Mudarse a un estadio nuevo es el mayor sueño para un club de Grandes Ligas por una razón básica: Le dará al equipo la oportunidad de competir, tanto económicamente como en el terreno de juego.
A lo largo de los años, algunos equipos que se han mudado a nuevos estadios han experimentado el éxito casi de manera instantánea. En el caso de los Marlins de Miami, estamos por ver una de las inauguraciones más grandes en la historia de Grandes Ligas.
¿Funcionará a largo plazo? La historia nos brinda diversos panoramas de cómo convertir a un nuevo estadio en una nueva visión para el equipo - de Cleveland a Pittsburgh hasta San Diego y mas allá. La lección es que es muy temprano para que los Marlins sueñen con octubre.
La nómina de los Marlins aumentará considerablemente, de $58 millones a la marca de los $90-millones en 2012, durante su primer año en su nuevo estadio, el Marlins Ballpark.
Las contrataciones del dominicano José Reyes, Mark Buehrle y Heath Bell este invierno comprometieron a los Peces con una inversión de $191 millones. La semana pasada, los Marlins adquirieron al abridor Carlos Zambrano, y esperan que el venezolano encaje bien bajo el mando de su compatriota Ozzie Guillén, quien representa otros $10 millones en inversión por los próximos cuatro años.
Y el nuevo estadio es la principal razón de todo esto.
"Siempre hemos dicho que la nómina irá en aumento cuando nuestros ingresos van en aumento", dijo el presidente de los Marlins, David Samson, después de las contrataciones hechas por el club durante las Reuniones Invernales. "Esperamos un aumento en nuestros ingresos.
"Nunca tuvimos ingresos por una suite. Nunca tuvimos gente en nuestro estadio. Nunca tuvimos ingresos por concesiones. Nunca tuvimos nada de esto. Nuestro modelo entero, nuestro modelo de ingresos, nuestro modelo de gastos es diferente. El dinero adicional que tenemos para gastar lo estamos usando en los jugadores".
Si todo eso dará resultados está por verse. En el pasado, otros equipos han realizado movimientos de peso para aumentar sus posibilidades jugando en un nuevo estadio. Para algunos el éxito llegó en el corto plazo, mientras otros todavía esperan que les rinda dividendos.
Uno de los primeros ejemplos de equipos que tuvieron auge tras mudarse a un nuevo estadio son los Indios, quienes ya contaban con un gran núcleo de jugadores jóvenes quienes, a su llegada al Jacobs Field (ahora Progressive Field), fueron amarrados por el club a largo plazo para crear un talentoso núcleo de peloteros. También añadieron a veteranos como Eddie Murray y Orel Hershiser en el camino y tuvieron una serie de años exitosos en su nuevo parque.
Desde 1993 hasta el primer año en el nuevo estadio en 1994, decidieron aumentar su nómina de $18 millones a alrededor de $30 millones, de acuerdo a cifras de baseball-reference.com, luego la incrementaron gradualmente a más de $90 millones para el 2001, el octavo año en el estadio. Durante ese periodo, los Indios fueron a los playoffs seis veces en su nuevo estadio, incluyendo la Serie Mundial en 1995 (el segundo año del nuevo estadio) y en 1997.
El modelo de éxito tempranero de los Indios sería catalogado como una excepción, en lugar de una regla.
En Pittsburgh, por ejemplo, el aumento de su nómina de Grandes Ligas debido a la inauguración de su nuevo estadio no dio resultados. Y, hasta la fecha, uno de los parques de pelota más bonitos a la orilla del Rio Allegheny todavía no ha sido sede de un juego de postemporada. Inicialmente, la inversión de los Piratas hacia su nómina de Grandes Ligas -un brinco de cerca de $30 millones a casi $58 millones - se convirtió en una temporada de 100 derrotas en el año inaugural del PNC Park en el 2001.
En San Diego, los Padres estuvieron armando su roster de cara a la inauguración del Petco Park en 2004. La nómina de los Frailes aumentó de $45 millones a $55 millones del 2003 al primer año del nuevo estadio en 2004, aunque regresó a como estaba en el 2000. Lo importante es que los Padres avanzaron a la postemporada en el segundo y tercer año del nuevo estadio.
En Seattle, los Marineros avanzaron a los playoffs en cada una de sus primeras dos temporadas completas en el Safeco Field - pero no han jugado en octubre desde el 2002, aunque desde entonces han invertido en grande en su nómina de Grandes Ligas ocupando buenos lugares en los standings. En San Francisco, los Gigantes calificaron a la postemporada en tres de sus primeras cuatro temporadas en el que ahora es conocido como el AT&T Park, incluyendo la Serie Mundial en el 2002 - y posteriormente avanzando y ganando la Serie Mundial en el 2010. En Filadelfia, los Filis han pasado los últimos cinco de sus primeros ocho años en el Citizens Bank Park en los playoffs, incluyendo dos viajes a la Serie Mundial (un campeonato).
Los Cardenales fueron el primer equipo en la era de los nuevos estadios en coronarlo con un título de Serie Mundial en su primer año, y ahora han ganado dos campeonatos en el Busch Stadium III en seis temporadas. La Serie Mundial también ha llegado a nuevos estadios en Texas, Detroit, Houston y el Sur de Chicago en años recientes.
Ahora, los Marlins se mudan a un nuevo estadio con la esperanza de ver los frutos en el corto plazo.
Una vez que obtuvieron el parque de pelota que según ellos necesitaban tanto, hicieron lo que le dijeron a todos que harían: Gastaron dinero, demostrando que están listos para llegar lejos en el mismo primer año de un nuevo estadio ubicado en el corazón de Miami.
Qué lugar ocuparán los Marlins a finales de septiembre permanece incierto, pero una cosa es cierta: Los Marlins han tirado la casa por la ventana en el primer año en su nuevo estadio.
¿Funcionará a largo plazo? La historia nos brinda diversos panoramas de cómo convertir a un nuevo estadio en una nueva visión para el equipo - de Cleveland a Pittsburgh hasta San Diego y mas allá. La lección es que es muy temprano para que los Marlins sueñen con octubre.
La nómina de los Marlins aumentará considerablemente, de $58 millones a la marca de los $90-millones en 2012, durante su primer año en su nuevo estadio, el Marlins Ballpark.
Las contrataciones del dominicano José Reyes, Mark Buehrle y Heath Bell este invierno comprometieron a los Peces con una inversión de $191 millones. La semana pasada, los Marlins adquirieron al abridor Carlos Zambrano, y esperan que el venezolano encaje bien bajo el mando de su compatriota Ozzie Guillén, quien representa otros $10 millones en inversión por los próximos cuatro años.
Y el nuevo estadio es la principal razón de todo esto.
"Siempre hemos dicho que la nómina irá en aumento cuando nuestros ingresos van en aumento", dijo el presidente de los Marlins, David Samson, después de las contrataciones hechas por el club durante las Reuniones Invernales. "Esperamos un aumento en nuestros ingresos.
"Nunca tuvimos ingresos por una suite. Nunca tuvimos gente en nuestro estadio. Nunca tuvimos ingresos por concesiones. Nunca tuvimos nada de esto. Nuestro modelo entero, nuestro modelo de ingresos, nuestro modelo de gastos es diferente. El dinero adicional que tenemos para gastar lo estamos usando en los jugadores".
Si todo eso dará resultados está por verse. En el pasado, otros equipos han realizado movimientos de peso para aumentar sus posibilidades jugando en un nuevo estadio. Para algunos el éxito llegó en el corto plazo, mientras otros todavía esperan que les rinda dividendos.
Uno de los primeros ejemplos de equipos que tuvieron auge tras mudarse a un nuevo estadio son los Indios, quienes ya contaban con un gran núcleo de jugadores jóvenes quienes, a su llegada al Jacobs Field (ahora Progressive Field), fueron amarrados por el club a largo plazo para crear un talentoso núcleo de peloteros. También añadieron a veteranos como Eddie Murray y Orel Hershiser en el camino y tuvieron una serie de años exitosos en su nuevo parque.
Desde 1993 hasta el primer año en el nuevo estadio en 1994, decidieron aumentar su nómina de $18 millones a alrededor de $30 millones, de acuerdo a cifras de baseball-reference.com, luego la incrementaron gradualmente a más de $90 millones para el 2001, el octavo año en el estadio. Durante ese periodo, los Indios fueron a los playoffs seis veces en su nuevo estadio, incluyendo la Serie Mundial en 1995 (el segundo año del nuevo estadio) y en 1997.
El modelo de éxito tempranero de los Indios sería catalogado como una excepción, en lugar de una regla.
En Pittsburgh, por ejemplo, el aumento de su nómina de Grandes Ligas debido a la inauguración de su nuevo estadio no dio resultados. Y, hasta la fecha, uno de los parques de pelota más bonitos a la orilla del Rio Allegheny todavía no ha sido sede de un juego de postemporada. Inicialmente, la inversión de los Piratas hacia su nómina de Grandes Ligas -un brinco de cerca de $30 millones a casi $58 millones - se convirtió en una temporada de 100 derrotas en el año inaugural del PNC Park en el 2001.
En San Diego, los Padres estuvieron armando su roster de cara a la inauguración del Petco Park en 2004. La nómina de los Frailes aumentó de $45 millones a $55 millones del 2003 al primer año del nuevo estadio en 2004, aunque regresó a como estaba en el 2000. Lo importante es que los Padres avanzaron a la postemporada en el segundo y tercer año del nuevo estadio.
En Seattle, los Marineros avanzaron a los playoffs en cada una de sus primeras dos temporadas completas en el Safeco Field - pero no han jugado en octubre desde el 2002, aunque desde entonces han invertido en grande en su nómina de Grandes Ligas ocupando buenos lugares en los standings. En San Francisco, los Gigantes calificaron a la postemporada en tres de sus primeras cuatro temporadas en el que ahora es conocido como el AT&T Park, incluyendo la Serie Mundial en el 2002 - y posteriormente avanzando y ganando la Serie Mundial en el 2010. En Filadelfia, los Filis han pasado los últimos cinco de sus primeros ocho años en el Citizens Bank Park en los playoffs, incluyendo dos viajes a la Serie Mundial (un campeonato).
Los Cardenales fueron el primer equipo en la era de los nuevos estadios en coronarlo con un título de Serie Mundial en su primer año, y ahora han ganado dos campeonatos en el Busch Stadium III en seis temporadas. La Serie Mundial también ha llegado a nuevos estadios en Texas, Detroit, Houston y el Sur de Chicago en años recientes.
Ahora, los Marlins se mudan a un nuevo estadio con la esperanza de ver los frutos en el corto plazo.
Una vez que obtuvieron el parque de pelota que según ellos necesitaban tanto, hicieron lo que le dijeron a todos que harían: Gastaron dinero, demostrando que están listos para llegar lejos en el mismo primer año de un nuevo estadio ubicado en el corazón de Miami.
Qué lugar ocuparán los Marlins a finales de septiembre permanece incierto, pero una cosa es cierta: Los Marlins han tirado la casa por la ventana en el primer año en su nuevo estadio.
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