MELBOURNE -- El número uno del mundo Novak Djokovic venció al británico Andy Murray por 6-3, 3-6, 6-7 (4-7), 6-1 y 7-5 en las semifinales del Abierto de Australia y defenderá su título en la final ante el español Rafael Nadal.
El serbio, máximo preclasificado en el torneo, aprovechó los errores de su rival en los momentos imporantes del encuentro para quedarse con la victoria en un maratónico y dramático encuentro. Ahora buscará su quinto Grand Slam en un año, el tercero en fila, y también la tercera coronación de su carrera en el Melbourne Park.
El duelo, reedición de la final del año pasado en este mismo campeonato, fue dramático. De gran demanda física, se plantearon puntos muy largos y trabajados. Los dos tuvieron problemas para mantener su saque (hubo 50 oportunidades de break en el partido y 18 quiebres) y terminó prevaleciendo quien se sobrepuso mejor al cansancio.
Como se esperaba, el campeón defensor buscó tomar la iniciativa y el escocés basó su juego en la defensa y los contraataques. Para ser justos, el número cuatro del mundo estuvo más agresivo que en otras temporadas, pero dudó de a ratos: terminó alternando con momentos de mucha especulación y no se animó a arriesgar más para lograr desequilibrio. Para colmo, cometió un total de 86 errores no forzados y tuvo menos tiros ganadores que su rival.
En el comienzo del primer set, ninguno de los dos jugadores pudo ser dominante con su servicio. En cada juego de saque aparecieron las oportunidades de break. Primero intercambiaron quiebres y luego Djokovic volvió a romper para quedar 4-2 arriba. Después manejó esa ventaja para cerrar el parcial a su favor. Murray se notó frustrado, sin reacción en ese arranque, y acumuló muchos errores no forzados. Nole estuvo más cómodo y más suelto, y aprovechó que su oponente no encontraba el ritmo para establecer esa ventaja inicial.
El segundo parcial, Djokovic consiguió un quiebre temprano y parecía volcar el desarrollo del juego definitivamente a su favor. Pero Murray resurgió, comenzó a sentir mejor sus golpes y se metió de lleno en el partido. El británico ganó en confianza, mejoró con su saque y se movió mejor en la cancha para lograr dos quiebres consecutivos.
A partir de allí quedó planteado el escenario del match: paridad, estrategia, largos peloteos y una prueba para la condición atlética de ambos. Eso también tuvo su consecuencia: Djokovic pareció exhausto a partir del final del segundo set.
Andy Murray
Getty ImagesMurray se equivocó en los momentos importantes
El punto culminante del encuentro llegó en la tercera manga. Primero, Murray quebró el saque de Nole tras siete oportunidades. De inmediato, el serbio que parecía completamente sin combustible, recuperó el rompimiento. Con ambos jugadores mu cansados, las acciones se mantuvieron parejas hasta el 5-5, cuando el escocés quebró y se dio la oportunidad de sacar para set. Sin embargo, cometió un par de equivocaciones en ese juego que llevaron las cosas al tie break. Allí sí pudo cerrar el parcial a su favor
La cuarta manga comenzó con doble quiebre del serbio, que encaminó todo rápidamente a su favor. Con ese resultado, Murray pareció prácticamente renunciar al set para concentrarse en el quinto y definitivo.
En el último set, Nole -que ya no manifestaba ninguna señal de cansancio- tuvo mayor decisión: fue más agresivo y jugó más enfocado. Logró quebrar en el sexto game y sacó para partido 5-3. Pero lo dejó pasar.
Allí, otra vez Murray arriesgó y consiguió un quiebre para darse otra oportunidad en el partido.
Pero Nole impuso toda su jerarquía y volvió a quebrar para cerrar el partido en 4 horas y 50 minutos.
"Andy se merece un reconocimiento por levantar un 2-5 en el último set. Ambos luchamos", comentó Djokovic. "No hay muchas palabras para describir la sensación de este partido".
"Es evidente que fue un partido muy duro... fue uno de mis mejores partidos. Fue igual de duro emocional y mentalmente".
Ahora, el serbio jugará la definción del torneo ante Rafael Nadal, a quien superó en las finales de Wimbledon y del US Open durante la temporada pasada. Aunque vale recordar que el español lo venció en la final del US Open 2010.
El historial entre los finalistas favorece por 16-13 al mallorquín, pero Djokovic ganó los últimos 6 duelos entre ellos. Todos esos partidos fueron fnales de distintos torneos, incluyendo las dos nombradas de Grand Slam.
El duelo, reedición de la final del año pasado en este mismo campeonato, fue dramático. De gran demanda física, se plantearon puntos muy largos y trabajados. Los dos tuvieron problemas para mantener su saque (hubo 50 oportunidades de break en el partido y 18 quiebres) y terminó prevaleciendo quien se sobrepuso mejor al cansancio.
Como se esperaba, el campeón defensor buscó tomar la iniciativa y el escocés basó su juego en la defensa y los contraataques. Para ser justos, el número cuatro del mundo estuvo más agresivo que en otras temporadas, pero dudó de a ratos: terminó alternando con momentos de mucha especulación y no se animó a arriesgar más para lograr desequilibrio. Para colmo, cometió un total de 86 errores no forzados y tuvo menos tiros ganadores que su rival.
En el comienzo del primer set, ninguno de los dos jugadores pudo ser dominante con su servicio. En cada juego de saque aparecieron las oportunidades de break. Primero intercambiaron quiebres y luego Djokovic volvió a romper para quedar 4-2 arriba. Después manejó esa ventaja para cerrar el parcial a su favor. Murray se notó frustrado, sin reacción en ese arranque, y acumuló muchos errores no forzados. Nole estuvo más cómodo y más suelto, y aprovechó que su oponente no encontraba el ritmo para establecer esa ventaja inicial.
El segundo parcial, Djokovic consiguió un quiebre temprano y parecía volcar el desarrollo del juego definitivamente a su favor. Pero Murray resurgió, comenzó a sentir mejor sus golpes y se metió de lleno en el partido. El británico ganó en confianza, mejoró con su saque y se movió mejor en la cancha para lograr dos quiebres consecutivos.
A partir de allí quedó planteado el escenario del match: paridad, estrategia, largos peloteos y una prueba para la condición atlética de ambos. Eso también tuvo su consecuencia: Djokovic pareció exhausto a partir del final del segundo set.
Andy Murray
Getty ImagesMurray se equivocó en los momentos importantes
El punto culminante del encuentro llegó en la tercera manga. Primero, Murray quebró el saque de Nole tras siete oportunidades. De inmediato, el serbio que parecía completamente sin combustible, recuperó el rompimiento. Con ambos jugadores mu cansados, las acciones se mantuvieron parejas hasta el 5-5, cuando el escocés quebró y se dio la oportunidad de sacar para set. Sin embargo, cometió un par de equivocaciones en ese juego que llevaron las cosas al tie break. Allí sí pudo cerrar el parcial a su favor
La cuarta manga comenzó con doble quiebre del serbio, que encaminó todo rápidamente a su favor. Con ese resultado, Murray pareció prácticamente renunciar al set para concentrarse en el quinto y definitivo.
En el último set, Nole -que ya no manifestaba ninguna señal de cansancio- tuvo mayor decisión: fue más agresivo y jugó más enfocado. Logró quebrar en el sexto game y sacó para partido 5-3. Pero lo dejó pasar.
Allí, otra vez Murray arriesgó y consiguió un quiebre para darse otra oportunidad en el partido.
Pero Nole impuso toda su jerarquía y volvió a quebrar para cerrar el partido en 4 horas y 50 minutos.
"Andy se merece un reconocimiento por levantar un 2-5 en el último set. Ambos luchamos", comentó Djokovic. "No hay muchas palabras para describir la sensación de este partido".
"Es evidente que fue un partido muy duro... fue uno de mis mejores partidos. Fue igual de duro emocional y mentalmente".
Ahora, el serbio jugará la definción del torneo ante Rafael Nadal, a quien superó en las finales de Wimbledon y del US Open durante la temporada pasada. Aunque vale recordar que el español lo venció en la final del US Open 2010.
El historial entre los finalistas favorece por 16-13 al mallorquín, pero Djokovic ganó los últimos 6 duelos entre ellos. Todos esos partidos fueron fnales de distintos torneos, incluyendo las dos nombradas de Grand Slam.
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