de grupos llegamos a ganar por 18 puntos, pero nos remontaron y ganaron el partido. Debemos tener en cuenta estos factores y tratar de mantener nuestros buenos momentos, pero estar preparados para reaccionar ante su reacción", comentó Sergio Scariolo, entrenador del equipos español.
"Todavía tenemos algo más que sacaremos ante Rusia. Sabemos que su ataque es letal y que tendremos que aceptar algunos triples, pero debemos saber aguantar sus buenos momentos y esperar los nuestros sin desconcentrarnos", añadió el técnico.
En el seno del equipo existe el pensamiento común de que "no es conveniente" pensar en las críticas recibidas, porque "sólo queda un partido para conseguir medalla" y que la atención prioritaria debe apuntar sólo a la concentración.
De hecho la satisfacción viene por el hecho de que en los partidos anteriores se perdió por el último cuarto y contra Francia ese periodo definitivo fue en el que se jugó con más determinación, con los puños cerrados.
El éxito y el fracaso están separados por una breve línea y la selección española ha estado viviendo cerca del abismo. Ahora en semifinales y ante Rusia puede llegar su enésima redención, como la que vivió en el EuroBasket de Polonia en 2009, cuando se asomó a la eliminación y acabó coronándose campeona.
En el apartado físico, Rudy Fernández, agredido por Nicolas Batum al final del partido, no tiene más que un fuerte golpe y podrá jugar, mientras que Juan Carlos Navarro y Marc Gasol siguen con sus molestias, pero llegados a estas alturas nadie quiere perderse la cita.
Es una cita con los metales nobles y todos quieren llegar a colgarse uno del cuello.
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