El partido de la sospecha pareció despejarse rápidamente porque Brasil no quiso entrar en la guerra. Adquirió un papel secundario, se dejó llevar por el marcador y admitió el dominio de España.
El equipo español salió dispuesto a ganar y al ver la poca oposición que tuvo enfrente decidió adaptarse y dar más minutos a los menos habituales.
Los datos hablan por sí solos. 12 de 27 tiros de dos y 3 de 10 en triples al descanso de los brasileños. Y un dato definitivo: al inicio del segundo cuarto ni un solo de los titulares de ambos equipos estaba en pista.
Así las cosas la tensión del partido fue mínima y la frialdad de la pista se trasladó a las gradas. Los 8.342 espectadores se divirtieron más haciendo la ola o cantando canciones que con el espectáculo que se les dio.
Pau Gasol, que se convirtió en el máximo anotador histórico de la selección española en los Juegos Olímpicos y ya suma 417, anotó once de los dieciséis puntos anotador por el equipo tras seis minutos de juego, 16-11.
Básquetbol
Getty ImagesIbaka ataca el aro ante la marca de Caio Torres
Brasil, con calculada ineficiencia, sólo se acercó lo estrictamente necesario en el marcador, 37-35 (min.16.30), mientras que España se fue contagiando del ritmo cansino y de la nula presión de sus rivales. Al descanso, 44-38.
En el tercer cuarto el partido se transformó en una especie de pachanga con alguna que otra acción individual, algún tapón o mate de Ibaka, y con pases preciosistas, que animaron momentáneamente a la aburrida grada.
Las diferencias, instaladas en torno a la decena de puntos, permitieron, puntualmente, alguna acción ofensiva de mérito brasileña, pero nada serio, nada que indujera a pensar en un final tan sorprendente después de que al concluir el tercer cuarto se llegara con un 66-57.
El equipo español siguió jugando al 'tran-tran' sin gastar más energías de lo necesario. Su apuesta por la victoria, por el espíritu olímpico y por la deportividad pareció clara desde el primer momento. Pero los diez minutos finales fueron desconcertantes.
Brasil estrechó la ventaja española hasta los tres puntos, 70-67 a falta de seis minutos y casi sin querer se puso arriba en el marcador, 73-75 a falta de poco más de cuatro minutos, en su primera ventaja en el partido.
En ese momento el equipo español desapareció de la pista. Scariolo dio entrada a Pau Gasol y a Navarro pero la inoperancia de los españoles fue total y Brasil, prácticamente sin querer, acabó ganando por 82-88.
Con este resultado, Brasil acaba segunda de grupo y España, tercera. Brasil se las verá en una hipotética semifinal con Estados Unidos y España eludiría a los estadounidenses hasta la final.
El equipo español salió dispuesto a ganar y al ver la poca oposición que tuvo enfrente decidió adaptarse y dar más minutos a los menos habituales.
Los datos hablan por sí solos. 12 de 27 tiros de dos y 3 de 10 en triples al descanso de los brasileños. Y un dato definitivo: al inicio del segundo cuarto ni un solo de los titulares de ambos equipos estaba en pista.
Así las cosas la tensión del partido fue mínima y la frialdad de la pista se trasladó a las gradas. Los 8.342 espectadores se divirtieron más haciendo la ola o cantando canciones que con el espectáculo que se les dio.
Pau Gasol, que se convirtió en el máximo anotador histórico de la selección española en los Juegos Olímpicos y ya suma 417, anotó once de los dieciséis puntos anotador por el equipo tras seis minutos de juego, 16-11.
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Brasil, con calculada ineficiencia, sólo se acercó lo estrictamente necesario en el marcador, 37-35 (min.16.30), mientras que España se fue contagiando del ritmo cansino y de la nula presión de sus rivales. Al descanso, 44-38.
En el tercer cuarto el partido se transformó en una especie de pachanga con alguna que otra acción individual, algún tapón o mate de Ibaka, y con pases preciosistas, que animaron momentáneamente a la aburrida grada.
Las diferencias, instaladas en torno a la decena de puntos, permitieron, puntualmente, alguna acción ofensiva de mérito brasileña, pero nada serio, nada que indujera a pensar en un final tan sorprendente después de que al concluir el tercer cuarto se llegara con un 66-57.
El equipo español siguió jugando al 'tran-tran' sin gastar más energías de lo necesario. Su apuesta por la victoria, por el espíritu olímpico y por la deportividad pareció clara desde el primer momento. Pero los diez minutos finales fueron desconcertantes.
Brasil estrechó la ventaja española hasta los tres puntos, 70-67 a falta de seis minutos y casi sin querer se puso arriba en el marcador, 73-75 a falta de poco más de cuatro minutos, en su primera ventaja en el partido.
En ese momento el equipo español desapareció de la pista. Scariolo dio entrada a Pau Gasol y a Navarro pero la inoperancia de los españoles fue total y Brasil, prácticamente sin querer, acabó ganando por 82-88.
Con este resultado, Brasil acaba segunda de grupo y España, tercera. Brasil se las verá en una hipotética semifinal con Estados Unidos y España eludiría a los estadounidenses hasta la final.
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