Joe Torre, el manager de los Yanquis de Nueva York en ese año y a cargo de seleccionar el equipo de la Liga Americana en el Juego de Estrellas, se encontró con una camada de torpederos con poder ofensivo en la posición y no escoger entre uno del otro.
Torre decidió seleccionar a todos los candidatos. Fueron cinco en total, algo sin precedentes.
Alex Rodríguez de los Texas de Rangers resultó favorecido en la votación de los aficionados para que fuera titular, y Torre agregó en la lista a Derek Jeter de sus Yanquis, al dominicano Miguel Tejada de Oakland, y a Nomar Garcíaparra de Boston. Luego incorporó al veterano venezolano Omar Vizquel de hábil fildeo, el único integrante de los Indios de Cleveland en el equipo y el único jugador tradicional en la posición.
El espacio entre la segunda y tercera base había estado ocupada en casi toda la historia de las mayores por jugadores diminutos, de pies veloces, guante seguro y sin mucho poder con el bate.
Jugadores como el venezolano Luis Aparicio, con casi 1,75 metros de altura y 72,5 kilos. Aparicio --miembro del Salón de la Fama-- conectó únicamente 10 jonrones y bateó por encima .280 sólo una vez en sus 18 años de carrera. Pero fue el titular de más ediciones del Juego de Estrellas en el campocorto por la Liga Americana que cualquier otro pelotero, salvo Cal Ripken Jr. Ozzie Smith jugó en 12 encuentros consecutivos del Juego de Estrellas por la Liga Nacional sin pegar más de seis cuadrangulares en una temporada.
Por supuesto que ha habido excepciones: Ripken en Baltimore y Barry Larkin en Cincinnati.
Pero muchos creyeron que A-Rod, Jeter, Tejada y Garciaparra --todos en su mejor momento entonces-- representaban un cambio en la posición y abrían el camino para que bateadores más altos y más fuertes dominaran una de las zonas más importantes en el diamante.
Diez años después, Garcíaparra está retirado, Tejada parece tomar ese camino, la carrera de Jeter está en su ocaso y Rodríguez pasó a la tercera base en 2003. Ahora parece confirmarse que se trató solamente de un grupo especial, y no de una revolución.
J.J. Hardy de Baltimore y Troy Tulowitzki de Colorado batearon cada uno 30 jonrones en la campaña anterior y el venezolano Asdrúbal Cabrera de Cleveland tuvo un año magnífico con 25 vuelacercas y 92 remolcadas. Pero claro que eso no es la norma que algunos esperaban ver ahora.
Rodríguez, cuando se le transfirió a los Yanquis, fue enviado a la antesala por deferencia a Jeter. Otro torpedero con madera de estrella, el dominicano Hanley Ramírez, está cambiando de lugar en esta temporada para abrirle espacio en Miami a su compatriota José Reyes.
Un gran número de otros campocortos espigados con bates poderosos han sido mudados de posición en las menores debido a que los equipos prefieren dedicarlos más a la ofensiva en una posición menos exigente en el terreno de juego.
Esos torpederos se han vuelto tan raros que Tulowitzki se pregunta cuánto más tiempo será uno en ese grupo.
"Me resulta difícil encontrar a alguien con quien identificarme en este deporte debido a que nadie; Cal Ripken es quizá el único chico quien era tan alto como yo que estuvo en el campocorto una buena parte de su carrera", manifestó.
Los Medias Rojas comenzaron la pretemporada con una competencia entre los bajos Mike Avilés y Nick Punto, y los Mellizos prevén como titular a Jamey Carroll, de 38 años, luego de una pésima defensa en la temporada anterior. Los cuatro campocortos regulares la división Oeste de la Liga Americana batearon juntos 26 jonrones en la campaña pasada, que son menos de la mitad de los 57 que A-Rod conectó en 2002.
Eso no significa que un torpedero tiene que sonar cuadrangulares para que sea una fuerza ofensiva. En la anterior temporada, Reyes botó la pelota únicamente siete veces, pero hizo mucho daño al batear de .337 con 16 triples y 39 robos con los Mets. Y Jeter sólo ha superado tres veces los 20 jonrones en su carrera sensacional.
"Si hay que describir lo que se necesita en un torpedero, se busca a un chico que pueda recoger la pelota, un chico que pueda correr, que cubra una gran extensión, que tenga agilidad y brazo, y quizás un chico que pueda batear la pelota por encima del muro unas 15 o 20 veces en el año", indicó el gerente general de los Mellizos, Terry Ryan. "Esos son los campocortos típicos con perfil de estrella. Todo mundo los quiere. Pero son pocos".
Alex Rodríguez de los Texas de Rangers resultó favorecido en la votación de los aficionados para que fuera titular, y Torre agregó en la lista a Derek Jeter de sus Yanquis, al dominicano Miguel Tejada de Oakland, y a Nomar Garcíaparra de Boston. Luego incorporó al veterano venezolano Omar Vizquel de hábil fildeo, el único integrante de los Indios de Cleveland en el equipo y el único jugador tradicional en la posición.
El espacio entre la segunda y tercera base había estado ocupada en casi toda la historia de las mayores por jugadores diminutos, de pies veloces, guante seguro y sin mucho poder con el bate.
Jugadores como el venezolano Luis Aparicio, con casi 1,75 metros de altura y 72,5 kilos. Aparicio --miembro del Salón de la Fama-- conectó únicamente 10 jonrones y bateó por encima .280 sólo una vez en sus 18 años de carrera. Pero fue el titular de más ediciones del Juego de Estrellas en el campocorto por la Liga Americana que cualquier otro pelotero, salvo Cal Ripken Jr. Ozzie Smith jugó en 12 encuentros consecutivos del Juego de Estrellas por la Liga Nacional sin pegar más de seis cuadrangulares en una temporada.
Por supuesto que ha habido excepciones: Ripken en Baltimore y Barry Larkin en Cincinnati.
Pero muchos creyeron que A-Rod, Jeter, Tejada y Garciaparra --todos en su mejor momento entonces-- representaban un cambio en la posición y abrían el camino para que bateadores más altos y más fuertes dominaran una de las zonas más importantes en el diamante.
Diez años después, Garcíaparra está retirado, Tejada parece tomar ese camino, la carrera de Jeter está en su ocaso y Rodríguez pasó a la tercera base en 2003. Ahora parece confirmarse que se trató solamente de un grupo especial, y no de una revolución.
J.J. Hardy de Baltimore y Troy Tulowitzki de Colorado batearon cada uno 30 jonrones en la campaña anterior y el venezolano Asdrúbal Cabrera de Cleveland tuvo un año magnífico con 25 vuelacercas y 92 remolcadas. Pero claro que eso no es la norma que algunos esperaban ver ahora.
Rodríguez, cuando se le transfirió a los Yanquis, fue enviado a la antesala por deferencia a Jeter. Otro torpedero con madera de estrella, el dominicano Hanley Ramírez, está cambiando de lugar en esta temporada para abrirle espacio en Miami a su compatriota José Reyes.
Un gran número de otros campocortos espigados con bates poderosos han sido mudados de posición en las menores debido a que los equipos prefieren dedicarlos más a la ofensiva en una posición menos exigente en el terreno de juego.
Esos torpederos se han vuelto tan raros que Tulowitzki se pregunta cuánto más tiempo será uno en ese grupo.
"Me resulta difícil encontrar a alguien con quien identificarme en este deporte debido a que nadie; Cal Ripken es quizá el único chico quien era tan alto como yo que estuvo en el campocorto una buena parte de su carrera", manifestó.
Los Medias Rojas comenzaron la pretemporada con una competencia entre los bajos Mike Avilés y Nick Punto, y los Mellizos prevén como titular a Jamey Carroll, de 38 años, luego de una pésima defensa en la temporada anterior. Los cuatro campocortos regulares la división Oeste de la Liga Americana batearon juntos 26 jonrones en la campaña pasada, que son menos de la mitad de los 57 que A-Rod conectó en 2002.
Eso no significa que un torpedero tiene que sonar cuadrangulares para que sea una fuerza ofensiva. En la anterior temporada, Reyes botó la pelota únicamente siete veces, pero hizo mucho daño al batear de .337 con 16 triples y 39 robos con los Mets. Y Jeter sólo ha superado tres veces los 20 jonrones en su carrera sensacional.
"Si hay que describir lo que se necesita en un torpedero, se busca a un chico que pueda recoger la pelota, un chico que pueda correr, que cubra una gran extensión, que tenga agilidad y brazo, y quizás un chico que pueda batear la pelota por encima del muro unas 15 o 20 veces en el año", indicó el gerente general de los Mellizos, Terry Ryan. "Esos son los campocortos típicos con perfil de estrella. Todo mundo los quiere. Pero son pocos".
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