Y es que los toleteros de los Marlins han dejado escapar muchas oportunidades en los momentos importantes.
Ramirez
Ramírez
Batearon para .127 (ocho de 63) con corredores en posición de anotar durante una serie de encuentros como locales, y ésa fue la razón principal por la que tuvieron una foja de 1-8. Comenzaron la semana pasada prácticamente empatados en el primer lugar de la División Este de la Liga Nacional y ahora emprenden una gira por dos ciudades con una desventaja de siete juegos respecto de Washington, el puntero.
"Será mejor que comencemos a batear si queremos ganar algunos juegos", dijo Guillén.
Los Marlins se ubican cerca del sótano de las mayores en los rubros de carreras anotadas, promedio de bateo, "slugging" y promedio con hombres en las almohadillas. Cuando logran colocar un corredor en segunda o tercera, el desempeño con el madero es incluso peor.
Miami batea para .218 con corredores en posición de anotar, el tercer peor promedio en las Grandes Ligas. Logan Morrison (.149), John Buck (.171), el venezolano Omar Infante (.178) y el dominicano Hanley Ramírez (.203) han fracasado en esas situaciones.
"Ojalá que podamos recuperarnos pronto", dijo el primer bate dominicano José Reyes, quien se quedó varado en la antesala luego de abrir una entrada con un triple en el juego del martes, que Florida perdió 2-1 ante Boston. "Estamos buscando un gran hit".
Y ese imparable no llegó durante buena parte de la última semana, cuando se fueron de 33-1 en situaciones con un corredor en segunda o tercera.
"Es un bateo muy pobre con hombres en las bases", dijo Guillén. "Ha ocurrido casi todo el año. ¿Cuál es la razón? No sé. Es algo curioso, porque tenemos a gente en posición de anotar y luego nos anulan. No creo que nos entre el pánico, pero debemos mejorar".
Transformados por una chequera generosa y por la mudanza a su nuevo parque, los Marlins esperaban pelear por un boleto a los playoffs. En la pretemporada, Guillén dijo que su equipo estaba bien equilibrado y listo para ganar.
Pero con 99 juegos por disputar, están apenas arriba de la marca de .500 (32-31). Por eso, Guillén dijo que se da a sí mismo una calificación mediocre o incluso peor.
Ramirez
Ramírez
Batearon para .127 (ocho de 63) con corredores en posición de anotar durante una serie de encuentros como locales, y ésa fue la razón principal por la que tuvieron una foja de 1-8. Comenzaron la semana pasada prácticamente empatados en el primer lugar de la División Este de la Liga Nacional y ahora emprenden una gira por dos ciudades con una desventaja de siete juegos respecto de Washington, el puntero.
"Será mejor que comencemos a batear si queremos ganar algunos juegos", dijo Guillén.
Los Marlins se ubican cerca del sótano de las mayores en los rubros de carreras anotadas, promedio de bateo, "slugging" y promedio con hombres en las almohadillas. Cuando logran colocar un corredor en segunda o tercera, el desempeño con el madero es incluso peor.
Miami batea para .218 con corredores en posición de anotar, el tercer peor promedio en las Grandes Ligas. Logan Morrison (.149), John Buck (.171), el venezolano Omar Infante (.178) y el dominicano Hanley Ramírez (.203) han fracasado en esas situaciones.
"Ojalá que podamos recuperarnos pronto", dijo el primer bate dominicano José Reyes, quien se quedó varado en la antesala luego de abrir una entrada con un triple en el juego del martes, que Florida perdió 2-1 ante Boston. "Estamos buscando un gran hit".
Y ese imparable no llegó durante buena parte de la última semana, cuando se fueron de 33-1 en situaciones con un corredor en segunda o tercera.
"Es un bateo muy pobre con hombres en las bases", dijo Guillén. "Ha ocurrido casi todo el año. ¿Cuál es la razón? No sé. Es algo curioso, porque tenemos a gente en posición de anotar y luego nos anulan. No creo que nos entre el pánico, pero debemos mejorar".
Transformados por una chequera generosa y por la mudanza a su nuevo parque, los Marlins esperaban pelear por un boleto a los playoffs. En la pretemporada, Guillén dijo que su equipo estaba bien equilibrado y listo para ganar.
Pero con 99 juegos por disputar, están apenas arriba de la marca de .500 (32-31). Por eso, Guillén dijo que se da a sí mismo una calificación mediocre o incluso peor.
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